Capítulo 4: La carta

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La carta

—Hermione, estuve investigando y buscando por todas partes y creo que he encontrado algo de información. Posiblemente dentro de poco daremos con el paradero de tus padres.

—Eso es genial, Kingsley. Agradezco que estés ayudándome —respondió la chica con una amable sonrisa mientras caminaba por la calle.

—Trataré de apurarme, estoy seguro que querrás regresar pronto. Además sé que hay alguien a quien ya quieres ver —dijo Kingsley, esbozando una tenue sonrisa.

Ella hizo una mueca y solo asintió desganadamente. Estuvieron casi todo el día por las calles de Sydney, tratando de encontrar el paradero de los señores Granger. Hermione aprovechaba para comprar algún recuerdo para sus amigos de La Madriguera.

Al llegar la noche, Kingsley fue a dejarla al hotel donde ella se hospedaba. Hermione se despidió y subió hasta su dormitorio. Abrió la puerta y se recostó sobre su cama, estaba bastante agotada. Tan solo quería cerrar los ojos y quedar dormida lo más pronto posible, pero su tranquilidad fue interrumpida por el ruido de un ave que estaba golpeando el vidrio de una de las ventanas. Cuando Hermione fue a ver notó que era una lechuza y traía un mensaje para ella, pensó que sería otra carta de Harry así que fue hacia el ave y tomó la carta. Empezó a abrirla mientras regresaba a su cama, se sentó y observó la carta. Un gesto de sorpresa se formó en su rostro al ver quién le estaba enviando la carta.

—Ron... —suspiró fuerte y procedió a leer la carta.

Hermione, hola. Sí, soy yo y sé que te sorprenderá que te envíe una carta cuando tú no me quieres ni dirigir la palabra, pero quería decirte que lo siento. Yo no quise herirte y mucho menos haberte tratado mal como ese día. Cada vez que pienso en lo que pasó en el castillo, se me rompe el corazón. Pero entiende que el ver que te vas a tan solo un día de por fin sentirme libre de expresar mi amor por ti fue muy doloroso. Recuerdo todos los días aquel beso que nos dimos y me muero de ganas de tenerte nuevamente aquí. Me porté como un tonto, sé que tienes que buscar a tus padres y ahora lo entiendo. Te esperaré el tiempo necesario y deseo que los encuentres rápido, te extraño mucho. Perdóname por todo Hermione. Te amo.

Ron Weasley

La chica tomó el escrito y lo apegó a su pecho mientras algunas lágrimas corrían por su mejilla, en ese momento no sabía si odiar o amar al pelirrojo. Dejó la carta a un lado sobre la cama y fue a traer una hoja de papel y comenzó a escribir una nueva carta, aún tenía los ojos llorosos. Luego de algunos minutos, terminó la carta y se la envió en la lechuza. La chica rápidamente se limpió las lágrimas del rostro cuando escuchó su puerta, alguien estaba tocando. Abrió la puerta y se encontró con una chica morena de cabello largo y negro.

—Hola ¿Eres Hermione Granger verdad? —preguntó la chica, con una clara sorpresa en su rostro.

—Sí, soy yo —respondió Hermione, preguntándose quien podría ser aquella chica.

—Mi nombre es Karel Johnson. Pensé que era la única bruja en este hotel pero escuché tu nombre y no pude resistirme venir a verte.

—¿Eres una bruja? —Hermione estaba sorprendida, no pensaba encontrarse a alguien con magia en ese hotel.

La morena asintió y Hermione la dejó entrar. Ambas se sentaron sobre la cama y se pusieron a conversar de todo.

—Cuéntame como fue la batalla con Voldemort, eres una chica muy valiente y muy suertuda de haber acompañado a Harry Potter. Soy tu admiradora.

—Oh vaya gracias, no creí que tuviera admiradores —Hermione rió—. Y sí, fui muy suertuda de haber acompañado a Harry y... a Ron —La sonrisa se le detonaba un poco al mencionar el último nombre.

—Ah sí, el pelirrojo amigo de Harry Potter.

—Bueno ¿y a qué colegio de magia asistes? -—preguntó rápido Hermione, quería evitar el tema del pelirrojo.

—¡A Hogwarts! Estoy en quinto año, como sucedió todo esto de la batalla en el castillo, las clases no se harán hasta el próximo primero de Septiembre. Estoy en Hufflepuff.

—Oh ya veo, estarás por comenzar con los TIMO's. Te deseo suerte en ello —Hermione sonrió, recordaba sus años en Hogwarts.

—Sí, siempre estoy estudiando junto a mi novio. Siempre estamos juntos —a Karel le brillaban los ojos al hablar de él—. Y tú Hermione ¿tienes novio?

—Ehm yo.. sí —respondió, mostrándose un poco incómoda por la pregunta.

—Es Harry Potter ¿verdad? —dijo Karel manteniendo la sonrisa.

—No, no. Harry es mi mejor amigo, es como un hermano para mi.

—¿En serio? Pensé que era Harry Potter. ¿Entonces quién es? —La chica se mostraba cada vez más curiosa.

—Es... Ron —dijo Hermione, esbozando una tímida sonrisa. Karel quedó boquiabierta con la respuesta.

—¿Preferiste al pelirrojo que a Harry Potter?

—No, lo que pasa es que las cosas sucedieron de distinta forma. Yo me llegué a enamorar de Ron, a pesar que somos algo diferentes. Pero ahora estoy en un problema con él, y no sé que pueda pasar —Karel notó que a Hermione se le bajaba un poco el ánimo.

—¿El está contigo aquí en Australia?

—Lamentablemente no...

Hermione respiró pesadamente y le contó todo el problema a Karel, desde lo que pasó en Hogwarts hasta la última carta que el pelirrojo le envió, la cual también le mostró. Hermione estuvo agradecida de encontrar alguien a quien hablarle de todo esto.

—Si te ha enviado esa carta es porque aún piensa en ti. Tal vez debas perdonarlo.

—Lo sé, creo que es lo mejor. Lo extraño mucho, ya quiero verlo.

Hermione a pesar de sus lágrimas, estaba feliz. Era una gran satisfacción para ella poder ser la razón por la que Ron perdiera su orgullo. Supo que ella le importaba mucho y que él realmente quiere que todo vaya bien entre ellos.

—Es muy frustrante aún no encontrar a mis padres.

—Estoy segura que los encontrarás pronto —dijo Karel, sonriendo ampliamente—. Hermione, creo que debes relajarte de todo esto. Mañana mi novio hará una fiesta, deberías venir. Será divertido.

—¿U-una fiesta? —repitió dudosa, en lo que menos podría haber pensado en ese momento era en una fiesta.

—Sí, quiero que vayas conmigo. ¿Aceptas?

—Eh... está bien. Creo que una fiesta podría distraerme un poco de todo esto. Pero ¿Todos serán magos en la fiesta?

—No, también habrá algunos muggles. Así que no trates de hacer magia —Karel soltó una pequeña risa y se despidió de Hermione.

Hermione estaba segura que la fiesta le ayudaría a relajarse de la búsqueda de sus padres, así como también de la ausencia de Ron. Estaba ahora más contenta, ya no tendría porque estar enojada con él. Decidió darle otra oportunidad y creyó que sería lo mejor. Esa noche durmió imaginándose el rostro de felicidad que pondría el chico al ver la carta que ella le mandó.

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