¿Es posible llenar de oscuridad el corazón? Espero que no.

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SIA

La verdad es que ver esa enorme pared desaparecer me hizo reír, además, con aquella camisa Jack parecía un colono que había viajado en el tiempo, estaba realmente gracioso. Me sentí algo extraña estando frente a él, había intentado hablar con mi abuelo de lo que pasó entre nosotros pero simplemente no podía hacerlo. El abuelo conoce a Jack desde que tenía 10 años, es uno de sus mejores amigos a pesar de esa extraña diferencia de edad y actitud que tienen… ¿Cómo decirle que su nieta se había besado con su mejor amigo que era un espíritu de más de 300 años? Si, lo sé… siento como si estuviese en la película de Casper. Además, no sentía nada por Jack, es decir, me parecía muy guapo y si, podríamos decir que me "gustaba", o mejor dicho, "atraía" pero… no creo que sea eso sea algo especial. Además, cada vez que pensaba en él no podía evitar pensar en Rafael (como en este momento).

Mi abuelo se acercó a Jack y lo saludó tan afectivamente como siempre, mis primos lo miraban expectantes, como si esperaran que de un momento a otro salga disparado hacia el cielo y haga nevar. Ellos, al igual que yo, habían crecido alrededor de las historias de los guardianes. Mis abuelos, mi madre y yo nos habíamos encargado de inculcarles esa fe por la magia. Mi tía Poly era un poco era la "realista" de la familia. Regresando al tema central, es decir el chico de pelo blanco, me sentía un tanto extraña frente a él. ¿Por qué nunca después de un hecho importante tienen tiempo para hablar con la otra persona involucrada?

- ¿Entonces lo que me dijo Sia es cierto? - preguntó mi abuelo, cuando escuché mi nombre comencé a prestar atención - ¿Pitch ha regresado?

- Si - se limitó a responder Jack -. Pero no te preocupes Jaime, pudimos con él una vez, podremos con el dos, solamente tenemos que hacerlo divertido.

Según mi abuelo, esa era la frase de Jack, "hacerlo divertido". Ese era su centro, para lo que él era bueno, por eso me sentía bien cuando estaba cerca de él. Ahora se explicaban muchas cosas. Lentamente me acerqué hasta quedar junto a ambos, Jack me miraba sonriente y despreocupado.

- ¿Estás bien? -me preguntó.

- Claro que si chico helado - le dije ligeramente a la defensiva, podía cuidarme sola. Hadita salió de mi bolsillo zumbando y fue a saludar a Jack. Emily gritó emocionada, no me había dicho nada con respecto a tener a un hada verdadera como guardaespaldas.

- ¡Un hada! - exclamó.

- Y no cualquier hada Emily - dijo mi abuelo sonriendo mientras miraba a Hadita - es un hada del Hada de los Dientes, una de sus mejores ayudantes si puedo decir.

Hadita se sonrojó y haciendo varios ruiditos le agradeció el cumplido, luego fue volando junto a Emily para que ella la admire mejor.

- ¿Cuándo conoceremos al Conejo de Pascua? - preguntó Tayler y yo comencé a reír. Claro, no podían conformarse con Jack, en absoluto, tenían que ir por todo.    

- ¿Tal vez en Pascua? - dije divertida.

Emily pidió a mi abuelo que la acompañe al lago, quería ir a patinar (¿Pueden creer que me guiñó el ojo como si dijera "yo lo saco de encima"?), y los gemelos se fueron corriendo a recorrer el bosque.  Así que allí me quedé, completamente sola con Jack, lejos de la vista de cualquier curioso.

- Así que… ¿Esta es tu casa? - dije mirando la cueva detrás de él, después de ver el taller de Norte esto quizá era un tanto decepcionante.

- Algo así - dijo Jack un tanto avergonzado - siempre es de día en alguna parte del mundo así que me necesitan todo el tiempo, pero cuando quiero un lugar tranquilo para descansar… me gusta dormir aquí.

Asentí levemente con la cabeza y sin pedir permiso entré. No había mucho, la gran mayoría era ropa que Jack había ido usando a lo largo del tiempo… había camisas que parecían de 1940… una campera de cuero que seguramente era de 1990, incluso encontré ropas de la guerra civil estadounidense. Era como entrar en un túnel del tiempo. Jack me seguía de cerca y me contaba cosas sobre algunas prendas que había encontrado. Al fondo, cerca de un montón de nieve estaba la sudadera de Jack. Cuando la tomé noté que estaba llena de machas negras en el abdomen, justo debajo de las costillas. Me llevé la mano a ese lugar y recordé las dagas de Vira, me estremecí de solo pensarlo y me volví hacia Jack.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora