1° Llevar la fiesta en paz

125K 7.1K 1K
                                    

sta novela trata sobre crecer, los personajes evolucionan mucho durante la historia así que si algún personaje  no te agrada, dale la oportunidad de evolucionar, seguro te sorprende

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

sta novela trata sobre crecer, los personajes evolucionan mucho durante la historia así que si algún personaje  no te agrada, dale la oportunidad de evolucionar, seguro te sorprende.

Podría estar haciendo mil cosas productivas en este momento en lugar de esperar en el aeropuerto. Como dormir. Sí, dormir me parece más productivo que esperar viendo a Henry jugueteando con un cigarrillo que no puede fumar. Balanceándolo nerviosamente en su dedo anular y haciéndolo dar una vuelta entera con ayuda de su dedo índice. Vuelta y vuelta a la inversa, balanceo y vuelta; una y otra vez.

Yo no tengo un cigarrillo para jugar. No fumo y hacerlo es más improductivo que, bueno, esperar en el aeropuerto. Así que tener un cigarro entre los dedos y esperar aquí es jodidamente más improductivo que dormir... o ver crecer el pasto, o ver a un caracol arrastrándose con la ayuda de su propia baba.

De haber sabido que el vuelo tendría tres horas de retraso, habríamos salido con más calma. Miro mi reloj a cada momento y el incesante temblor de mi pierna parece poner nervioso a Henry, quien me mira por momentos y se abstiene de decirme algo. No me importa ponerlo nervioso, él me pone más nerviosa con su cigarro; además me obligó a venir. Si estuviésemos esperando un vuelo para salir de viaje o estuviera por llegar alguien a quien quisiera o al menos conociera, sería diferente; pero quien está por llegar de Francia es su hijo Matías. No lo conozco personalmente, vivo con Henry desde hace ocho meses y Matías estuvo los tres pasados años mochilenado por Europa.

Henry no me habla mucho de su hijo. Las veces que lo hace me recalca que fue un adolescente problema y que esperaba que el dejarlo tomarse tres años sabáticos le hubiesen servido para pensar sobre su futuro y sentar cabeza... o aburrirse de perder el tiempo. Por lo poco que sé de él, lo dudo. De vez en cuando mandaba fotografías de los sitios que visitaba y relataba cortas historias de fiestas a las que había asistido, lugares donde había acampado, y ya fuera porque era un cínico o simplemente quería molestar a su padre, cuánta hierba había fumado y su opinión sobre la calidad de ésta en los diferentes países. A veces también contaba sobre la chica, o las chicas, con quienes había tenido sexo desenfrenado; pero de eso no me enteraba, porque esa era la parte en la que Henry cerraba el correo y me ordenaba hacer otra cosa.

Por fin escuchamos por el megáfono que el vuelo treinta y uno cincuenta y dos ya aterrizó. Nos levantamos con las articulaciones casi anquilosadas y la poca paciencia que nos quedaba termina de consumirse mientras esperamos que Matías atraviese la puerta.

Hay una marea de gente atravesando la puerta y de él, ni señales. Yo creo que él es tan mala hierba como su padre dice. Sabe que estamos aquí desde hace horas y aún así va a salir al último.

Sí, como sospechaba salió al final, con la multitud ya dispersa. No se me hace difícil reconocerlo pese a que solo lo he visto en fotografías, sus rastras castañas atadas en una coleta no pasan desapercibidas. Henry se acerca a recibirlo y yo lo sigo de mala gana, no porque quiera demostrar que aún sin conocerlo le tengo aversión, sino porque soy una persona muy tímida y no sé exactamente cómo saludarlo. ¿Debo presentarme? ¿O esperar a que Henry lo haga? Aunque ya le ha hablado de mí y le ha enviado algunas fotografías.

Por tu amor al ArteWhere stories live. Discover now