Consultorio de Elisa: Carta de Gabriel Fontana (No quieras volver)

2.4K 117 9
                                    

¡Escríbele a Elisa! – Consultorio sentimental para personajes

Carta de Gabriel Fontana (No quieras volver, por @PauFolch)

*Alerta: Spoilers. Si no has leído esta historia y planeas hacerlo en un futuro, aquí puedes enterarte de cosas que no deseas saber todavía.* 

  

Querida Elisa,

Ni siquiera sé por qué te estoy escribiendo a ti en estos momentos en los que parece que hay un movimiento mundial de almas renacidas que pretenden controlarlo todo. No quiero que lo primero que pienses es que estoy loco o algo así porque te aseguro que estoy más cuerdo de lo que aparentan estas palabras.

El caso es que desde que apareció mi nueva vecina, hace solo un par de días,  ha puesto mi mundo del revés. Parece lo típico pero te puedo jurar que no lo es en absoluto. La primera impresión que tuve de ella cuando la vi fue bastante normal. Aparentaba ser una muchacha normal que acaba de emanciparse y que estaba algo sobrepasada por aquella nueva vida que había decidido comenzar en solitario. Pero lo cierto es que desde su llegada todo han sido coincidencias, casualidades y demás sorpresas que siempre han terminado por ponerla en mi camino.

Podría atreverme a jurar que no hay ningún tipo de sentimiento entre nosotros más que una mera relación entre vecinos, pero cada vez que me la encuentro noto un pequeño vuelco en el estómago. No me malinterpretes, no es la misma sensación que se tiene cuando hay atracción física. Es cierto que la muchacha tiene una sonrisa preciosa y que en sus ojos hay una vitalidad que podrían conquistar a cualquiera, pero no es el caso.  Si la miro fijamente cuando nos cruzamos es solo para tratar de convencerme a mí mismo que no hay ninguna relación entre ella y el giro que ha dado mi antes controlada y rutinaria vida.

¿Qué se hace cuando crees que alguien no está mostrando la verdadera cara de sí mismo?

Es curioso, que yo precisamente pregunte esto cuando soy el primero que he escondido durante casi cincuenta años mi verdadera identidad, pero es algo que me está atormentando cada segundo por dentro.

Estoy llegando al punto de obsesionarme con eso y temo que me pueda causar más de un problema para poder llevar a cabo mi misión con éxito.

Sé que esto solo es un consultorio amoroso pero creo que durante tus años de experiencia habrás encontrado a alguien que, aunque no bajo las mismas circunstancias en las que yo me hallo en la actualidad, sí haya sentido que su pareja le está escondiendo algo. ¿Cómo descubrirlo?

De momento descarto los detectives privados y ese tipo de soluciones. Lo que menos quiero es que otra gente conozca mi preocupación. El principal objetivo de mi trabajo es precisamente el permanecer lo máximo posible en el anonimato.

Muchas gracias por tu tiempo. Espero que le des un voto de confianza a la cordura de este que te habla y que me leas con toda la seriedad que la situación lo requiere.

Estaré pendiente de tus noticias.

Un saludo,

Gabriel Fontana.

Hola, bello Gabriel. Hermoso Gabriel. Me apena un poco que estés necesitando seriedad y tu carta haya caído en mis manos, pero haré todo lo posible por darte la mejor respuesta.

Para empezar, dices que hace medio siglo que vienes escondiendo tu verdadera identidad, pero tu fotografía adjunta me dice que te ves como si tuvieras la mitad de eso. Es increíble. Tienes que darme algunos consejos de cuidado de la piel, ¿eh?

Y sobre tu vecina, voy a concluir que todo es posible. Tú eres el especialista, si tu ambiente se ha enrarecido desde su llegada entonces es que la chica tiene algo. Además, eso de las almas renacidas da escalofríos. Pero voy a ir más allá, si no te molesta. Creo que estoy en condiciones de afirmar que tu inconsciente ya sabe todas las respuestas y no es por eso que me has escrito.

En primer lugar, sabes que esto es un consultorio sentimental, pillín. Segundo, he podido notar que niegas con mucha fuerza cualquier probabilidad de que estén surgiendo en ti sentimientos románticos por ella, aunque lo que describes es muy parecido a eso. Piénsalo: el vuelco en tu estómago, el hecho de que su presencia haya cambiado el mundo a tu alrededor y la obsesión que confiesas por ella.

Si esto no terminó de darte una pista, tienes un indicio más certero en tu propia escritura. Me pides que compare tu situación con la de alguien a quien su pareja le oculta algo. ¿No es muy tierno? Yo ya estoy derritiéndome. Alguien escribiendo una carta a un consultorio amoroso para negar que siente algo en absoluto es, en realidad, la mayor declaración de amor en este mundo retorcido (supongo que en el tuyo también, en fin).

Y no te preocupes, que tu cordura está a salvo. Sin embargo, tendrás que dejar que esos deseos inconscientes salgan a la luz, o no garantizo lo que pueda ocurrirte. Es más, ¿sabes qué? Pienso que podría ir a resolver esto yo misma. Te comento que me encantan estas cosas de espías y misiones en el anonimato, soy una mujer muy discreta además. ¿No habrá un lugarcito para una agente en entrenamiento por ahí? Si me hicieras un lugarcito en tu apartamento, hasta podría ayudarte con el tema de tu vecina. Digo, hasta que pueda encontrar una misión para mí. Es que se cierra la revista y yo ando buscando dónde meterme desde ahora.

Prometo no hacer mucho ruido, además duermo en cualquier lado. Podríamos hacer intercambio de servicios, yo no digo nada a nadie.

Si te parece bien, me avisas y ponemos una fecha, así te espero con mis maletas armadas.

Saludos.

Elisa.

Revista La Pluma NaranjaWhere stories live. Discover now