9 ◇ Los secretos de Kiku

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 La puerta del aula se abrió de un portazo, provocando que todas las miradas de los que se habían quedado allí en el horario del recreo se enfocaran en Alfred

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La puerta del aula se abrió de un portazo, provocando que todas las miradas de los que se habían quedado allí en el horario del recreo se enfocaran en Alfred. El americano cruzó los bancos como una fiera, respirando con dificultad a causa de la bronca que llevaba encima, con la mirada fija en su objetivo: Arthur. Este, sin embargo, seguía leyendo el enorme libro que tenía en sus manos, sin inmutarse. Aquello hizo enfurecerlo aún más, por lo que apenas llegó a él, le dio un manotazo al libro, dejándolo sobre la superficie del banco de madera con un estruendoso sonido. El aire se había vuelto denso de la tensión que se generó luego de aquel sonido.

Arthur se levantó con el ceño temblando de la ira. Ya estaba harto de que le hicieran perder el tiempo.

Bloody hell, ¿¡me puedes explicar que mierda te pasa!?

—¡Eso deberías hacer tú! ¿¡Qué hiciste para que a Aurora la suspendieran!? —bramó el americano con los puños cerrados.

Ninguno de los delegados estaba ahí para mantener el orden. Los alumnos dispersos en el aula no intervenían, pero cuchicheaban entre sí, como si disfrutaran del espectáculo que se había armado frente a sus ojos, deseosos porque continuase.

—Ella se lo buscó sola cuando decidió agredirme —respondió Arthur cruzándose de brazos, con soberbia—. No me sorprende que sea amiga tuya luego de este papelón que estás haciendo. Son iguales.

Aquellas ultimas palabras terminaron con la poca "tolerancia" del americano. Tiró del cuello de su camisa, tomándolo por sorpresa. Una chica al fondo del salón ahogó un grito, muy asustada. Arthur cerró los ojos, esperando recibir un tremendo golpe en la cara. Pero nada sucedió. Sus pies volvieron a tocar el suelo y el puño del otro aflojó el agarre, liberándolo. Arthur se tocó el cuello con la respiración agitada, mirándolo perplejo. Un profundo dolor había emergido de la mirada azul de Alfred.

Kiku apareció de repente en el marco de la puerta, apoyándose cansinamente de tanto correr. Alguien le había avisado lo que ocurría y fue lo más rápido posible para detenerlos.

—¡Por favor, Arthur-san, Al-kun, no se hagan daño!

Alfred suspiró profundamente antes de darse la vuelta.

—¿En que te convertiste, Arthur? —había murmurado. O al menos eso creyó escuchar Arthur antes de que se alejara.

Sus palabras se clavaron como un puñal en su pecho, causándole un vacío incomprensible ¿Por qué?¿Por qué ese idiota le afectaba tanto en aquel momento?

Kiku puso una mano en su hombro, preocupado. Lo reviso de arriba abajo con la mirada para verificar que no se habían lastimado. Entendía la furia de Al, pero esa actitud no había estado nada bien. Esta vez debía estar del lado de Arthur.

—¿Te encuentras bien, Arthur-san?

—Sí, no pasó nada —respondió el rubio, totalmente desganado, mientras se volvía a sentar.

Academia World (Hetalia x Lector/a)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora