Capitulo 1

191 4 1
                                    

EMILY

Me llamo Emily Jackson, tengo 17 años y tengo el pelo casi negro, largo y ondulado y los ojos verdes.

Soy la única hija en mi familia que pertenece a la nobleza (aunque nunca he entendido para qué se divide la sociedad en clases) y vivimos en Salem.

Hoy es el día en el que me presentan a mi prometido, David Cooper, la familia más prestigiosa de todo Salem.

Aunque me alegro de por fin conocerle, no puedo aguantar mis nervios en como va a ser, si me va a caer bien (sobretodo eso)...

– ¡Emily Jackson! ¡Lleva ya media hora en la bañera! ¿Se puede saber qué hace?

Una de mis criadas, Agatha, abrió la puerta del baño y se acercó algo enfadada hacia mí.

– Señorita Emily, su prometido llegará dentro de una hora, así que muévase. Que sino va a parecer una pasa.

– ¡Ay, Agatha! ¡Relájate! – dije saliendo de la bañera

– Pero como quiere que me relaje, si a este paso, se le hace tarde – dijo tapándome con una bata – Vamos, le ayudaré a vestirse. Con suerte el pelo se le seca rápido.

Me llevó arrastras hasta mi habitación, donde mi madre me esperaba con un montón de vestidos.

– ¡Ya era hora! – dijo mi madre de mala gana – Anda, pruébate estos vestidos

– ¡Madre! Ya te dije que llevaría el blanco.

– ¡Ni hablar! Ese te lo pones siempre – respondió – Y ahora, pruébate este rojo, anda.

Cogí de mala gana el vestido y me dispuse a vestirme.

Después de probarme un mogollón de vestidos, me decanté por ponerme uno de color azul oscuro; que para mi gusto era el mejor.

– Agatha, acompáñala al patio para que se le seque el pelo – dijo mi madre

Ésta asintió con la cabeza y me acompañó hasta el patio.

Yo cogí el cepillo que llevaba Agatha y me peiné mientras el sol secaba mi pelo.

Adoraba el sol, y aun por mucho que estaba delante de él durante horas, lo único que conseguía es quemarme y a los pocos días volver a tener mi piel blanquecina.

Después de un rato, quedaba media hora y el pelo ya estaba casi seco.

Con el pelo casi seco, Agatha empezó a peinarme.

Un rato después, estaba esperando en la sala de estar, con mi madre.

– Señora - dijo Agatha dirigiéndose a mi madre – Los señores Cooper acaban de llegar.

– Hazles pasar

Agatha asintió y salió. Volvió con los señores Cooper y David a su lado. Los tres pasaron y se sentaron.

– Siento mucho que no esté mi marido, señores Cooper – dijo con una reverencia antes de sentarse – Tenía que hacer unas cosas.

– Espero verle pronto – dijo el señor Cooper – Supongo que ésta es la encantadora Emily.

Hice una pequeña reverencia.

– Creo que los dos jóvenes deberían dar una vuelta para conocerse – dijo mi madre – ¿Por qué no le llevas al jardín, Emily?

Yo asentí y agarré a mi supuesto prometido, obligándolo a salir.

– No hace falta que me lleves arrastras. Sé caminar – dijo cuando salimos

Bloody Wedding ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora