VII. And I thought I heard you out there crying.

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    —★—    

James no responde.

Al menos, no de inmediato.

Está demasiado ocupado en observarle fijamente con esos ojos que le atraviesan el cuerpo, la piel, los huesos y los músculos. Tony odia su mirada. Odia el color que tienen, odia su intensidad y la forma en que intentan transmitirle un mensaje que él, desgraciadamente, no puede interpretar. Jamás ha sido bueno en analizar las acciones de la gente en base a emociones. Básicamente porque él se ha desligado de ellas desde que tuvo que obligarse a hacerlo, cuando el cúmulo de estas mismas lo sobrepasó como si hubiera tenido una sobredosis de drogas o de alcohol. Demasiado intensas en su momento para un prepuberto que apenas sabía qué era lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Demonios, tampoco puede saberlo ahora a sus diecisiete años de edad. Más que mal, a pesar de todo, sigue siendo un adolescente. Y básicamente eso es algo que alguna gente no entiende. Como Howard o como María. Mencionaría también a sus compañeros, pero sabe que sería demasiado injusto. Los demás también son niños como él, que cometen errores y que se equivocan. Que pueden herir y que pueden arrepentirse, como cualquiera.

Pero Tony es una persona injusta.

Lo sabe, y por esa misma razón, no puede evitarlo, aunque las voces de la razón en su cabeza lo martiricen antes de que cometa una estupidez. Tony no las escucha. Nunca lo ha hecho, y debería empezar por hacerlo. Y la verdad, piensa él, es que no quiere. No quiere escuchar la voz que ahora le está diciendo que por su propio bien no debe presionar al hombre/animal que está delante de sus narices, pidiéndole –quizás- con su mirada que olvide el tema. Que no se tiene que involucrar, porque la verdad es que todo el tema no le compete, y es por eso que su deber es alejarse. Porque es lo más lógico cuando te lanzan una simple y llana advertencia, porque es, además, lo que querías hacer hasta hace 10 minutos atrás.

Pero la curiosidad es muy elevada como para no ceder ante ella.

—Respóndeme, Barnes. ¿Estoy involucrado porque ahora sé tú secreto? — pregunta y suena más altivo de lo que debería. Está verdaderamente, –no, mejor sólo un poco-, intrigado en saber qué es lo que esconde detrás de toda esa fachada de chico malo y de las palabras que le impiden ahondar más en él. Tony lo entiende en cierta parte, porque jamás se han llevado bien. Y porque después de todo esto, no serían amigos. Tampoco dejarían de odiarse. De verdad lo entiende, porque, ¿Cómo reaccionarías cuando una persona que no te agrada descubre algo que no debería haber visto, presenciado y oído? Él mismo sería mucho más brusco y más cínico al verse desnudo. Sería un hijo de puta, justo como lo estaba siendo ahora, presionándolo; sin saber la razón. Tal vez porque no le gusta que le digan que no puede hacer algo o tal vez porque, una parte de él en lo más recóndito, no quiere alejarse.

Es algo tan contradictorio que hasta le cansa. Pero es parte de las hormonas. O de su personalidad. Bueno, no tiene idea. —Digo, debe existir algo escondido tras estas advertencias que me estás diciendo, ¿No? Ya sé que es parte de tu puta vida personal y yo precisamente no soy la persona con la que mejor te llevas, y que todo pudo haber sido todo un error. Es obvio y no soy un tonto como para no darme cuenta. Sé también que debería hacerte caso, Barnes. — un suspiro se escapa de sus labios: —Mierda, no sé cómo estoy teniendo esta conversación. Hombres lobos, carajo. — Tony al fin destensa su cuerpo, avanzando aún más hacia el mayor mientras que se atreve a tocarle el pecho retadoramente con su dedo índice. —Pero no puedes pretender que de un segundo para otro me olvide de lo que pasó, que no necesite respuestas. Porque las quiero y las exijo.

Lo peor es que sus propias palabras calan dentro de él. Porque aunque estuvo toda la mañana batallando contra esa verdad, mintiéndose sobre que no le interesaba en lo absoluto, que no había ocurrido y que debía olvidarse de ello; no quiere. La verdad es que no puede olvidarse del maldito lobo que no lo dejó dormir en toda la madrugada, sin obtener ninguna respuesta. Porque es un genio y necesita una explicación. Y lo cierto es que el único que puede hacerlo es el mismo Barnes.

AU. ❝I'm not over you just yet❞ ✘ WinterIronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora