All over again | Capítulo treinta

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Terminé de sacar los libros de Filosofía y di media vuelta, luego de cerrar el casillero. Repasé la materia para el último examen final. ¡Finalmente saldríamos de clases! Creo que últimamente lo repetía mucho, pero era lo único que quería. Enserio. Para comenzar mi vida como una adulta junto a Justin.

Sophia venía entrando con los carteles en una caja, hablaban sobre el baile de graduación. Sería este sábado. El tema era "Noche estrellada". Sophia era la presidenta por lo cual se encargaba de organizar todo ello junto a otros chicos de la directiva de la secundaria. Eran un equipo, y bueno, todos eran populares. La organización estaba casi lista, sólo faltaban algunos retoques y el baile de graduación estaría perfecto para el sábado.

El partido de hoy sería a las seis de la tarde, finalizando a las siete y media o más tarde. La mayoría de la secundaría iría a apoyar al equipo. Yo también iría obviamente, por Justin, nunca antes había ido y no sabía cómo era. Pero sería el último partido del año, y qué mejor sí lo ganaban.

Cambiando de tema, la mayoría de las parejas ya habían invitado a sus citas al baile. Las ideas que se les ocurrían eran muy bellas. Incluso Marcella me contó que el chico que le gusta la invitó, dejándole un papel a las afueras de su puerta principal que decía '¿Baile de graduación? Llévame tu respuesta mañana' y había una piedra muy grande que decía 'no' y otra que decía 'sí' pero esa era pequeña. Me dio mucha ternura, en verdad. Y me preguntaba sí Justin me invitaría al baile, suponía que... bueno, era obvio que sí. Sólo que aún esperaba su invitación...

El timbre resonó en los pasillos y rápidamente los alumnos ingresaron a sus salas -incluyéndome- y algunos se quedaron afuera, conversando.

Horas después, la campana que indicaba la salida de clases, sonó. Los alumnos salieron como animales salvajes y preferí esperar para salir de las últimas... lo usual. Una vez fuera, busqué con la mirada a Justin y no lo encontré por inguna parte. Me pareció extraño pero no sacaba nada con estar preocupada, prefería irme a casa y llamarlo desde ahí. Caminé por las cuadras mirando el paisaje, la gente, los niños pequeños, las casas, los autos, en fin, era lo típico, el paisaje que veía siempre. Nada nuevo.

Llegué a mi casa y rebusqué la llave para abrir. Luego de eso entré, encontrándome con mi madre almorzando con el teléfono en mano. Busqué una manzana para comer por mientras y me senté en la mesa... necesitaba hablar acerca de la mudanza con ella, era mi madre sobre todo.

-Ma, necesito hablar contigo. -susurré, llamando su atención. Dejó el teléfono en la mesa, mirándome y arqueando una ceja. Inclinando su cabeza. -Me voy. A Toronto.

-¿Por qué no me habías dicho nada? -preguntó haciendo una mueca.

-¿Debería? -hice una pausa, mirando hacia la nada. -Mamá, no puedes decirme eso después de todo el sufrimiento, el abuso, el dolor. ¿Desde cuándo te importa lo que haga? ¿Huh?

-_________, siempre me haz importado, hija mía.

-Oh, dios, bueno... -junté las manos encima de la mesa- ya es muy tarde. Me voy y no volveré a menos que sea para ver el bebé de Charlie.

-¿Con quién te irás? ¿Y cómo pagarás la universidad? No seas ilusa, _______, no podrás tú sola.

-¿Quién dice que no? Yo sé que podré, he podido mantener mis estudios por mí -resalté la palabra- ¿Acaso tú te haz preocupado de algo? ¡Lo único que haces es preocuparte de ti misma!

-¡No me levantes la voz!

-Ugh, todo lo conviertes en pelea. Sólo te avisaba, pero no debí haberlo hecho. Adiós. -silencié y corrí escaleras arriba, necesitaba una ducha relajante.

Me desnudé y preparé la ducha, agarrando un libro para leer por mientras. Toqué el agua para tomar la temperatura y una vez que sentí que estaba tibia vertí el líquido que haría que saliera espuma. Tomé mi pelo en un tomate desordenado y me metí dentro, empezando a leer.

