Capítulo 21: Una amistad verdadera

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Una amistad verdadera

Hermione se apareció en un lugar silencioso, pacífico y muy despejado de gente. Sabía perfectamente que su casa no quedaba por aquí, pero al parecer tuvo un motivo para venir aquí antes. Avanzó unos pocos pasos hasta quedar exactamente frente a varias casas ubicadas una junto a otra y quedó mirándolas detenidamente por unos segundos. Recordó la primera vez que vino a este lugar y el sentimiento de tener el corazón roto regresó nuevamente a ella, aquella vez había venido junto a él. Toda su mente estaba sumergida en recuerdos de ella y él, recuerdos que la atormentaban y la hacían sentir cada vez peor por todo lo que pasó. Incluso sentía que aún podía escuchar su voz en su cabeza, una voz decepcionada diciéndole que daba por terminado su amor por ella.

Hermione suspiró y se acomodó el cabello, trató de liberar al pelirrojo de su mente pero se dio cuenta que era imposible dejar de pensar en él. Uno no puede olvidarse de la persona que amas de un día a otro y mucho menos si sabes que esa persona realmente es muy importante en tu vida. Miró nuevamente hacia las casas y conociendo que en el lugar había un encantamiento oculto, supo que hacer y cómo encontrar la casa correcta. La casa que ella estaba buscando.

Habiendo hecho aparecer la misteriosa casa, se limpió rápidamente las lágrimas del rostro y respiró profundamente mientras se acercaba hacia la puerta para proceder a tocar. Esperó unos pocos segundos hasta que alguien responda y finalmente oyó unos pasos acercarse indicando que ya abrirían la puerta.

—¿Hermione? —dijo el chico mientras sostenía las gafas en su mano izquierda.

—Hola Harry —murmuró suavemente ella y se abalanzó hacia sus brazos.

Harry sonrió al ver a su mejor amiga y al ver su repentino acercamiento la sostuvo rápidamente correspondiendo el abrazo. Dio un vistazo fuera de la casa esperando ver la figura del pelirrojo pero se dio cuenta que él no estaba aquí. A pesar de no tener las gafas puestas pudo ver que no había ninguna silueta junto a Hermione, provocando que un centenar de preguntas vinieran a su cabeza. ¿Por qué vino ella sola? ¿Dónde está Ron? ¿No se supone que estaba con él? Pero la respuesta a todas sus interrogantes la encontró en cuanto se colocó las gafas y observó mucho mejor el rostro de la chica, vio sus ojos llorosos y ahora pudo percibir perfectamente su tristeza. En ese momento supo que algo estaba mal.

—¿Estás bien Hermione? —preguntó Harry con un tono de preocupación.

Ella dejó salir otro suspiro y desvió su mirada de él. Aquella pregunta hizo que los momentos de felicidad entre ella y Ron vinieran fugazmente a su mente pero poco a poco se extinguían en cuanto recordaba el momento en el que los dos terminaron. Es increíble cómo el pelirrojo la puede afectar demasiado, se preguntó a sí misma que tan enamorada podía estar de él para poder sentir todo ese revuelo de sentimientos en su interior. A pesar de que intentó ponerse fuerte, no pudo evitar que los ojos se le comenzaran a llenar de lágrimas. Harry notó esto y se pasó la mano por el cabello dándose cuenta del motivo por el cual Hermione estaba así.

—Es Ron ¿verdad? —inquirió Harry con un tono de voz muy serio—. ¿Qué hizo esta vez?

—No... él no hizo nada. Yo tuve la culpa de todo -—sollozó Hermione lanzándose nuevamente a los brazos de su amigo.

Harry estaba preocupado pero a la vez molesto, sabía muy bien que era habitual que Ron se ponga pesado con ella y la haga llorar, pero ahora que ella es su novia se supone que debería tratarla mejor y ya olvidarse de una vez por todas de esas tontas peleas. Sin embargo quedó atónito con la respuesta de Hermione... ¿Ella tener la culpa? Eso era algo muy difícil de creer pues era siempre el pelirrojo el que provocaba la mayoría de las discusiones.

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