Nunca pensé que podía ganar y perder.

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JACK

Muy bien, aprendí mi lección: Nunca, jamás, bajo ningún concepto, escuchar a la loca malvada. Cuando el Tristwch dejó mi cuerpo sentí como si me arrancasen un enorme clavo del pecho. Se sentía bien volver a tener una sola esencia en el cuerpo. Aunque en realidad también estaba un poco avergonzado, en el fondo esos sentimientos eran míos, el Tristwch solamente los había amplificado y exagerado al punto de que podían dominarme.  La verdad es que estaba bastante mareado, ni siquiera sabía bien dónde estaba, mientras esa cosa estuvo en mi cuerpo apenas si era consciente de lo que pasaba a mi alrededor. Sin embargo no pude pensar mucho porque de pronto tenía a Sia sobre mí, abrazándome y gritándome que no vuelva a hacerle algo así. Por un momento no supe que responder, tenía la mente en blanco, intentando acomodar un poco todas las piezas que había en mi cabeza. Lentamente le devolví el gesto, a pesar de todo me sentía feliz. Feliz porque ella ya no me odiaba, feliz porque me estaba abrazando, feliz porque estaba allí, conmigo. Pero entonces alguien la tomó y la apartó, cuando alcé la mirada Vira sostenía a Sia con furia por el trenza y prácticamente le clavaba una de sus dagas en el cuello, aunque ahora si parecía que la hoja podía rasgar su piel.

- Mocosa entrometida - le dijo con furia - ¿Crees que no puedo acabar contigo? Morirás primero y después consumiré a tus amigos.

Sia trataba de zafarse, pero solamente lograba hacerse más daño. La mano de Vira se rodeó al algo negro y alzó la daga. Traté de levantarme, pero estaba demasiado aturdido todavía, solamente llegué a tomar mi cayado cuando de pronto un tiro me dejó sordo. Vira gritó soltándose de Sia y tomándose la mano.

- Señora, ¿Dónde quiere el siguiente? - preguntó Tucker mientras volvía a cargar una escopeta de doble caño. Rafael a su lado traía un machete, no tengo idea si sabía usarlo, pero su expresión me decía que igualmente no quería averiguarlo.  

- ¿Es que los jóvenes de ahora no tienen modales? - suspiró Vira mientras se frotaba la mano herida. En respuesta Tucker levantó la escopeta y le apuntó directo a la cara. Entre toda la confusión tuve tiempo acomodar mis ideas y prepararme, pero me mantuve en el suelo para que Vira no lo note. Me concentré en Sia, y cuando ella me miró hice un leve gesto para que se aparte en cuanto le diga. Ella apenas movió la cabeza. Asentí y disparé un rayo de hielo al mismo tiempo que Sia se hacía a un lado.

Lo siguiente pasó muy rápido, yo estaba en el aire y Sia lejos de toda posibilidad de un nuevo ataque, tuve tiempo de ver como Rafael le daba su arco, pero un Tristwch se apareció para darme pelea. Los demás comenzaron a atacar, vi a Conejo pelear contra un grupo de pesadillas y a Hada intentar llegar a Pitch mientras Meme sacaba a los niños por el pasillo con ayuda de Rafael, Sia y Tucker. Volaba esquivando y congelando todo lo que veía, todavía no podía encontrar a Norte entre tantos monstruos. Una pared de arena negra me cortó el paso de repente, me frené justo a tiempo para no golpearme.

- ¡JACK! - gritó Hada. Me giré y vi a Vira justo detrás de mí con su daga en alto.

- Podrías haber sido mucho más Jack, un pena - dijo. Pero entonces dos cosas salieron volando, una se clavó en el hombro de Vira, la otra le rozó la mano obligándola a hacer desaparecer su daga (vale mencionar  que escuché claramente el ruido del metal… esa cosa ahora si podía atravesarme).

- ¡Se acabó Vira! - gritó Norte desde el suelo. A su lado estaba Sia con el arco cargado. Nunca sentí tanta gratitud por esos dos - Los niños están a salvo y nosotros somos libres, no puedes ganar.

- ¡Los encerré una vez, puedo hacerlo de nuevo! - respondió ella. Una nube negra apareció a mi alrededor casi sofocándome, como si fuese gas venenoso. Lo siguiente que vi era a Vira y Norte peleando, de alguna forma Norte había recuperado la espada que usó para salvarme la vida.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora