19º El problema de no hacer las cosas a tiempo

17K 2K 367
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mis ojos están tan rojos e hinchados que Henry piensa que lloré todo el día. Los efectos de la marihuana ya han pasado, o eso espero; por si acaso me mantengo alejada de él para que no sienta el aroma en mi pelo.

—¿Puedes decirme qué pasó hoy? —me pregunta con su tono de "quiero ser comprensivo".

—Depende, qué te dijeron.

—Me llamaron al colegio y tuve una reunión con tu director.

¿Fue hasta el colegio? Demonios, yo pensaba que solo había sido una llamada. Debo pensar cómo defenderme.

—¿Te dijo que vinieron a contarnos ideas sumamente insensibles y a vendernos Yogures? Porque yo dije lo que pensaba y no voy a retractarme —digo a la defensiva, de pronto me doy cuenta que no sueno tan enojada, más bien me río al decirlo.

—¿De qué te ríes? —Henry se pone serio.

—De nada, sabes que soy rara. —Hago mucha fuerza para mantener las comisuras de mis labios al centro y creo que al final solo logro verme absurda.

—Está bien, no necesitas justificarte. Escuché su versión de la historia y estoy de acuerdo contigo. Le dije al director que venir a promocionar productos al colegio no es legal y ahí pareció asustarse. No van a castigarte ni a suspenderte.

—¡¿Es en serio?! —lo abrazo, más que abrazarlo creo que lo estoy ahorcando. No me importa, Henry se puso de mi lado también, eso no tiene precio.

—Sí, tranquila. Eres una buena chica y tenías razón para enfadarte. —¡Henry es tan genial! De verdad lo amo, podría besarlo ahora mismo.

—¡Eres estupendo! ¿Puedo pedirte una cosa más? ¿Puedo faltar mañana al colegio? Prometo que me pondré al día con todo. —Ya que está de mi parte, hay que aprovechar. ¿La marihuana deja resaca? Quién sabe, igual estoy segura que mañana no despertaré del todo bien, ni para ir a la universidad.

—Está bien, pero quédate en casa, no quiero saber que te escapaste con tu novio —accede.

Yo asiento sonriendo, no saldré de casa, está claro y por supuesto que si escapara Matías estaría en mi lista mucho antes que Arturo.

Henry se retira dándome un beso en la frente y me deja a solas en mi habitación. Apago la luz y me recuesto en mi cama. Siento mi cabello y mis poros impregnados con una mezcla del aroma a la marihuana y a Matías.

Después de besarnos por un largo rato, él simplemente se levantó diciendo que moría de hambre y sin comentar nada sobre lo que acababa de suceder, fuimos a devorar todo lo que encontramos en la cocina.

Me acurruco al fondo de mi cama, debajo de las frazadas, con tan poco aire que el aroma se concentra. Cierro mis ojos recordando el cuerpo tibio de Matías sobre el mío, sus labios cerrándose en los míos y su lengua jugando con la mía. Me relajo y me duermo abrazando esa sensación imaginaria.

Por tu amor al ArteWhere stories live. Discover now