¿Soy el blanco o la carnada?

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JACK

Fue como si me hubiesen sedado, no recuerdo nada después de que Vira intentó hurgar en mi mente y estrangularme. La pelea con Sia vagaba dentro mi, su rostro triste y dolido, su voz irritada pero herida y amargada. Después todo se volvía confuso, imágenes y voces que no terminaban de decir nada giraban en mi cabeza mientras el dolor creía en mi pecho. Lentamente abrí los ojos, todo me daba vueltas. Estaba atado de pies y con las manos detrás de la espalda, mi cayado frente a mí, pero era obvio que no podía alcanzarlo. Sentía el cuerpo débil y cansado, como si todavía estuviese dormido.

Estaba consciente, o al menos eso creía. El lugar que veía era grande, tétrico y negro. El piso de mármol gris, Las paredes de un color marfil y las columnas brillantes y negras como el carbón, yo estaba atado a una de ellas. A un lado se levantaba un gran trono negro, también de mármol y finamente tallado, muy ostentoso.  

- Oficialmente, eres un tonto Jackson - dijo una voz delante de mí. Miré confundido para todos lados, y entonces vi algo que desentonaba con la escena. Una muchacha de más o menos mi edad, con un vestido antiguo apreció. Tenía un sombrero capota, realmente parecía sacada de un libro antiguo o… de la misma época en la que yo era mortal. Me estaba dando la espalda, parecía lavar algo pero era imposible porque no había nada donde se pueda lavar delante de ella, solamente la siguiente columna que sostenía el techo. Cuando se giró para verme me miraba a los ojos, pero eso no era lo más escalofriante.

- ¿Sía? - pregunté. Era ella, con un elegante vestido de mi época, pero ella sin ninguna duda. El pelo zanahoria bien peinado y atado en una trenza salía a un lado. Sus ojos azules me miraban con cierta molestia, diversión y resignación a la vez, como cuando miraba a los gemelos hacer una travesura que no podía evitar. Su sonrisa, sus pecas, todo tenía un aire ligeramente diferente pero seguía siendo ella. Se acercó a mi y se sentó en un silla ¿Desde cuándo había una silla? De pronto la habitación cambió, ahora era una cocina antigua, muy antigua, que me resultaba vagamente familiar. Estaba sentado, tenía las piernas estiradas sobre la silla contigua y para mi propia sorpresa me sangraba el pie. Ella puso el trapo sobre la herida pero yo lo aparté y me escuché quejarme, aunque no había abierto la boca.

- Deja de moverte - me retó - Ya sé que duele y arde, pero si sigues así no podré hacer nada y se infectará - Yo dejé de retorcerme (en realidad no me había movido) y entonces ella pudo limpiarme.

La imagen se desvaneció lentamente convirtiéndose en humo negro y cuando todo pareció regresar a la normalidad tenía a Vira frente a mí.

- Sigo sin creer que matarte va a ser algo tan sencillo - murmuró tomándome por el cuello y forzándome a levantarme -. Tu mente es un libro abierto y tus emociones tan simples que son aburridas… podría torturarte hasta que pidas piedad o simplemente te suicides. Una vez que tu no existas, acabar con los demás será un tontería.

- ¿Por qué estás tan interesada en mí? - pregunté, estaba harto que sus Tristwch me persiguiera y los demás caminen con tranquilidad por la vida. Ella me miró con fastidio y resignación.    

- Te lo explicaré de forma que lo entiendas muchacho… Diversión es igual a risas, risas es lo opuesto de tristeza… ¿Ahora entiendes o tengo que dibujarlo para ti?

Muy bien, díganme insolente, infantil, inmaduro, arrogante, no me importa. Pero que me traten de idiota era algo que no iba a tolerar.

- ¿Si tan fácil es matarme por qué todavía no lo has hecho? - pregunté.

- Supongo que quería verte agonizar un poco más - dijo. Entonces me clavó algo en el estómago. No sé si fue real o no, lo único que logré ver fue humo negro alrededor de su mano pero el dolor fue totalmente real. Recordé cuan Pitch atacó a Meme por la espalda y me pregunté si habría sido parecido. Vira me soltó y caí al suelo, las ataduras en mis manos desaparecieron pero no podía moverme por el dolor. En mi cabeza se juntaban miles de recuerdos: la familia que perdí, las decepciones que causé, todas esas noches solo, cuando los niños dejan de verme…

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora