C u a r e n t a y s i e t e.

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No tuvieron oportunidad de hablar con Jonathan hasta el domingo, el día anterior había estado castigado y se había perdido la fiesta de otro de los chicos del equipo de fútbol.

Decidieron encontrarse en la cafetería de Lola, el lugar favorito de Phineas y Kath, quien fue la última en llegar.

Phineas le dirigió una mirada llena de satisfacción que le contagió el resto del rostro hasta hacerlo sonreír, cuando vio que la chica había vuelto a ser la misma. Ya no llevaba el cabello rubio ni la ropa provocativa. En cambio, usaba una blusa holgada con una foca bebé en el frente y llevaba el desordenado cabello recogido en una coleta.

– ¿Qué hace ella aquí? – preguntó Jonathan cuando Kath ocupó el asiento frente a él.

­–Hace rato te dije que teníamos algo que preguntarte – le dijo Phineas.

–¿Pero ella por qué? – insistió el chico.

–¿Por qué no te refieres a mí usando mi nombre? ¿No lo recuerdas? – le dijo Kath algo alterada –. El viernes no me quitabas las manos de encima y ahora, ¿ni siquiera sabes mi nombre?

–Foca, tranquila.

Phineas la tomó del brazo ligeramente.

Kath le mostró una débil sonrisa y volvió a acomodarse en su asiento para sacar la dorada libreta de su mochila.

Jonathan abrió tanto los ojos que parecía que iban a salirse de sus cuencas.

–¿Do-Dónde la encontraron?

–¡Es suya! – reconoció Phineas de inmediato al ver los ojos de Jonathan –. Lo que encontramos escrito en el cuaderno coincide con él.

–Confiesa – le ordenó Katherina.

A Jonathan no le quedó más remedio que abrir la boca para contar su secreto por primera vez.





Hola. Perdón por la tardanza :( Espero que estén disfrutando de los últimos momentos de esta historia. ¿Qué creen qué suceda ahora?

Ya estoy escribiendo el siguiente capítulo ;)

La libreta mágica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora