XXII. I can't say it's what you know, but you've known it the whole time.

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  —★—  

Eso es todo.

La comunicación se ha cortado de un segundo a otro, imposibilitando alguna protesta de su parte y matando las palabras que tiene atoradas en su garganta. El agua de la lluvia choca con vehemencia contra los ventanales, provocando agudos sonidos y acompañando con ello el tarareo de su madre que proviene de la cocina. Sus padres volvieron hace treinta minutos atrás y Janet se marchó a su casa hace cuarenta.

Sólo han pasado quince segundos desde el corte de la llamada, y Natasha es consciente de que, pensando con la cabeza fría, no tiene tiempo para quedarse otro segundo más sin hacer nada. Tampoco necesita mayores explicaciones para saber que tiene que moverse ahora ya. Relame sus labios resecos, antes de depositar su teléfono móvil en uno de los bolsillos de sus vaqueros y comenzar a atravesar el comedor lo más tranquila y cautelosamente posible. Cualquier movimiento podría delatarla y una discusión es lo que menos necesita en estos momentos. Natasha respira con normalidad mientras rodea la mesa y pasa de su padre, quien se encuentra arreglando el florero adornado ahora con azucenas blancas y gardenias, completamente en silencio.

Como una sombra más, ella se mueve con tanto sigilo y lentitud que cualquiera podría ignorar que se encuentra allí. Natasha está a punto de abrir el picaporte de la puerta de entrada a la casa, cuando su mano se detiene a medio camino.

—¿A dónde vas? — dice su padre, manteniendo su total atención en el arreglo floral, desde el salón. Natasha no se voltea, sin embargo, y escucha perfectamente cómo su madre ha dejado de cantar debido a su agudo oído.

—¿Vas a salir con este clima, Alianovna? — comenta su madre, asomándose desde la cocina hacia el pasillo que conecta con la entrada. —Está lloviendo mucho, ¿no crees? Puede ser peligroso.

—Iré a ver a Steve a su casa. — responde, depositando su mano en el picaporte. —Necesita ayuda con una tarea. No me va a pasar nada.

—No tienes permiso para salir. — escucha de parte de su padre, y ella no puede evitar tensarse un poco. —Llueve muy fuerte. Steve tendrá que esperar.

—Querido, no seas así. — los pasos de la mujer resuenan por toda la casa. Afuera la lluvia sigue cayendo y el tiempo se agota. —¿Es muy importante que vayas ahora, hija? Quizás él pueda entenderlo.

—Sí. Es importante.

—No tiene permiso.

—Me está esperando. — replica ella, apretando quizás con demasiada fuerza el picaporte con su diestra. El olor de su padre se ha vuelto más pesado de lo habitual, eclipsando el propio y el de su madre. —No tengo tiempo para esto, vuelvo en unos momentos.

—Dije que no tienes permiso. — y la calma con la que él contesta es tan severa como un golpe y tan fuerte como un rugido. Natasha odia ese tono de voz. Esa tranquilidad y esa frialdad que posee su padre y que intimida con tanta magnitud que ni siquiera puedes moverte. Y su voz de alfa es peor. Mucho peor. Inhala profundamente intentando tranquilizarse y buscando de alguna manera salir de allí. Cierra sus ojos y en menos de un segundo su mente halla la excusa perfecta para escapar:

—James también me está esperando, papa.

Entonces, después de unos largos e infinitos minutos sintiendo como el ambiente poco a poco comienza a destensarse, y cómo la melodiosa voz de su madre emerge nuevamente desde la cocina inundando la casa, su padre responde: —Está bien. — y con eso es suficiente para huir lo más rápido posible de su hogar, concentrando su atención en el aroma de Tony y James, mientras la voz de su madre exclamando un "¡Envíales nuestros saludos a esos dos y no llegues tarde para la cena!" se pierde en la lejanía.

AU. ❝I'm not over you just yet❞ ✘ WinterIronWhere stories live. Discover now