Parte 44

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-¿Qué tal fue todo? –Preguntó Camila a Austin y Normani, quienes ya habían salido del interrogatorio con Lauren.

-Mal, todo mal –Respondió Normani.

-¿Por qué? –Preguntó la pequeña.

-No habló –Respondió ahora Austin- Simplemente no habló... Sólo abrió la boca para decirnos que nos fuéramos a la mier*da, nada más.

-Suspiró- Dudo mucho que cuente algo –Advirtió Camila- Y menos a ustedes...

-Pues tarde o temprano va a tener que contarlo –Dijo seriamente Austin- Ya está en la celda y hasta que no hable no pienso dejar que le lleven comida ni bebida.

-¿Qué? ­–Interrumpió Camila, pues eso no le había gustado- ¿Estás loco o qué? Sabes perfectamente que eso no se puede hacer con ningún preso.

-Tampoco podemos acostarnos con los sospechosos, Camila–Respondió Austin, buscando unos papeles.

Camila guardó un corto silencio, sorprendida con esa respuesta, tratando de asimilar bien las palabras que Austin le había dicho.

- Voy a hacer como que no escuché eso... -Dijo la pequeña.

-Mira, es la única forma de que hable. No pienso dejar que le lleven comida y punto –Repitió el chico.

-Sabes que no me gusta ponerme en plan jefa, pero no me estás dejando otra opción Austin.... –Suspiró- Aquí la jefa soy yo y yo soy la que va a ordenar si le llevan comida o no, ¿te parece bien? –Dijo en tono amenazante.

-¡Esa mujer te tiene abducida, jo*der! –Exclamó Austin- ¡Sólo piensas en ella y lo único que haces es defenderla!

-Ahora mismo no se trata de pensar o defender, se trata de que está prohibido no alimentar a los presos y tenemos la obligación de hacerlo, ¿Ok? –Insistía la pequeña- Además tiene que estar muy mal, hay que darle algo de tiempo para que...

-¿Sabes qué, Camila? –Dijo Austin- Estoy harto, muy harto. Me mato trabajando para traerte pruebas de que esa mujer es una hija de pu*ta y tú lo único que haces es defenderla –Decía, dirigiéndose a la puerta.

-Austin... -Lo llamaba la pequeña, suspirando.

-Austin,¿qué? Al final vas a terminar perdiéndolo todo: tu trabajo, tus amigos y tu vida por esa.

-Estás siendo muy injusto... -Fue lo único que pudo decir Camila.

-¿Injusto? ¡Aquí la única injusta que hay eres tú! Lo justo es que ella esté entre rejas de por vida y se muera ahí, eso es lo justo –Decía Austin con mucha rabia en sus palabras.

-¡Eso no tiene nada de justo! –Volvió a la defensa de Lauren.

-¡Que no la defiendas! –Exigió Austin.

-¿Por qué no se tranquilizan un poco? –Propuso Normani, quien había estado

escuchando toda esa conversasión-discución- Austin, ¿por qué no vas a tomar algo de aire y... te tranquilizas? –Propuso.

-No, aquí la que se va soy yo –Concluyó Camila, dirigiéndose a la puerta.

-¿A dónde vas, Mila? –Preguntó Normani, por alguna razón suponiéndose cuál sería la respuesta.

-A llevarle comida, por si acaso el animal este la deja morirse de hambre –Refiriéndose a Austin.

-¡Animal tu abuela! –Gritó Austin.

Camila prefirió no responder a ese insulto y se fue, pues lo menos que le apetecía en esos momentos era pelearse con él.

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Enemigas intimas CAMRENWhere stories live. Discover now