10: Apariencias

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»diane«


La respuesta de Niall nunca llegó. Resignada, coloqué mi teléfono sobre el peinador mientras me alejaba para buscar mi bloc y mis lápices de dibujo. Estaba contenta y me sentía inspirada, no era un mal momento para dedicarme un poco a lo que amaba hacer.

Tomé el lápiz y comencé a trazar líneas, quisiera o no, mi dibujo terminaría siendo otro sobre Niall. Siempre eran sobre él y me pregunté si eso estaba mal, si mi admiración por ese chico rubio de ojos azules tan preciosos me estaba llevando al borde de la locura, porque no podía sacarlo de mi mente. Podría ser un problema o no, yo deseé no tomarle importancia y dibujé. No descansé hasta que estuvo completo y sonreí con el resultado, después me sonrojé y me sentí avergonzada porque era una copia idéntica a Niall. Escribí una nota en una de las esquinas:

"Chico, no sabes lo que estás haciéndome. ¿Cómo es posible que recuerde cada milímetro de tu piel y nunca has sido mío?"

Después lo arranqué del bloc y busqué en mi armario para encontrar el pequeño baúl donde conservaba los dibujos que hacían sobre él. Eran mi secreto, nadie más sabría de ello hasta que yo decidiera. El papel se sintió como fuego en mi piel y extrañamente me sentí vacía al esconder todo y dejar el baúl en su lugar. Apagué todas las luces de mi habitación, consciente de que estaba sola en casa y que la misma se había sumido en la completa oscuridad. Ni siquiera había luz lunar suficiente para acompañarme. Busqué en mi peinador a tientas hasta encontrar mi teléfono, la luz me encandiló y tuve que parpadear para adaptarme a la brillantez de la pantalla. Coloqué mis audífonos y encendí la música en aleatorio. Ignoré la letra de la canción, pensando en las palabras de mi madre cuando llegué a casa del centro comercial...


—Vas a ver que mañana estarás preciosa para ese chico. —ella mencionó con emoción al ver el atuendo que compré, sonreí con tristeza pero no dejé que lo notara. Mamá era inconsciente de mi baja autoestima y me encargaría de que ella nunca se diera cuenta de ello. Mis problemas no tenían que atormentarle en su vida. —Diane, créeme. No porque sea tu madre y yo ya piense que eres hermosa, lo vas a atrapar por completo. Será difícil que él se olvide alguna vez de ti.

No sé si se trataba de terquedad o ella quería que creyera en sus palabras.

—Mamá, basta. Vas a hacer que me avergüence y decida no ir con Niall a la fiesta. —comencé amargamente mientras me dejaba caer en el sofá. —Hay miles de- no, espera, no son tantas pero hay muchísimas más chicas que llamarían su atención. ¿Podrías dejar de darme ilusiones? Cuando la realidad llegue a mí, no quiero que sea un gran golpe.

Esperé que ella no se diera cuenta de la mala idea que tenía sobre mi persona. Crucé los dedos y me regañé mentalmente por hablar de esa manera frente a ella. Aunque no tenía algo malo, no fue más que la verdad.

—Bueno, entonces sólo te voy a decir que Niall estará babeando por ti, como muchos de los chicos en la fiesta seguramente lo harán. —rodé los ojos, evitando que ella me viera. Eso también lo había dicho en nuestro camino al centro comercial.

Prácticamente me decía lo mismo, sólo que con otras palabras.

No dije nada más, no tendría sentido hacerlo.

— ¿Por qué no lo invitas un día de estos a la casa a comer? —inquirió mientras se retiraba de la sala de estar e iba a la cocina. Entrecerré los ojos y miré al exterior a través de la ventana, aún sin responder. —Vamos, sería una buena idea. Yo cocino algo delicioso, él viene, hablan, ven la televisión o hacen lo que sea que los adolescentes hacen estos días, siempre y cuando sea decente. Porque, te advierto algo, yo no quiero que andes haciendo cosas indecentes en mi casa, aún eres muy joven para eso. —me dijo acusadora llegando de vuelta a la sala de estar, señalándome con el dedo índice y entrecerrando los ojos sobre mí. Eso, inimaginablemente, logró que el rubor que había desaparecido de mis mejillas volviera con intensidad.

To Niall, with love || niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora