Consultorio de Elisa: Carta de Mark (El ultrasonido de Aitana)

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¡Escríbele a Elisa! – Consultorio sentimental para personajes

Carta de Mark (El ultrasonido de Aitana, por @Iniss226)

*Alerta: Spoilers. Si no has leído esta historia y planeas hacerlo en un futuro, aquí puedes enterarte de cosas que no deseas saber todavía.*

Elisa, disculpa lo desesperado de esta carta pero el tiempo me jugó una mala pasada. Quise ser el primero, lo juro, pero tuve que perseguir a una amiga hasta una cueva maloliente que casi me desmaya y acabé con ella en mi casa. No es lo que imaginas, aunque pensándolo bien podría haberlo sido. Dame tiempo, te contaré desde el principio. Y disculpa la letra, es que no me decidía a enfrentar esto. Y también los errores que no voy a revisar. Siento que si leo una vez más esto que estoy haciendo, voy a terminar por arrepentirme de la manera más cobarde. Y la cerveza no ayuda. Espero que los que editan estas cosas puedan corregir algo. Yo no voy a hacerlo.

Vamos a lo que importa

Me gustan las mujeres. Eso no es noticia, pero el problema es que ¡me gustan demasiado! Y en este preciso momento mi cabeza se niega a dejar de pensar en una de las dos, que casualmente son mis mejores amigas… ¡y las únicas que tengo!

Lo siento, me estoy alterando y no voy a volver sobre mis letras. Empiezo de nuevo.

Tengo una obsesión insana con el cabello de mujer. No sé qué me pasa ni por qué, pero acabé perdido por las dos personas más opuestas del mundo: Aitana vive despeinada y con hojas en la cabeza (y ramas y todo lo que se te ocurra, no sé cómo no está llena de bichos también) y Anette tiene una cabellera de revistas. ¡Si hasta tiene brillos de colores! Las dos me atraen hasta cierto punto, aunque Anette se lleva los laureles de la victoria.

El verdadero problema es que no puedo desprenderme de Aitana y no quiero que Anette se ponga mal o celosa o crea que no me importa. Aunque tampoco sé si sabe que me importa. Y menos quiero que Aitana crea que la uso para darle celos a Anette.

Esto es un lío, Elisa, y lo peor es que siento que ninguna me presta más atención de la que le darían a una hormiga que camina junto a sus pies. Pero me importan demasiado y no sé cómo ponerme en orden. Lo único que saqué de esto es que me gustan las rubias, pero el resto aparece como inentendible (casi tanto como la letra de estos últimos párrafos, perdón).

¿Cómo me decido por una, si ninguna parece prestarme atención? Aunque acuden a mí cada vez que me necesitan, pero es más lo que hago por voluntad propia que por su pedido. Se están metiendo en problemas y yo voy por detrás como si no pudiera hacer otra cosa. ¡Y es que no puedo!

Siento que hago un mundo de nada, pero es culpa del alcohol. La falta de costumbre y eso.

Ayúdame, Elisa. Las dos están en problemas y no se a cuál buscar primero.

Mark, pillín, invítame una cerveza a mí también. Con este calor dan ganas de tomar una.

Sobre tu carta voy a decir que lo único que me ayudó un poco a notar algunas tildes faltantes fue el corrector automático del Word. O yo soy muy burra, o tu ortografía está subestimada. Puede ser un poco de ambas cosas, para qué negarlo.

Ahora vayamos a tu problema. Me dices que no te molestan las cuevas malolientes, que eres tricofílico (según Google, así se denominan las personas que poseen esa atracción por el cabello), además de que no tienes ningún inconveniente en admitir que te cuesta eso de la monogamia. Eres un espécimen interesante, aquellas chicas deben divertirse mucho al pasar tiempo contigo.

Aunque es extraño que ninguna de las dos haya dado muestras de notar tus ganas de ser más que un buen amigo. Mi hipótesis es que, si Aitana salió de una cueva, es probable que esté algo ocupada adaptándose al nuevo ambiente al que la has llevado. Y Anette puede estar manteniéndote en la difusa friendzone hasta que te decidas del todo.

Así que tienes dos opciones. La primera es arriesgarte y elegir a una de las dos, con el riesgo de que, si eres rechazado, no podrás hacer un avance con la otra. La ventaja de esto reside en que podrías tener algo serio con la afortunada. Eso sí, no des un solo paso en esa dirección hasta no estar completamente seguro de lo que deseas. No queremos que quedes atrapado en una relación que no te convence. Por lo que has dicho, tus amigas no parecen chicas superficiales y si les ofreces tu corazón deberás hacerlo en serio.

La segunda opción, debo admitirlo, es la que parece más prometedora. Eso sí, tienes que estar muy decidido y juntar mucho valor, pero la recompensa puede ser grande. La idea es ésta: blanquea la situación con ambas. Diles lo que te está pasando, confiésales todo (solo omite lo de tu obsesión por el cabello, para que no te malinterpreten, será nuestro secreto).

Entonces, si no se horrorizan mucho, ellas elegirán por ti. La que esté más dispuesta a aceptar un corazón sincero y estrafalario como el tuyo será la que se quede contigo. El problema está en que ambas podrían quererte como novio, lo cual significaría volver al dilema del principio. Puedes ver cuál de las dos es más rubia, como método alternativo, ya que tu amor por el cabello es algo con mucho peso aquí.

Y sobre lo de los problemas en que ambas se han metido, no te preocupes. Se solucionarán más o menos al mismo tiempo que tu indecisión. O puede que más rápido.

Hazme caso, la sinceridad es lo mejor en los asuntos sentimentales. No tendrás ningún inconveniente con eso.

Escríbeme con los resultados. Te deseo mucha suerte.

Elisa.

Revista La Pluma NaranjaWhere stories live. Discover now