I | A la memoria de aquel que algún día amé.

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Antología: De la princesa que perdió a su príncipe azul

I | A la memoria de aquel que algún día amé.

Arrecia el frío, atañe en la tierra.

El polvo de mayo inunda la escena.

Su cuerpo enterrado; ahogado entre penas.

Mi llanto olvidado deshace las huellas.


Sus ojos escarlata,

su tesón y firmeza.

Hasta el último de sus poros

era pura proeza.


Golpea la muerte, rodea mi vera.

El polvo de junio envuelve la escena.

Sus llagas de cera; sus marcas de guerra.

El leve rozar de su mejilla en mi yema.


Su nariz aguilucha,

su grandiosa presteza.

Hasta el último de sus cabellos

era seda y clareza.


Aturde el verano, araña mis venas.

El polvo de julio asfixia la escena.

Su sangre reseca; su fuerte aspereza.

El último adiós desde mi alacena.


Sus dedos, pianistas,

en mi mente, extrañeza.

Hasta el último de sus recuerdos

era su propio poema.


Irrumpen las gotas, la lluvia me quema.

El polvo de agosto azufra la escena.

Sus lágrimas de ángel; su espíritu, poeta.

Ayer se fue al cielo una estrella.

En clave de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora