Capitulo 7

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EMILY 

Mañana era mi cumpleaños y todos los nobles estaban preparando todo lo necesario para la fiesta.

No era algo que me importase, porque prefería que en la fiesta estuviera Kyle. O que al menos todo el pueblo pudiera ir. Pero eso iba a ser imposible.

Según la lista que había invitado mi madre, vendrían:

- La familia Cooper (los padres y mi prometido)

- La familia Robinson (la hermana mayor de mi prometido, su marido y su hijo)

- La familia Doyle (el médico, su mujer y sus dos hijos)

- La familia Grey (marido y mujer)

- La familia Harris (la hija de los Grey y su marido)

En parte, me alegraba de que llegara mi cumpleaños. Cumplir en los últimos días de diciembre era horroroso. Y por otra parte, no quería cumplir los 18 ya que en marzo me casaría con David quisiera o no.

Claro, que me podía casar con Kyle en secreto y huir con el una vez casados

¿Pero y si salía mal?

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en ello. Tenía mejores cosas que pensar.

Como lo de ayer.

– ¡Emily! ¡tu madre dice que tienes que hacer las invitaciones! – me gritó Agatha

– ¡Ya voy Agatha!

Bajé las escaleras y entré en la sala de estar y cogí los papeles para preparar las invitaciones mientras mi madre la miraba.

– Emily, sé que no te gusta casarte por obligación, pero es necesario – comentó mi madre

– ¿Por qué dices eso? – pregunté – No viene al tema

– Porque David me ha dicho que no pareces contenta con la idea de casarte

– No me gusta y no veo la necesidad de casarme con él – repliqué

– Tienes que casarte con él si quieres seguir siendo noble, hija mía

– Eso a mí me da igual – susurré muy bajo

– ¿Qué has dicho?

– Nada, nada. Venía el señor Doyle, ¿no? – cambie de tema

– Sí, cariño. Él, sus hijos y su mujer.

Yo asentí contenta. Al menos podría hablar con alguien que me caía bien.

El resto de las familias tenían los mismos ideales que mi madre y eso me irritaba. Sobretodo porque nadie entendía la belleza del pueblo y de la gente.

Miré por la ventana. El frío había bajado considerablemente y la gente salía más a la ciudad. Al menos sabía que Kyle no estaría fuera, por lo menos hasta que el frío pasara del todo.

Pasó el día algo lento y la mañana llegó bastante deprisa haciendo que la luz del sol me despertase.

Me revolví entre las sabanas y me escondí entre ella para que no me diera la luz del sol y poder volver a dormir.

Me quedé dormida un rato (o eso me pareció) y oí como Agatha me llamaba

– ¡Señorita Emily! – entró en mi habitación y yo me asomé de entre las sabanas – ¡Levántese!

– Voy – dije cansada y levantándome tranquilamente

– Pero mira que eres tranquila, ¿eh? – dijo regañándome y luego contenta dijo – ¡Felicidades mi niña!

Bloody Wedding ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora