Capitulo 29 :)

387K 11.8K 2.2K
                                    


(Texto original del libro en fisico)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Texto original del libro en fisico)


¿Cómo te sientes, Nat?

¿Necesitas algo, Nat?

¿Te duele mucho el brazo o la cabeza, Natalie?

¿Nat, tienes sed?

¿Quieres ir al baño, Nat?

Espera, Nat. ¿Tienes hambre?

Gruño con frustración a la vez que me dejo caer sobre la cómoda cama de Damon. Burry, sin perder tiempo, se sube conmigo moviendo su colita de un lado a otro con efusiva alegría. Le acaricio lentamente con mis manos todo su pelaje y le beso de vez en cuando su hocico negro. La puerta de la habitación se cierra cuando Damon sale y escucho cómo sus pasos se alejan de la habitación.

Las imágenes y los recuerdos de hoy a la mañana llegan a mí de a poco mientras miro sin prestar nada de atención el techo. Es espléndido y divertido jugar con Damon picarón. Es sexi como el infierno cuando intenta controlar su ferocidad interna y propia de su hermoso demonio interior. Ese diablo que ama jugar y nunca perder, pero para su mala suerte, tuvo que pedirme tregua después de lo de la escena de la frutilla. Como ya sabía yo antes, Damon no aguanta mucho sin mi tacto. Es como un niño recién nacido que necesita el tacto de su madre y sentirse protegido. Solo que Damon no es un bebé. Oh, no, a él no se le puede decir así. Es todo un hombre, fuerte, hermoso y tierno.

Me doy vuelta en la cama con cuidado y me quedo mirando hacia la ventana. El cielo negro y a la vez grisáceo me saluda. Es una noche fría y para nada calurosa, una noche que sin duda me la pasaré pegada al cuerpo caliente de mi novio. Dios, es tan lindo y confortable decirle así a Damon. Siento que tengo todo el derecho sobre él, que puedo llevarlo de la mano a todas partes y apartar a todas esas chicas que se lo comen con la mirada, decirles que es de mi propiedad y que ellas nunca lo tocarán ni probarán esa boca que siempre me cautivó. Bueno, y también puedo decir que a él le sirve de mucho, podrá ser celoso en donde se le diera la gana y gruñirles a todos sin que yo le diga que no tiene derecho de hacerlo porque no somos nada.

Estuvo toda la maldita tarde, luego de despertarme de mi siesta repentina, haciéndome preguntas, persiguiéndome hacia todos lados - aunque tampoco es que todo el tiempo estuve parada- y, de suerte, pude llegar a hacer mis necesidades en el baño a solas. Claro. Si tenerlo pegado contra la puerta se le puede decir «a solas». Al parecer no le gusta ni le interesa que quisiera un poco de privacidad.

Sé que se siente muy culpable sobre mis dolores de costillas, pero yo no lo culpo. Es impulsivo hasta la mierda y me encanta eso. No se dio cuenta de todo el peso que me ponía encima al colocarse sobre mí. Pensó que mis quejas y gemidos de dolor eran de otra cosa, algo excitante y no doloroso. Desde que me desperté no sacó sus preciosos ojos de mí, de mi magullado cuerpo.

Él es mi boxeador © {Saga Damon #1} DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora