Capítulo 9: Una carta inesperada

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Una carta inesperada

—¿Qué fue eso? ¿La fiesta de los besos?

—Ya hermano, yo sé que también te mueres por un beso. Ya te conseguirás una novia.

Ginny hablaba con George en la cocina, ambos preparaban la cena por encargo de su madre luego de que ella saliera a hacer algunas compras.

—De hecho que sí, no quiero terminar siendo un solterón como Charlie o Percy —dijo George, agitando su varita para colocar algunos platos sobre la mesa—. Aunque tampoco quisiera estar igual de embobado que Ron.

Ginny se acercó disimuladamente y echó un vistazo a la sala, ahí estaba Ron sentado, muy sonriente conversando con Hermione.

—Está enamorado el pequeño hipócrita —murmuró Ginny y George rió.

Habiendo ya terminado de servir la comida, todos se sentaron en la mesa para cenar. Además de la señora Weasley, tampoco estaba Percy ni su padre. La cena resultó bastante deliciosa, a pesar que Ron seguía tratando de evitar que Hermione comiera algo que haya sido hecho por George.

—Por cierto, mamá dijo que mañana iremos a casa de Bill antes de que Ginny tenga que regresar a Hogwarts. Así qué tendrán que levantarse muy temprano —comentó George.

—Sí. Hermione, me enviaron una carta ¿sabes?

—Sí, en Australia tuve la suerte de conocer a alguien que también va a Hogwarts y me habló sobre esa carta —dijo Hermione mirando a Ginny—. Te voy a extrañar.

—Yo igual, solo espero que te sigas quedando un tiempo aquí. Para que el tonto de mi hermano esté feliz —Ginny miró a Ron y este la miró con una sobre actuada sonrisa de boca cerrada.

—Yo también me iré mañana, pero voy a estar visitándolos constantemente —añadió Harry y Ginny se abalanzó hacia él, lo abrazó del cuello y lo besó.

—Ah, ahí van de nuevo... —George rodó los ojos al verlos.

Hermione rió levemente mientras tomaba su bebida, Ron al igual que George tenía una mirada aburrida al ver a su hermana.

—Harry, creo que George y yo pensamos lo mismo, deberías quedarte soltero —habló Ron y Ginny le dirigió una mirada asesina.

—¿Ya podrían dejar de pelear?

En ese instante alguien comenzó a tocar la puerta y George se dirigió a abrir, ya que ningún otro mostraba señal de preocuparse de otra cosa que no sea besarse.

—No creerás lo que está pasando en la mesa, mamá.

Cuando escuchó esto, Hermione se detuvo rápidamente. La señora Weasley apareció y solo alcanzó a ver a Harry y Ginny besarse.

—Ginny, ¿tiene que ser a cada momento? —mencionó al pasar cerca a ellos, sin antes haber mirado de reojo a Ron y Hermione que se mantenían muy juntos—. Supongo que ustedes hacían lo mismo.

Hermione bajó la mirada, su rostro estaba del mismo color que el cabello de Ron. Él no hizo mucho caso de su madre, solo miraba extrañado a la castaña por su reacción. La señora Weasley llamó a George y le indicó que la acompañara fuera de casa para realizar unos quehaceres.

—Hermione ¿sucedió algo? —preguntó Ron y ella levantó la mirada a pesar de aún seguir sonrojada.

—Me da algo de vergüenza besarte en frente de tus padres —respondió.

—¿Qué?

—Eso. Que me da vergüenza, no quiero que piensen mal.

—¿Pero por qué tendrían que hacerlo? Ellos te conocen desde hace mucho tiempo.

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