8 ◇ Tal vez no sea un mal día - Primera Parte

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 Elizabeta cerró la puerta detrás de sí, dejándolos solos

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Elizabeta cerró la puerta detrás de sí, dejándolos solos. Te fijaste por unos segundos en Arthur, el cual tenía la mirada perdida en el suelo. Lucía totalmente decepcionado de sí mismo. Seguramente nunca había sido castigado ni nada por el estilo. Sorprendentemente, tú tampoco. En tu escuela anterior tenías un par de amigos pero no hablabas con nadie más que con ellos, en general. Luego de tu mudanza, todos habían desaparecido sin dejar ni un mensaje. Jugaste con tus dedos para calmar los nervios. La directora se había sentado con dificultad en el la enorme silla de cuero rojo, frente a ustedes, apoyando la mano en el escritorio de caoba.

—Había tenido la efímera esperanza de que hoy sería un día tranquilo en esta prestigiosa Academia... Vaya equivocación —dijo con su voz rasposa, rascándose el brazo fofo y lleno de manchas por la edad, acompañado de un leve tintineo de sus pulseras plateadas—. Mírenme ambos ahora mismo. Cuando una autoridad les habla deben fijar sus ojos en ella.

—Disculpe, Directora —se adelantó a decir Arthur, levantando la vista.

—No fue mi intención, señora Directora.

No, no lo fue. Tú intención había sido magullar la cabeza de Kirkland minutos atrás.

—Las disculpas no sirven de nada si el acto se podía prevenir —graznó, juntando las manos en el escritorio—. Puede que tú seas el alumno más importante en está institución ahora y tú una niña queriendo llamar la atención desde hace tiempo, sí, no creas que no leí esa absurda nota donde cuestionas mi autoridad y mis decisiones. Sin embargo, a ninguno de los parece caberle en la cabeza el verdadero prestigio de este colegio.

Aquella mujer seguía siendo tan intolerable como la última vez, apretaste el apoyabrazos sin quitarle la mirada de encima, mientras ella te intentaba desafiar a que le contestes.

—La envidia es algo que no promovemos en este lugar. Y mucho menos la agresión entre estudiantes. Es totalmente intolerable —sentenció con severidad —. Cualquier otro director te sacaría de la Lista de Alumnos Destacados, Kirkland. Y a ti, Newland... —Se detuvo con cierto desprecio en la voz, imperceptible a simple vista, pero podías notar que le disgustabas por la mueca en su boca—. A ti debería darte la expulsión. Por agresión y vandalismo.

El inglés te miró sin expresión alguna cuando abriste la boca totalmente alterada. Te odiaste por dentro, blasfemando en tu mente a ti, a Arthur y a la Directora. Las lágrimas comenzaban a amontonarse en tus ojos, pero hiciste un gran esfuerzo para que no salieran de allí y sólo nublaran tu vista.

—Pero no lo haré. Desgraciadamente, estamos participando en un nuevo programa de tolerancia y apoyo a los alumnos problemáticos —Antes de seguir, le dio un sorbo a su café casi frío y amargo, como su expresión—. A ambos se le asignará una tutora que les dará actividades para que resuelvan el conflicto que tienen. Como una terapia de parejas, ¿entienden?

Los ojos de Arthur reflejaban lo repugnante que era imaginarlo. Te acomodaste en el asiento, intentando no suspirar, aliviada de sólo recibir un castigo. Frotaste la manga de tu chaqueta contra los ojos disimuladamente.

Academia World (Hetalia x Lector/a)Where stories live. Discover now