El decálogo del perfecto pretencioso

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El decálogo del perfecto pretencioso

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¡Hola a todos! Vengo desde los turbios rincones del principio de año. Luego de las fiestas, entre la indigestión por la comida y la resaca por los festejos de fin de año con cada persona que se cruza, despierto para decir algo sobre un sector que se esconde entre las sombras: los pretenciosos.

Como están emparentados con los lectores exigentes y los que (como esta autora) son realmente jodidos, a veces puede confundírselos. Pero no. No son los mismos. Así como un escritor amateur no puede confundirse con un escritor perezoso, que no se toma el más mínimo trabajo de fijarse en lo que escribe. Es injusto tomar ambas categorías y fundirlas en una sola, ya que entre ambos sectores no hay buena relación tampoco.

Por supuesto, no me estoy inventando este apartado. Muchos habrán leído la genial Ansías y Poesías de Nozomi, así que esto no es tema nuevo a tratar en esta página. Los pretenciosos son algo que existe también fuera de wattpad. Así pueden encontrar el genial test de Falso Profeta para saber si eres uno de ellos (en el enlace externo, visítenlo y morirán de la risa completándolo).

Quería decir algo sobre esta clase de lectores-escritores desde el año pasado, con respecto a un par de situaciones que se dieron en algunos concursos. Pero como yo fui jueza de algunos de ellos y en otros tuve gente muy querida involucrada en esto, no quise hacerlo. Luego pasó el tiempo y me di cuenta de que en un concurso está bien ser exigente, porque para eso los concursantes se presentan, para ser juzgados. Lo distinto es cuando se trata de otras instancias. Wattpad nos da la posibilidad de que la lectura de nuestras obras sea algo abierto, desde el primer momento estamos expuestos, pero no quiere decir que uno deba soportar insultos hacia sus personajes o a su manera de hacer las cosas.

La escritura es una actividad que involucra el intelecto y, como tal, no es algo simple. La mayoría de nosotros estamos aprendiendo, por lo tanto un comentario positivo o negativo en esta plataforma siempre significará un "sigue mejorando". No importa lo que te digan, sea bueno o malo, sea la alabanza más enorme o el más indiferente "sigue así". Todo se traducirá a "sigue mejorando".

Esto es algo que nadie debe olvidar nunca, sin importar los números, los fans, las editoriales. Siempre estaremos en proceso de cambio, por eso estos lectores que aparecen en esta etapa son tan importantes. Ellos son los que nos toman de la mano y nos acompañan durante estos primeros pasos. Así que no hay necesidad de ser tan duro. La mayoría de las cosas que uno ve por acá son la primera versión de algo más. Todos terminamos y luego ponemos nuestra novela en edición.

Un momento, chica. Me has mareado. ¿Dónde está mi decálogo?

Aquí está, disculpen por mi palabrerío sin sentido. Mentira, retiro mis disculpas, siempre digo la misma sarta de idioteces. Comencemos.

El decálogo del perfecto pretencioso (por cortesía de algunas experiencias de vida real y wattpadera)

1- Siempre tomaré el camino más largo para dar una explicación sobre algo.

No importa que se trate de la dirección de mi casa o de alguna ley física. Mis escritos siempre llevarán párrafos interminables de oraciones redundantes y floridas.

2- Incluiré citas de autoridad en mis diálogos.

Aunque esté consciente de que puede decirse lo mismo sin referirme a filósofos o científicos de nombres impronunciables, mis personajes siempre tendrán presentes estos datos. Aunque estén al borde de un precipicio y se sostengan de una sola mano, antes de caer al vacío ellos recitarán alguna frase. Mientras menos célebre sea su autor, mejor. Y si es en otro idioma, vale por dos.

3- Abajo la estructura narrativa, la necesidad de acción, la correcta caracterización de mis personajes. Lo único que importa aquí es demostrar lo mucho que sé sobre un tema en particular.

Capítulos en los que no sucede nada, sino que se nos ilustra sobre temas de la vida que deberían ser de fondo en la trama. Diálogos con puros datos incomprensibles que al lector no le servirán de nada después. En lugar de una novela, esto debería ser una monografía.

4- El problema es del lector si no entiende. Mi texto está dirigido a un público más elevado.

Así resulta que, para leer esta historia, uno debe tener conocimientos en latín, un máster en bioningeniería, una licenciatura en psicología y haber leído a medio mundo que escribiera sobre el mismo tema. Cualquier comentario de alguien que no llegue a estos requisitos, no será tomado en cuenta.

5- Mis personajes no tendrán defectos en su personalidad.

Serán un ejemplo de cordialidad, buen gusto y sensatez. Sabrán todo lo que necesiten, porque ellos son el paradigma del conocimiento. Simbolismos. ¿Ven? Ustedes no entienden, porque son unos brutos.

6- Nadie tiene derecho a escribir sobre algo si no lo ha vivido.

No podrás escribir sobre violaciones, amores imposibles, tragedias familiares, guerras mundiales, temas futuristas o ciertas profesiones si no lo has vivido en carne propia. Como yo lo hice, ¿ves?

7- Hay una sola forma de escribir sobre algo.

Me apego a las reglas de mi comunidad a rajatabla, sin importar que todo el tiempo estén naciendo nuevas tendencias.

8- Y por cierto, lo antiguo es mejor. Ya se perfeccionó todo, lo lamento. Tendrás que apegarte a las reglas.

Hasta la Real Academia Española está revisando sus reglas, admitiendo nuevas palabras y usos, para adaptarse a la forma en la que la sociedad cambia. A mí no me interesa, mis principios son firmes. Esos nuevos inventos e hibridaciones de mi género favorito son menos iluminados. La pureza es luz. Ustedes son los que están en las sombras.

9- Sé que lo que dije antes puede haberte molestado, pero estás obligado a leer mi novela y a darme tu opinión.

10- Olvídalo. Veo que no te ha gustado mi obra maestra. Tu opinión no me interesa.

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Ríanse, que esto es para divertirse. Y no, no hay una persona en particular en la que me haya basado para esto. Es una enorme ensalada de gente con la que me he encontrado en talleres literarios, páginas de fanfiction, foros, fictionpress y wattpad. Los escritores somos adorables, claro que sí, pero tenemos nuestra veta demoníaca. No lo neguemos.

Yo me admito culpable de varios de estos puntos. ¿Ustedes se ven reflejados en alguno?

Pronto: El decálogo del autor perezoso. Para que no digan que favorezco a nadie.

Revista La Pluma NaranjaWhere stories live. Discover now