VI EL POETA MUERTO

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Una vez había

llamado un poeta “el muerto”.

Y era así porque sus obras

traían la desgracia y el miedo.

                     

El poeta se defendía

y mostraba su poesía,

la dulce y delicada obra

que jamás nadie pensaría

que podría ser maligna.

“El muerto” escribía hazañas

de héroes valientes de guerra,

pero como eran tan tristes

decidieron dejar de leerlas.

El poeta ahora se encuentra

encerrado en esta sala.

Solo, sin salida,

a ver cómo escapa.

El poeta moribundo,

deja sus últimos escritos:

“Me habéis condenado a muerte,

y eso yo no lo admito”.

“Si tengo que dejar mi vida,

la dejaré antes que la poesía”.

Por eso le llaman el muerto,

el poeta desterrado en el infierno

por hipócritas de la vida.

En clave de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora