Capítulo tres

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''Sonríe, que todos sepan qué hoy eres más fuerte que ayer..''

Decidí sacarme una foto, para ver la diferencia con la anterior.. y también para subirla a Twitter, mí única fuente en la cual me pueda desahogar, expresarme cómo soy.. y conocer chicas qué tienen lo mismo qué yo, apoyarlas y qué ellas me apoyen a mí, en fin.. Twitter es mejor qué la vida real.


Al menos los tweets me animaron un poco, las mismas chicas de siempre, las qué siempre están para mí, cuando más las necesito. Y yo estoy para ellas, cuando más me necesitan. 

''Estás más delgada, ¿cómo lo hiciste?'' ''_____, eres hermosa.'' ¿Cómo ellas pueden ver lo que yo no veo en mí? A la delgada yo.

Esto me es estresante, y muchísimo. 


Al rato, cierro mí Laptop. Me levanto de la cama perezosamente y me dirijo al primer piso, lamentablemente se encuentra mí hermana, con un bolso, junto a mí madre. 

—Uhm, ¿van a salir? —Pregunté, sin tomar-le la mayor importancia al asunto.

—Sí, y necesito qué limpies todo el living. Tendremos visitas. 

—Está bien mamá. —Hice una pausa, tratando de calmarme. Esto ya me había enojado, ¿por qué siempre yo? —¿A donde van?

—A comprar las cosas para la cena, vendrá la familia Bieber. —Soltó un suspiro. —Aparte, por favor.. ponte bonita. —Hizo una mueca de asco, mirándome.

—Cl-claro. —Asentí y me dirigí a la pequeña sala donde se encontraban las cosas de aseo. Tomé un trapo viejo y el limpia-muebles.

Me dirigí nuevamente hacía el living, para limpiar, no sin antes colocarme un pequeño delantal. Me fije qué mí madre ya había salido junto con mí hermana; Charlie 2O, dos años mayor qué yo. Esté era mí último año de secundaria, y luego.. trataría de empezar una nueva vida, sí es que la depresión no me comía viva..

Empecé por los muebles más pequeños, donde se encontraban algunas flores, éstas las levantaba y luego limpiaba por abajo, y así repetía hasta terminar por completo con los más pequeños. Luego seguían los más grandes, por ejemplo, donde se encontraba el televisor. Después donde se encontraban las botellas de vino, y así hasta terminar.

Limpié un poco mí frente sudada, y cogí la escoba para empezar a barrer. Por aquí, por allá y en unos minutos más, listo está. 

Subí a mí habitación para bañarme. Me despojé de mí ropa, y sin mirarme al espejo, colgué las dos toallas para tenerlas listas cuándo terminara, luego prendí el grifo y esperé a que el agua se pusiera caliente para entrar. 

Ya lista, apagué el grifo, y coloqué una de las toallas alrededor de mí cuerpo, y la otra alrededor de mí pelo. Al salir de la ducha, tomé mi cepillo para cepillarme los dientes, así no quedaba ningún olor a vomito. Salí del baño y saqué la ropa, sentándome en la cama me la puse. Un lindo sweater naranjo, con un pantalón algo apretado color verde agua. Mis típicos zapatos, y mí cabello suelto. {Si quieres verlo, el conjunto esta en multimedia}

Volví a peinarme, dejando mí cabello suave. Sin nada de maquillaje, sólo con un poco de crema en mí cara y manos, me miré en el espejo. Y, me veía bien, era pasable. Pasé un dedo por mis pestañas, para qué se vieran naturalmente largas. Ahora sí, estaba.. ''lista''.

Bajé al primer piso, con mí libro. Me senté en el sofá, esperando qué llegara mamá con Charlie. Al cabo de unos 18 minutos, se escuchó la puerta abrir y cerrar. Reconocí la voz algo chillona de mí hermana. Me fijé en la hora 19:08. 

—Menos mal qué estás lista. Pon la mesa, ahora.

—¿Pero, por qué yo? —Pregunté, rodando los ojos con tristeza. ¿No le bastaba con qué hubiera limpiado todo el living?

—Porqué yo lo ordeno, y mientras vivas debajo de este techo; obedecerás a mis ordenes.

—No me refiero a eso, me refiero en qué a Charlie no le mandas qué haga nada. —Susurré, tímidamente. Pasando un mechón rebelde detrás de mí oreja.

—Mira, sólo te diré una cosa. Sí no quieres qué te eche de la casa, te vas a poner la mesa inmediatamente. A Charlie no la metas en esto.

Asentí con tristeza y salí de la cocina -donde se encontraba mí madre-, para dirigirme a poner la mesa. Tome cuatro de los siete platos y los coloqué alrededor de la mitad de la mesa, luego tomé los otros tres y los puse. Tomé los cubiertos -tenedor, cuchillo y cuchara-, y al igual qué antes, los coloqué a los lados de los platos. Repetí la misma acción con los vasos y lo qué faltaba.

La comida ya estaba lista, y cómo por acuerdo, la familia Bieber llegó justamente a las 2O:OO horas. 

Cuándo escuché el timbre, mí corazón no hizo más que latir a mil por hora. Los nervios me comían, pero no pude hacer más que abrir la puerta; Pattie junto a Jeremy entraron primero, me saludaron con un beso en la mejilla amablemente. Justin entró al último.

—Bu-buenas no-ches. —Tartamudeé. Menos puntos ____, debo mostrarme segura para la próxima.

Justin me miró de abajo para arriba con total desagrado, lo qué hizo -nuevamente-, qué sintiera asco por mí misma, y con ganas de cortarme.

¿Qué podía ser peor?

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora