Parte sin título 6

3 0 0
                                    

6 - Intentando proteger.

-por favor, ya digan algo. -murmuró con el rostro entre sus rodillas, ya no soportaba más el silencio.

-Dylan. -susurró Larren con la voz seca, pero no pudo más, se sentó a su lado y lo atrajo hacia sí en un abrazo protector, le dolía el estómago de solo imaginar lo que el menor había vivido. -lo siento mucho.

Gustavo y Rayan salieron de su trance al verse sorprendidos por la acción de Larren, al ser el mayor entre ellos, resultaba ser también el más serio, y el más frío, por ello no solía actuar de forma cariñosa, pero esta vez abrazaba a Dylan sintiendo su dolor casi como propio.

-busquemos a ese hijo de puta. -farfulló Rayan poniéndose de pie molesto. Dylan lo miró asustado y alcanzó a tomar su brazo impidiendo que siguiera.

-no es buena idea, él lucía peligroso.

-Dylan, tú estás asustado, ese cabrón se las arregló para tomarte en el peor momento, estabas solo. Pero no más.

-Rayan, cálmate un poco, estás asustando a Dylan con esa mirada. -lo reprendió Gustavo, quien notó la chispa aterradora que lucía.

-no es Rayan es que, ese hombre está loco, no pueden hacer nada contra él, puede ser peligroso. -mencionó el menor volviendo a bajar la mirada. Aferró más el brazo del que estaba de pie y lo acercó. -gracias por no echarme de tu casa, temo ir a la mía. Ese hombre podría llegar y al menos si no me encuentra no pasará nada.

-no pareces muy convencido de eso. -murmuró Larren notando que se tensaba.

-por supuesto que no iba a echarte. -farfulló Rayan sentándose a un lado del menor también y lo observó con preocupación. - ¿crees que va a buscarte?

-no lo sé.

-dejen de abrumarlo tanto. -interrumpió Gustavo y se levantó para quitar a Dylan de en medio de los otros dos, lo observó un momento y suspiró. -debes descansar, te vez fatigado, te quedarás aquí y mañana iremos a poner una denuncia.

-pero

-nada de peros, ese imbécil tiene que pagar por lo que te hizo.

-Gustavo tiene razón. -mencionó Larren y se paró también, pudo ver el cuello del menor y se estremeció al descubrir marcas que delataban lo ocurrido. No quería pensar más en lo mucho que su pequeño amigo había sufrido.

-buscaré ropa que prestarte y te quedarás en la habitación de visitas, mis padres siguen de viaje, no creo que lleguen pronto. -dijo Rayan.

Larren vivía solo, ya tenía veinte años y estaba en el mismo grupo de Dylan porque había dejado la escuela dos años cuando tenía que haber entrado a la preparatoria, por problemas familiares, ahora todo estaba mejor, gracias a los dos años de estudio que perdió, había conocido a sus amigos, llevaba tres años con ellos, desde que inició en su generación.

Rayan tenía dieciocho y vivía con su familia, fue un chico problemático en secundaria, estuvo en bandas juveniles donde solo creaban destrozos, pero después de conocer a Dylan todo cambió, ese muchacho tan alegre lo hizo cambiar la manera de ver todo lo que le rodeaba, ahora no era tan impulsivo como antes.

Finalmente estaba Gustavo, con diecinueve años, él conoció a Dylan tiempo antes que los demás, el muchacho pasaba siempre frente a la tienda donde trabajaba, un día se acercó a comprar cosas para hacer de comer y cuando pasó a pagar, sonrió saludando a Gustavo con una amabilidad única.

Platicaron un poco gracias al menor, en ese entonces Dylan tenía trece años y Gustavo quince, el pequeño de pronto le preguntó a qué hora terminaría de trabajar y al saber que su turno acababa a las cuatro, justo la hora que era en ese momento, sonrió emocionado y le dijo que fuera con él a casa, que prepararía la comida y podrían conocerse mejor.

dyonisusWhere stories live. Discover now