Capítulo 8

50.5K 2.7K 557
                                    


Era impresionante cuan fácil se puede volver a las viejas costumbres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era impresionante cuan fácil se puede volver a las viejas costumbres.

Piensas que ya estás lejos de ellas, haz progresado bastante, puedes continuar. Pero caes.

Caes, caes, caes y te envuelven. Llenan cara rincón de ti, empapan partes de ti que aún no sanaban y se deslizan en recónditos lugares. Te asfixian, te ciegan, te apartan del mundo real y cuando intentas luchar, cuando intentas volver a la senda que cuidadosamente habías comenzado a transitar, ya es demasiado tarde.

Esas viejas costumbres comienzan a arraigarse tan profundo en ti que no se puede salir.

Así era como me sentía. Como la antigua versión de mí.

La que más odiaba, la que había prometido nunca más hacer ver en esta nueva vida.

Pero que al final igual salió a relucir.

Vi mis manos temblar y como el celular entre ellas me recordaban que había provocado mi estado.

Un mensaje. Solo un mensaje.

«Eres tan patética pensando que él está interesado en ti. Esteban no se preocupa por las chicas, solo somos un juguete para él. Tenlo presente, nuevita. No creo que estés dispuesta a conocer su pasado.»

No sabía de quién se trataba ni hice mucho para averiguarlo. En cuanto cada palabra fue procesada por mi cerebro me había adentrado en aquella burbuja que siempre me protegía. La burbuja en la cual me había refugiado por tanto tiempo.

Mi cuerpo no reaccionaba, mi cerebro no funcionaba bien, mi vista no enfocaba del todo. Las personas pasaban como borrones a mi alrededor, la brisa no llegaba a soplar en mi rostro, los sonidos se oían sordos.

El oxígeno pasaba con normalidad por mi anatomía, pero la presión en mi pecho ardía. Provocaba un ardor que se propagaba por cada centímetro de mí.

Esto era el comienzo. Lo sabía muy bien porque ya había pasado por esto.

Las personas comenzarían a fijarse más en mí, a rebuscar en mi pasado. Los trapos sucios saldrían a relucir y cada intento de dejar aquello atrás no servirían de nada.

La nueva persona que intentaba construir sobre cimientos rotos se vendría abajo.

Yo me vendría abajo.

Sabía que tenía que comenzar a idear un plan; cambiar mi número, intentar hacerme lo más invisible y pequeña posible. Pero lo más importante y lo que seguramente arreglaría todo, se me hacía demasiado doloroso solo el hecho de pensarlo.

Alejarme de Esteban. Empujarlo fuera de mi vida, para seguir en una pieza. Pero no podía.

Él de a poco había comenzado a formar parte de mis días. No me sentiría bien si solo lo alejaba.

Sentirse Viva (#1 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora