Capítulo 22

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Volví mi vista hacia atrás, sintiendo mi corazón golpear contra mi pecho, por el susto que había tenido, y una chica de pelo rojo y una sonrisa que no me sentó nada de bien, comenzó a caminar hacia mí

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Volví mi vista hacia atrás, sintiendo mi corazón golpear contra mi pecho, por el susto que había tenido, y una chica de pelo rojo y una sonrisa que no me sentó nada de bien, comenzó a caminar hacia mí.

Hormigueos fríos y cortantes comenzaron a subir por mi piel, y se colaron hacia mi sistema. Sentí una opresión en mi pecho y el miedo se filtró a mi sangre, haciéndola más burbujeante y densa.

En silencio vi como tomaba asiento a mi lado y me miraba con unos ojos grises, que tenían una pizca de algo que no pude reconocer y revolvió todo mí en mi estómago.

Por alguna extraña razón no me fiaba de ella.

—Un gusto conocerte —habló alegremente y me tendió su mano, la cual quedé viendo con desconfianza.

—Pues, no te conozco así que no puedo decir lo mismo. —Volví mi vista hacia la de ella y vi cómo me sonreía más abiertamente, llevando espirales por mi espina dorsal.

—Oh, lo siento, soy Laura, la chica del mensaje sobre Esteban —habló como si nada y la sangre en mi cuerpo se drenó.

Cada vello en mí se erizó y espirales de miedo comenzaron a recorrer cada rincón de mi anatomía, entumeciéndome.

«La chica del mensaje sobre Esteban».

Dios, ¿ella era la chica que me había advertido sobre Esteban? ¿Ella era la causante de miles de dudas que tuve cuando leí ese mensaje? ¿Ella era también de los siguientes mensajes que recibí y nunca respondí o leí por completo?

Vi con estupefacción el rostro sonriente de Laura y retrocedí en mi puesto, intentando mantener toda la distancia posible entre esa chica y yo, porque sabía muy bien que nada bueno podría salir de ella si era la causante de ese mensaje.

—¿Qué mensaje? —susurré e intenté mantener mi voz neutral, sintiendo todo un caos en mi interior y el panorama demasiado surrealista para ser cierto.

Ella se rio audiblemente y fue como si una lluvia ácida hubiese caído sobre mí porque su voz sonaba tan frívola y malvada que me daba temor.

Y lo volvía a decir; había algo tan raro y desconcertante en esa chica.

—No te hagas la que no sabes, Hebe. —Se cruzó de piernas y se acomodó mejor en la banca, posando un brazo en el respaldo de madera—. Solo hay que ver cómo te pusiste para saber qué sabes muy bien de qué mensaje hablo. Pero si necesitas un empujón, sí, yo fui la que te mandó esa advertencia acerca de Esteban y los siguientes mensajes que nunca leíste. —Sin esperarlo acercó su rostro hacia el mío, helándome la sangre, y su expresión cambió completamente, endureciendo sus rasgos—. Él es peligroso, Hebe, muy peligroso. No sabes lo que pasa por su mente y nunca lo sabrás. Es mejor que te mantengas alejada de él o si no saldrás lastimada.

No había tinte de alegría en su voz, como su primer intercambio de palabras hacia mi persona, sino que cada letra pronunciada estaba cargada de hielo y odio, casi escupiendo todo en mi rostro.

Sentirse Viva (#1 Sentirse Viva)Where stories live. Discover now