Cada vez comprendo menos a las personas.

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JACK

La puerta de la oficina de Norte se cerró detrás de mí con fuerza y la cerradura se accionó sola. Esto ya me había pasado un vez pero es no descontaba que tuviese pánico, créanme, no quieren ver a Norte enojado... experiencia propia. El gordinflón es bueno y amable pero si se molesta... créanme, corran.

- ¡¿Una chica?! - me preguntó, más vale me gritó - ¿Cómo se te ocurre traer una chica aquí Jack?

- ¡Los Tristwch nos atacaron! - le respondí enfrentándolo - No iba a dejarla sola con esas cosas en la ciudad ¡Además no sé porqué te pones así, cuando Sophie apareció en la madriguera por TU culpa no dijiste nada! - muy bien, eso no fue lo mejor que pude haber dicho... seguramente apareceré en una zanja pisoteado por renos, pero... era cierto.

- Una cosa es una niña de tres años ¡Otra es una muchacha de diecisiete!

- ¿Qué importa la edad que tenga? Sigue creyendo en nosotros y si es así yo voy a cuidarla. 

Sé que estoy metiendo más y más la pata, pero Sia era la primera amiga que tenía y no iba  a dejarla solamente porque tenía diecisiete años y no era exactamente "una niña". Norte me dio la espalda. Estaba molesto, pero más que nada parecía... frustrado, cansado... con si lo único que hiciera fuese traer más problemas. ¡Noticia de último momento! Eso es lo que siempre hago.

- Voy a paréceme a Conejo y sé que voy a arrepentirme pero nosotros protegemos niños Jack, no adolecentes. Los chicos de su edad ya saben cuidarse solos.

- Tú dijiste que Vi... Ella, afecta a todos por igual, ya sean niños o adultos. Si ella lo necesita voy a ayúdala.

¿Recuerdan al Santa Claus furioso que casi me ahorca? Bueno, ahora lo tenía frente a mi mirándome compasivo ¿Soy el único que no lo entiende? Además... creo que prefiero al Norte molesto, ahora hay algo que de verdad me asusta en su mirada. Él suspiró y sacudió la cabeza con resignación.

- Sabía que esto pasaría en algún momento - murmuró. Creo que fue más para sí mismo que para mí.

- ¿Qué cosa? - claramente yo tengo que preguntar.

- Además ella debe tener más o menos la misma edad que tú aparentas...

- ¿Y qué tiene que ver? -  ¿Es tan difícil ser claro, solamente una vez? Juro que siempre diré las cosas directamente y al próximo que ande con rodeos lo congelo de por vida.

Norte me miró incrédulo por un segundo, antes de soltar una carcajada estridente y que me dejó completamente pasmado. Hace un segundo estaba totalmente furioso y ahora ríe... es oficial, Santa Claus perdió la cabeza, lo siento niños, no habrá navidad este año. Justo entonces la puerta se abrió y Conejo asomó la cabeza.

- ¿Ya podemos empezar o todavía tienes que darle una lección a Frost? - preguntó, por el tono parecía bastante entusiasmado con eso de "que me dieran una lección". Pero en cuanto me vio de pie intacto y tranquilo se puso serio.

- Conejo, amigo - dijo Norte todavía riendo -, no hay ninguna lección que pueda darle sobre esto. Es algo que tiene que descubrir él.

- ¿Descubrir qué? - ¡Voy a matarlo si no se explica!

- ¡Oh vamos! ¡¿Trajo a una chica aquí y no piensas hacer nada?!

- ¿Y qué quieres que haga? - dijo Norte sonriente y mirándome todavía compasivo. Me sentía idiota parado allí esperando una explicación que evidentemente nadie iba a darme.

- ¡Bah! - exclamó Conejo haciendo un gesto y saliendo.

Cuando la puerta se cerró Norte cambió de actitud, ahora estaba mucho más serio que antes pero todavía parecía algo compasivo.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora