I am not a Lady [MAMP#2]

17. No puedo quitar mis ojos de los tuyos

Charlie McCabe en video

CHARLIE

Juro que el frío era lo más irrelevante en ese momento, hasta las voces de mis amigos detrás de las paredes, quejándose de lo que pasaba en esos momentos. Aunque ya no podíamos hacer mucho para evitar la catástrofe, solo debíamos unirnos para poder estar listos cuando la situación se presente. Eso era lo mejor, pero me sentía tan culpable de haber involucrado a Jean y Felix. Ellos no estuvieron en los inicios del problema y, sin embargo, nos acompañarían.

—Creo que debo ir a disculparme con algunas personas ahora —le digo a Liam, mientras sus manos siguen puestas en mi cintura—. Deben odiarme por meterlos en este problema.

—Entiendo que esas dos personas son muy cercanas a ti desde tu llegada a París, así que me convenzo de que te quieren lo suficiente para no odiarte por esto.

—Claro —vuelvo a abrazarlo—, pero de todas formas quiero decirles algo.

—Te acompaño.

Salimos de mi lugar feliz cuando siento la presencia de todos, hablando entre sí. A pesar de la pesada información que habíamos recibido pude percatarme que la felicidad y el humor no se habían evaporado en el aire. Eso me tranquilizó bastante, más de lo que pensaba.

—Parecen estar bien.

—Quizá sea un efecto antes de volverse locos y gritar.

—Sé que todo va a salir bien —no puedo evitar soltar una carcajada y eso llama la atención de todos—. Vamos a estarlo, juntos.

—Creo que no me voy a desanimar. No todavía —Vero estaba colgada de la espalda de Drew, quien estaba aún algo molesto por la revelación de Liam al ser personas con identidades ocultas con respecto a su trabajo—. Mis queridos primos, deben prometerme que no guardarán más secretos para mí. Por favor, porque si vuelve a pasar, mi siguiente paso sería arrancarles los ojos y dárselos a los cuervos.

Efectivamente, Vero asustaba.

Aunque lo que decía era cierto, sin contar la parte donde la película satánica daría comienzo. No lo haríamos si sabíamos que podíamos tomar ventaja de la situación, por lo que tuvimos que pedir a Drew y Liam que nos dijeran todo lo que supieran de los movimientos de Derek y Caroline. Casualmente, me había percatado de que era bastante astuto al viajar a ciertos puntos que, según mi memoria, eran lugares donde viajamos a causa de nuestra suma de puntos en nuestro trabajo. Max y Jean lo habían notado, por supuesto y ese hecho tuvimos que ponerlos en comparación con los demás treinta y seis que faltaban. Con lo que comprendíamos, estaba detrás de todos los que alguna vez arruinaron su vida, entre esos destaca Liam, pero eso me hizo sobresaltar al identificar la falta de integrantes del pasado.

—¿Qué sucede con... —no pude concluir mi pregunta, porque en ese momento Drew había roto uno de mis vasos de vidrio?

—Descuida —Liam notó qué iba a preguntar—, tenemos a todos monitoreados.

—Está bien.

Los datos indicaban que Derek podía estar en la ciudad, con sus oscuros motivos y ahora podíamos pensar que tomaría nuestras vidas. ¿Cómo evitar algo así? No éramos tan fuertes para combatir con todo lo que él mandara, si es que lo hacía. Pero me puse a pensar, él no era ningún tonto y menos su madre, quien tenía la sangre más fría entre los dos. Esa mujer era perversa, sentía que en su mente se movía como una perfecta máquina que sabía cuándo y cómo actuar, aunque eso tardara años.