Il mío amore perdido y otras cantatas olvidadas [VI]

20 2 0
                                    

Dejé de sentirlo cuando te marchaste.

Había sido mi fugaz compañero,

el único que me alentaba

de que seguía con vida.

Era tan simétrico su sonido,

que casi daba miedo.

Tic-tac. Llaman a la puerta.

Tic-tac. Se oyen unos gritos.

Tic-tac. Me dejas de lado.

Tic-tac. No querías hacerlo.

Tic-tac. Pero lo hiciste.

Tic-tac. Ya no hay marcha atrás.

Dejé de sentirlo cuanto te marchaste.

Mi corazón se deshizo en pedazos,

y ya no queda nada

de él.

En clave de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora