Psychopath

10. Completos extraños.

Saura

Me levante de un rápido movimiento y me dispuse a tomar algo que me sirviera de arma si trataba de hacerme algo.

-¿Có-cómo entraste? -Tartamudeé.

-Dejaste las ventanas abiertas, cariño. -Dijo y me examinó de pies a cabeza - No debiste dejarlas así, éste pueblo está lleno de psicópatas y gente que practica cosas muy raras... pudo haber entrado un asesino.

-Te equivocas, tengo a uno frente a mí y si no te vas te juro que...

No podía completar la oración, no tenía como amenazarlo, ¿qué haría una chica como yo a un homicida como él?

-¿Me juras? - soltó una carcajada.- cariño...

-¡Deja de llamarme así! Largo de mi habitación.

-No se tu nombre, asi que no hayo otra forma de llamarte. Dejame decirte que "cariño" te queda bien.

No confiaba en él, eso era seguro, ¿Debía decirle mi nombre? ¿Acaso no lo sabía ya? Leyo el diario, así que debe saberlo.

-¿Acaso no lo sabes? Leíste mí diario.

Se limitó a hacer un gesto de negación y corrí hacia la mesita de noche y busqué el diario, lo abrí y recorrí las páginas en busca de la nota. La encontré.

-¿Esto lo escribiste tú, ¿no? - Dije y le enseñé la nota.

-Sí, pero no lo metí en tu diario.

No sabía que decir, intentaba crear respuestas en mi mente pero todas se me hacían absurdas. Si él no había sido entonces... ¿quién fue?

-Entonces tú sabes mi nombre... pero aún así deja que me presente: Soy Jake. Tengo 18 años, soy muy conocido por mis varios homicicios, visitas constantes al psiquiatra y mi escape de un reclusorio mental. Ahora, tú.

Lo observé durante unos segundos pero finalmente cedí.

-Soy Saura.

-Presentación completa, cari... perdon, Saura.

-Saura Morrison. Tengo 17. Soy conocida por mis constantes mudanzas y... eso es todo.

Me observó detenidamente y señaló la cama.

-Si crees que voy a hacer algo contigo estas muy equivo...

-Saura, seré un psicópata, un homicida y lo demás, pero se respetar a una mujer.

Despues de una hora con Jake en mi habitación pensé que a esas alturas ya lo estaría golpeando con un palo. Pero no fue así.

-¿Dónde vives? Tú sabes perfectamente la ubicación de mi casa y aún más la de mi recámara. Debemos estar parejos.

-Bueno, ¿has visto el árbol que tiene una soga rota en una de sus ramas?

Traté de hacer memoria. No conocía tan bien éste pueblo, pero no me sorprendería que hubiera una soga amarrada a un árbol, una soga en la cual era obvio que alguien se había quitado la vida.

-No, no lo recuerdo.

-Entonces creo que no lo ubicaras mentalmente. Te llevaré.

Esas últimas palabras resonaron en mi cabeza. De repente la imagen del sótano apareció en mi cabeza. Él estaba ahí y yo estaba tendida en el piso inconsciente.

Una voz me grito.

<<Recuerda, él es un homicida, escapó de un reclusorio mental, ¡él no es de fiar!>>

-Te veré mañana a esta hora. -Dijo Jake.

Antes de que dijera algo más él desapareció en la oscuridad de la noche.