-o-

Abrí mis ojos de apoco. ¿Dónde estaba? Me senté inmediatamente y recordé que me había estado dando una ducha tibia... ¡Joder! Me quedé dormida. Tomé mi toalla y la enrollé alrededor de mi cuerpo, secándolo. Corrí hacia mi habitación y miré el reloj. 16:19. ¡Mierda, mierda, mierda! ¿Quién más irresponsable que yo? ¡Nadie!

Busqué la ropa que me pondría y me vestí con la mayor rapidez posible, tiempo récord diría yo. {Esta en multimedia} Quedaba media hora para que empezara el partido, y ni siquiera le había dado las buenas suertes a Justin. Maldita sea. Coloqué crema en mi rostro, y labial rojo leve en mis labios, para luego dar unas capas de rimel en mis pestañas.

Tomé mi bolso -dentro llevaba unos carteles del equipo, una colonia, maquillaje, un cuaderno y un lapicero- y corrí a la puerta, abriéndola y cerrándola. Tomé un taxi para llegar más rápido y suspiré de cansancio una vez que ya estaba fuera de la secundaria. La entrada estaba decorada con carteles de los dos equipos con un 'v/s' por en medio. Sin dejar atrás la publicidad sobre el baile de graduación.

Entré por el pasillo y habían unas flechas que indicaban dónde quedaba el gimnasio. Ya sabía donde quedaba, duh, así que corrí sin importar lo demás. La mayoría de las graderías del colegio se encontraban llenas. Busqué un lugar vacío y caminé hasta allí. Vi que Charlie se encontraba dos graderías arribas. Maldije por lo bajo y me senté. Jugaba nerviosa con mis dedos, quería ver a Justin entrar por esa puerta y jugar tan malditamente bien como siempre lo hacía. El único partido que había perdido el equipo fue uno donde cinco chicos faltaron, entre ellos Justin, que se encontraba con una lesión en la pierna.

Al cabo de unos minutos entraron los chicos del equipo contrario, los que venían a verlos a ellos aplaudieron eufóricos; levantando carteles y otras cosas. Luego empezaron a entrar los chicos del equipo de la secundaria. Justin entró primero -obviamente porque era el capitán-. Miró hacia mis gradas, seguramente buscándome. Le hice un corazón con las manos y él me notó. Le sonreí con la sonrisa más grande del mundo -tal vez exageré un poco-. Me sonrió de vuelta, guiñándome un ojo. Me podría desmayar ahí mismo con sus guiños.

Minutos después el partido empezó...

-o-

¡Bien! ¡Gracias a Dios! Habíamos ganado, por diferencia de un punto. Acepto que éste partido estuvo muy difícil, pero gracias a los pases de los chicos logramos ganar. No quería ver a Justin desanimado en el baile de graduación si es que perdíamos, pero no fue así. ¡Ganamos! Quería ir a felicitar y besar a Justin frente a toda la secundaria, pero no podíamos pasar ya que estaban las rejas.

Los chicos del otro equipo felicitaron a los del equipo de Justin, no se veían pesados, todo lo contrario, se veían muy amables.

El director invitó a pasar a los chicos del equipo (el nuestro) para entregarles el premio... otro más a la lista. Aplaudí como nunca cuando se lo entregaron al entrenador y luego a Justin, que lo fue repartiendo a todos para que todos dejaran sus marcas. Luego de eso Justin le pidió el micrófono al director y éste extrañado se lo pasó.

-Bueno, esto no tiene nada que ver, eh. Pero... me prometí que sí ganábamos el partido, invitaría a mi chica al baile de graduación y qué mejor que hacerlo aquí. Aunque sí perdíamos de todas formas igual la invitaría... -reímos y mi corazón se aceleró. ¿Me estaba diciendo eso a mí? ¡Claro que sí, idiota! -Así que, esperé mucho tiempo para esto... y estoy siendo cursi, lo sé... pero, _______ Blair, amor de mi vida... ¿Quieres ir al baile de graduación conmigo?

¡Me estaba invitando al famoso "Prom"! Joder, y yo... obviamente diría que sí. ¡Pero no podía moverme! ¡Éste era el mejor día de mi vida! Bueno, todos lo eran sí estaba junto a Bieber. Duh.

-Oh... Justin... -sonreí poniendo una mano en mi corazón. ¡Qué momento más cursi! -Obvio que... ¡Sí! -grité y las miradas de alivio se hicieron notar. Justin me sonrió inmensamente y me guiñó un ojo... otra vez. ¡Maldición no hagas eso!

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora