3. "Di que sí, por favor"

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No quise contestarle, y me quede quieta en mi silla. Iría copiandome de la libreta de Emily los apuntes pero después de lo que me dijo no iba a sentarme con él, ni mucho menos. ¿Pero de qué iba? Menos mal que era un chico "muy simpático" y se llevaba bien con todo el mundo. A mi ese chico no me gustaba un pelo. Seguro que es el típico chico que conoce todo el mundo, que lleva a todas las chicas locas detrás de él y que quiere ganarse la confianza de todo el mundo para ser más popular. Estúpido. En ese instante recordé que Wen me dijo que no discutía con nadie. 

Los profesores nos han sentado como ellos han querido, y para mi desgracia, él esta muy cerca de mi. Pero no me gustan los problemas, así que simplemente he decidido que voy a ignorarle, y voy a ignorar cada comentario que diga. Kyle no se merece tener ningún tipo de atención por parte de nadie.

En estos instantes estábamos las tres apoyadas en el respaldo del muro que había en el instituto. Era la hora de almorzar, y nosotras siempre nos sentabamos ahí. Era un lugar que estaba cerca de la cafetería. Nosotras, éramos unas de las pocas personas del instituto que no ibamos a la cafetería en la hora de descanso. Ahí siempre habían peleas y estaba todo el mundo, lo cual hacía que tuvieras una calor para morirte. Emily y Wen, estaban hablando de ir a una fiesta este Sábado, pero yo no quería ir, así que estaba centrada en mi bocadillo, con los auriculares en mis orejas, escuchando "Sing" de Ed Sheeran, hasta que Emily empezó a moverme bruscamente.

- ¿Qué? -exclamé quitándome los auriculares.

- Di que sí, por favor. -habló Wen.

- ¿De qué estáis hablando? 

- Este Sábado. -dijo Emily- Sabemos que no te gustan las fiestas ni nada de eso, pero no lo has probado nunca, ¿cómo vas a saber que no te gustan? Venga, ven. 

- No. -sentencié- He visto que clase de fiestas os gustan y son exactamente el tipo de fiestas que detesto. Además, no me hace falta ir para saber que no me van a gustar. 

A ellas les gustaban el tipo de fiestas que aparecen en las películas, que la música esta tan alta que puede temblar hasta el suelo, todo el mundo esta bebiendo y borrachos, las chicas van siempre insinuandose y los chicos se aprovechan. Seguro que habrán hasta drogas. No es que yo sea una santa ni nada por el estilo, pero para mi gusto, hay otras maneras de divertirse que no sea bebiendo ni liandote con alguien al que, seguramente, no vayas a volver a ver.

- ¡Venga ya! No seas tan amargada.

- ¡Sois mis amigas, sabeis de sobra que no me gustan y se supone que no teneis que obligarme a hacer algo que no me guste! -exclamé.

- Ronnie tiene razón. -habló Wen esta vez.- Si no le gustan, no tiene por qué venir. 

- Gracias. -murmuré aliviada.

- Pero sería una pena que fueras a quedarte un Sábado sola, sin nada que hacer, en casa.

- Wen, no. -hable. Me quería hacer chantage emocional, siempre me hace eso.

- Dejarnos solas, sin tu querida y adorable presencia a nuestro lado. -siguió- Sin tener a una de nuestras mejores amigas... ¿qué digo amigas? A una hermana, que no esté a nuestro lado en una de las mejores fiestas del mundo. No será tan divertido sin ti.

Las odio. Las odio a las dos. A mi con chantage emocional me pueden hacer cualquier cosa, y lo usan en mi contra. Que bonito es tener amigas, pensó mi subconsciente. No quería ir, y sería fallar a mis principios, pero es que, estaba empezando a tener intriga por esas "mejores fiestas del mundo". Siempre que las chicas me decían que me iba a perder una, yo me lo tomaba de broma, para mi siempre han sido todas iguales, sólo que esas las adornan más, pero cuando venían los Domingos a mi casa y me contaban todo lo que hacían, me lo pasaba bien. Parecería una tontería, pero me lo pasaba bien escuchándolas, hacían tantas cosas extrañas y se las veía felices. Siempre me han dicho que querían que las acompañara y que fueramos las tres juntas a una de "las mejores fiestas del mundo" y siempre me he negado. 

- Esta bien. -dije, rindiendome. Siempre hay una primera vez para todo, ¿no?

- ¡Vamos! -gritaron las dos, abalanzándose encima de mi y abrazándome. - ¡Te queremos más que a nuestra vida!

- Sí, sí. -murmuré, rompiendo el abrazo.- Todo el mundo quiere a Ronnie cuando hace lo que quieren los demás. -rodé los ojos al escuchar como ellas se reían.- Por cierto, ¿dónde será la fiesta?

- En casa de Kyle. -contestó Emily lo más rápido posible y con una media sonrisa.

- ¡¿Qué?! -grité. - Estareis de broma. -ellas se miraron mutuanmente y negaron con la cabeza- Ni de coña voy a casa de ese imbécil. ¡Es que ni llena de cocaína iría ahí!. 

Si se pensaban que a la primera fiesta que iba a ir, sería en casa de Kyle, la llevaban clara. Es que ni borracha iría a casa de ese estúpido. Tengo dignidad.

- ¡Venga, por favor! Ignórale y ya esta. Sólo disfruta de la fiesta.

- ¿Cómo voy a ignorarle si voy a ir a su casa? -exclamé indignada. Cuando quieren son tontas.

- Por favor. - juntaron las menos en forma de súplica e hicieron un puchero, que daba mucha pena, en verdad.

- No. -dije cerrando los ojos y cruzando los brazos en mi pecho. - No, no y no.

- Por favor, por favor, por favor. - hicieron voz de niñas pequeñas y empezaron a abrazarme y a hacerme cosquillas, no podía dejar de reír, pero cuando parara iba a matarlas. - ¡Venga Ronnie no te hagas suplicar y ven! ¡Lo estás deseando! -exclamó Emily acompañada de una risa.

- Sólo con una condición. -dije una vez que nos sentamos como estabamos al principio. Emily y Wen estaban escuchandome atentamente. - Que Maica venga con nosotras.

 [Maica en multimedia]

IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora