Capitulo 16 :)

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(Texto original del libro en Físico)


Una mano se posa suavemente en mi frente y me acaricia con dulzura. Mi cuerpo duele como si le hubiesen tirado piedras gigantes y mi cabeza palpita fuertemente, lo que causa un gemido de dolor de mi parte. La mano se aparta de mi frente ni bien me escucha quejarme, pero la vuelve a colocar luego de unos segundos.

Su calor me envuelve de a poco, pero dudo poder volver a dormir. El olor que emana es algo exquisito sin mencionar que es un olor muy familiar para mi nariz.

Intento abrir mis ojos, pero los siento tan pesados que no logro siquiera moverlos un poquito. Mi mente totalmente nublada y desorientada. Aprieto mis manos en puños para ver si puedo moverlas. Sin embargo, es en vano porque en realidad no se mueven más que unos milímetros. En otro intento, sin dejarme vencer, levanto un poco el brazo para tocar mis ojos y así abrirlos con mis dedos, me quejo al sentirlo pesado y dolorido. Muevo mi cuello y... ¡CLARK!... es eso lo único que necesito para que mi cuerpo comience a relajarse. Sentirme entumecida no es algo que me agrade, y menos con este colchón que lo único que sabe hacer es romperme la espalda. El dolor palpita por todo mi cuerpo, mi cerebro martilla con ganas contra mi cráneo y mi interior se revuelve sin saber el motivo. Siento el aire a mi alrededor. El cálido ambiente que me envuelve. Me rodea la suavidad de lo acogedor, a la vez que salgo más a la superficie, fuera de la inconsciencia.

Hago otro intento de abrir los ojos y lo consigo con mucho, mucho esfuerzo. Es como si estuviesen pegados con cera y definitivamente no es algo que me guste. Mis parpados se abren, pero mis ojos no logran enfocarse lo suficientemente rápido y me mareo con rapidez, logrando que cerrara nuevamente los ojos y parpadee un par de veces antes de volver a abrirlos. Mi vista se va acostumbrando a la brillante y segadora luz de una lámpara que se encuentra colgada en el techo.

Parpadeo un par de veces más para aclararme y miro hacia los lados, confundida y desorientada.

—¡Oh, Dios, Nat! —dice Emma, sentada a un lado de la cama en donde me encuentro, con su mano en mi frente. Le sonrío levemente y frunzo el ceño al notar que las paredes son blancas, así como en los hospitales, que los muebles son de un color similar, como en todos los hospitales, y que hay máquinas que hacen pitidos agudos y chillones que taladran mi cerebro. Esos aparatos... ¿por qué mierda estoy en un jodido hospital?

Mi cabeza no hace más que rebobinar y rebobinar hasta encontrar la razón por la que estoy aquí, pero me duele tanto que esa máquina que procesa todos los acontecimientos anteriores no funciona en estos momentos. Es como si tuviera un cartel de «NO MOLESTAR» escrito con letras negras supergrandes.

—¿Te sientes bien? —pregunta tomando mi mano con delicadeza. Asiento y trato de incorporarme, aunque sea, en una posición más cómoda.

—Solo me duele la cabeza, mis piernas están más que dormidas y definitivamente en el quinto sueño. Oh, y mi estómago ruge, no solo por dolor. Estoy muerta de hambre —respondo lo más sincera. Y es cierto, me duele todo lo mencionado y espero que sea lo único cuando pueda moverme de mi lugar. No quiero que en pocos minutos u horas mi cuerpo comience a doler por todas partes porque el efecto de los remedios que posiblemente me dieron para calmarte se va.

Él es mi boxeador © {Saga Damon #1} DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora