Capitulo 6

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** Bueno, este capitulo se lo voy a dedicar a alguien que me ha ayudado mucho y que le debo un perdon por ser tan ansiosa y estar todo el tiempo recordandola algo. Espero que me perdones :)**

EMILY 

Estaba bloqueada. Bloqueada y sorprendida.

Ayer mi prometido me besó a pesar de que yo me intenté alejar más de una vez

Me sentía mal y en parte, infiel a pesar de que Kyle y yo no estuviéramos casados o prometidos

Aunque en parte entendía que era mi prometido, y que podía hacer eso perfectamente

Agatha terminó de colocar mis vestidos en el baúl y me colocó el azul oscuro en la cama; ya que pensaba salir a ver a Kyle.

Me vestí, me dejé el pelo suelto y bajé para salir.

– ¿adonde crees que vas Emily? – me espetó mi madre

– A la ciudad

– Sí, claro. Para que te congeles y enfermes – soltó – Ni hablar. Tú te quedas aquí

– No. Yo me voy – la espeté – te guste o no

Abrí la puerta y salí.

Mi madre me siguió

– ¡Emily! ¡Vuelve ahora mismo! – gritó – ¡Emily!

Yo no la escuché y corrí lejos de mi casa. Supuse que no me había seguido, asi que dejé de correr y me dirigí a casa de Kyle.

Hacía un frio terrible y en esos momentos eché de menos no estar en casa.

Vi a mucha gente tiritando de frio, costipada y realmente enferma. Había otros que ya se encontraban muertos y solo verlos, me entristecí mucho.

Llegué a casa de Kyle y llamé a la puerta.

Me abrió su madre y me hizo pasar.

– Está en su alcoba – me dijo nada más entrar

– ¿Qué tal se encuentra?

– No muy bien. Ha empeorado un poco

Me preocupé y entré para verle. Me senté en una silla que estaba al lado de la cama.

– Hola – salude yo – ¿Qué tal te encuentras?

– No sé – respondió – más o menos. Que tal te encuentras tú?

– Bien. Pero estaba muy preocupada por ti

Sonrió. Creo que le gustó que me preocupase por él.

Le toqué la frente suavemente y noté que estaba ardiendo.

En seguida me levanté asustada y fui a buscar un trapo para llenarlo de agua y ponérselo en la frente.

– Estoy bien – intentó tranquilizarme

Le hice silenciar con un dedo para que dejara de protestar y él calló.

Estuve acariciándole durante varios minutos sin apartarme de él ni un minuto.

No hablábamos ya que no quería que perdiera fuerzas y las iba a necesitar. Pero tampoco hacía falta que hablásemos.

Los dos con miradas, ya nos entendíamos.

Sabía que estaba pensando en besarle y que él también tenía ganas sino fuera por su enfermedad. Sabía que estaba preocupada y me acariciaba la palma de la mano para que no lo hiciera.

Bloody Wedding ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora