Capítulo 7

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-¡Louis! – grité sin poder contenerme. En seguida lo abracé con fuerza. Había estado esperando por este momento durante años y simplemente no iba a dejar que se me escapara de las manos. Él me rodeó con sus brazos y me levantó levemente del suelo como si fuera una niña pequeña. Nos salimos así de la fila que esperaba para ordenar café.

-¿Connie, qué esta pasan…? – alcanzó a decir mamá antes de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.  – Oh, joder… - pareció quedarse en blanco. Louis me soltó para poder verla; yo seguí sin quitar la vista de él, tenía mis manos en su cara, como si no pudiera creer que estaba ahí conmigo.

-Mamá –la llamó él.

Me volteé para mirarla: tenía los ojos cubiertos de lágrimas. Dejé que mi hermano pudiera llegar a ella. Entonces los observé dando pasos lentos y nerviosos hasta que estuvieron frente a frente. Se miraron por un rato y luego se abalanzaron uno sobre el otro en un abrazo que pareció durar una eternidad.

Comencé a secar mi rostro. No sé en qué momento había empezado a llorar. Los demás clientes del café nos miraban con una mezcla de extrañeza y emoción.

Cuando por fin se soltaron, mamá me dedicó una mirada rápida y luego regresó sus ojos hacia Louis. Me atrajo a su cuerpo y nos mantuvo por un rato a cada uno de sus costados. Sonrió y su rostro pareció iluminarse de felicidad.

-Vámonos de aquí –susurré solo para que ellos me escucharan – la gente nos mira raro.

Ellos asintieron y nos alejamos del lugar para volver a la calle. Caminamos apegados, como si no pudiéramos alejarnos ni un centímetro. Yo no podía dejar de mirar a mi hermano: estaba más alto, más fornido y más guapo que antes. Ya no tenía esa cara de adolescente en proceso de formación; ahora era un adulto de veintidós años. De alguna manera todo se sentía irreal.

-Podemos ir al departamento donde me estoy quedando. – Propuso Louis – no es muy grande pero  podremos hablar tranquilos. – se detuvo un momento para mirarnos. Ni mamá ni yo dijimos una palabra. – se que deben querer saber muchas cosas.

Mamá sonrió y se aferró a su brazo – No puedo creer que estés aquí.

-Yo tampoco lo creo – dijo él acercando su mejilla a la de mamá. Llevó uno de sus brazos por detrás de ella para abrazarla. Luego de un momento la soltó. – Te extrañé mucho – le susurró. Entonces desvió su vista hacia mí – a las dos.

-Y las dos te extrañamos mucho a ti – le sonreí.

***

Llegamos al departamento bastante rápido; Quedaba algo así como al otro lado de la plaza. Nos situamos frente a la puerta y Louis se puso a buscar sus llaves.

-Es de un amigo, pero dijo que iba a salir con su novia… - nos dijo mientras introducía la llave en la cerradura. La giró dentro y comenzó a abrir la puerta lo suficiente para poder mirar el interior del lugar. Entonces retrocedió rápidamente y se dio la vuelta para mirarnos al tiempo en que juntaba la puerta a su espalda - ¿Saben qué? Acabo de darme cuenta de que está un poco desordenado ahí. – a medida que hablaba, la puerta empezó a abrirse nuevamente detrás de él sin que se diera cuenta, por culpa del viento que entraba desde la ventana del pasillo en el que nos encontrábamos.

Lo que estaba sucediendo adentro no pasó desapercibido por mi madre ni por mí: Un joven de cabello rizado y una chica se estaban besando apasionadamente en lo que parecía era el living-comedor del departamento. De pronto Louis se dio cuenta de que la puerta no seguía en el sitio en el que él la había dejado. Se dio la vuelta con precipitación y fingió sorpresa.

-¡Harry, amigo! – exclamó ingresando en la propiedad. La pareja se percató de nuestra presencia y se separaron de inmediato. Lucían bastante avergonzados. – Dijiste que no estarías aquí hasta entrada la noche… - intentó susurrar Louis.

I never thought you'd be mine //n.h//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora