O c h o.

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- Phineas - ella lo sacó de sus pensamientos -. ¿Ahora me crees?

- Claro. No tengo más motivos para dudar de ti. Lo que me preocupa ahora es, ¿de dónde salió esta cosa? - apuntó con el dedo índice la libreta.

- No tenemos muchas pistas pero, ¿qué más da de dónde salió? Es grandiosa.

- No nos pertenece. Y no sabemos si su procedencia es buena o mala.

- ¿Crees qué sea mala?

- No tengo idea - admitió el chico -. Existe demasiada libertad para pedir todo lo que se quiera.

- Casi todo - lo corrigió ella.

El chico hizo una mueca, recordando como hace unos momentos se había sentido tan lleno de esperanzas cuando pensó que su padre estaba vivo. Aquel cielo azul que se había formado en su cabeza se cayó a pedazos en un llanto interior como una tormenta.

- Yo creo que deberíamos de conservarla - comentó Kath haciendo que Phineas volviera a la realidad.

- ¿Crees qué sea buena idea?

- Claro, podemos usarla para hacer cosas divertidas. De hecho - la chica se inclinó más sobre la mesa -, estaba pensando en escribir que quiero que seamos los más populares de la escuela.

- No, lo mío no es llamar la atención - dijo mientras negaba con la cabeza -. Y tampoco es lo tuyo, pero en esta ocasión te voy a apoyar. Sólo no me metas en eso.

- Gracias.

Katherina le dedicó una sonrisa a su mejor amigo. Tomó el lápiz que aún estaba sobre la mesa y escribió debajo de lo que había escrito Phineas.

Quiero ser la más popular de la escuela.

La libreta mágica.Where stories live. Discover now