Capítulo 4

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La brisa marina golpeó mi rostro y envolvió todo con calidez

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La brisa marina golpeó mi rostro y envolvió todo con calidez.

Los gritos de alegría junto con el sonido de los juegos en funcionamiento se mezclaron en el aire y le dio a todo un toque más alegre.

Luces fluorescentes pasaban como borrones por mi vista cada vez que hacían un movimiento brusco al entrar en funcionamiento, y eso me hizo sonreír como una niña pequeña.

Tomé más fuerte la correa que cruzaba mi cuerpo y dejé que Maca y Ale me guiaran hacia la entrada del lugar.

Los detalles de la última vez que había asistido a una feria eran solo de pequeños fragmentos que muchas veces no tenían conexión.

Eran recuerdos no concretos.

Por aquello mismo miraba con fascinación todo a mi alrededor.

—¿Tendremos que hacer filas? —pregunté y acomodé mi chaqueta de mangas cortas, viendo a personas en numerosos grupos caminar hacia la entrada.

Me preguntaba cuanta extensión tenía la feria.

—Sí, pero no es algo horrible.

Maca terminó de ver su rostro en la pantalla de su móvil y lo guardó en sus vaqueros, juntando sus labios pintados de un leve rosa.

—Allá está Nick, ven, vamos.

Ale tomó mi muñeca y tiró de mí hacia adelante, haciendo que Maca nos siguiera. Nos detuvimos cuando estuvimos frente a Nick y Ale soltó mi muñeca, para acercarse a su novio y darle un beso.

—Agradece que vine contigo —Maca susurró en mi oído y yo volví mi mirada hacia ella—. Lo más probable es que ellos vayan a saber dónde y nos dejen solas.

Una risa se escapó de mis labios con sus palabras, y luego sentí como las miradas se posaban en mí.

—Hebe —La voz de Ale me hizo voltear mi cabeza hacia él y su acompañante—, él es Nick, mi novio.

La sonrisa de orgullo que dio al pronunciar su nombre me hizo sonreír y Nick se acercó, besándome castamente la mejilla.

—Un gusto, Hebe, me han llegado muchos comentarios sobre ti estos días —dijo en un tono amigable, pero sus palabras tuvieron el efecto contrario.

Un revoltijo involuntario se produjo en el interior de mi estómago y contuve las ganas de agachar mi cabeza para intentar pasar desapercibida y así evitar llamar más la atención.

Poco a poco, tenía que comenzar a volverme la chica que quería ser.

—Espero que hayan sido buenos.

Como la chica que soltó aquello.

Las palabras se sintieron raras en mi boca, pero me sentí mejor al saber que estaba socializando con alguien y no cortando una conversación.

Sentirse Viva (#1 Sentirse Viva)Where stories live. Discover now