Capítulo 8: "Otra cara"

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"Traidor" Basta... "No me sigas" Tenía que dejar de pensar.

Que se buscaba Ryan... Nunca lo había visto de esa forma tan... ¿Furiosa? ¡Recuerden! Él no tiene expresiones ni sentimientos ¿O sí? Me iba a volver loca, ya lo he dicho.

Estaba parada junto a la caravana, esperando a que algo o alguien me sacara de mis pensamientos. Sola lo conseguí recordando por milésima vez la palabra "Traidor" Salida de su boca... Se supone que le habría llamado así a Brian, de él hablábamos cuando lo nombro... ¿Y si había oído mal? Quizá me estaba haciendo una ensalada en mi cabeza sin razón alguna... Quizá estaba volviéndome loca de a poco... Gracias Ryan por tanto.

Me había dicho que no lo siguiera pero yo, Amy O'Donnell, no le iba a obedecer a Ryan Cooper ni en sueños, nunca lo haría. Cerré la puerta de la casa rodante detrás de mí y caminé a pasos agigantados. Luego, más despacio hasta que fui un poco apresurada. No estaba segura de continuar o volver, además mis piernas rogaban un descanso, había caminado este camino unas tres veces y no quedaba a la vuelta, sino a unos kilómetros. Iba a desistir, Ryan me mataría si me encontrara merodeando por allí pero... Ya era tarde.

-Amy, ¿Qué hay con esa cara? -Bruce apareció frente a mí ya que sin darme cuenta estaba casi a un pie del centro Roshmore.

-No, nada, solo... Quería volver a terminar de recorrer este lugar... -seguía buscando inútilmente con la mirada sobre el hombro de Bruce para encontrar signos de Ryan.

-Dime la verdad, no pareces querer disfrutar del día.

-Bruce...

-Si estás buscando a tu amigo el seriecito lo he visto pasar por aquí con una furia jamás vista ¿Qué le pasó? ¿Sabes? No me respondas, sé que ustedes se traen algo y estás apurada buscándolo, ve, se ha ido por la tienda de aquí a la vuelta -me señaló a lo lejos y le brindé la mejor sonrisa que pude sacar en aquel momento. Le abracé y se lo agradecí. Fue mi mejor amigo de mi infancia, me conocía mejor que yo misma.

Lo busqué por todos lados y seguí el camino que Bruce me había indicado. Maldición Ryan ¿Dónde estaba? Esperen... Estaba preocupada ¿Por él? No, estaba preocupada en su víctima, sí, eso...

Y allí estaba... Con su teléfono celular mientras gritaba a los cuatro vientos cosas que no entendía por mi lejanía. Estaba en un lugar separado de todo y de todos, claramente quería privacidad y bien por él que la había encontrado.

-¡Eres un traidor! -gritó sin todavía percatarse de mi presencia.

Otra vez esa palabra. Me indicaba que no había oído mal en aquel momento, es decir, le dijo traidor a ¿Brian? Pero ¿Por qué? Me escabullí detrás de un paredón no tan alto para oír. Era consciente de que había regañado a Gerty por espiar hacía no menos de un rato pero esto lo tenía que hacer, al parecer estaba involucrada y no me quedaría de brazos cruzados.

-Me lo has prometido ¿Ahora te olvidas de mí? No... Esa no es una excusa, dime la verdad Brian-. Sí, hablaba con él, ahora estaba segura de que había dicho Traidor a su mejor amigo... Hubo un largo silencio sumamente incómodo, creí que iba a matar a alguien-, Bien... Haz lo que quieras pero recuerda que yo estaré un tiem...

Algo verde y feo apareció a mi lado. Ahogué un grito atemorizado para que Ryan no me oyera. Maldito sapo ¿Tenías que aparecer justo en ese momento y darme un susto de muerte? Bien, ahora no había oído lo que Ryan le dijo a Brian... Mi espionaje había sido todo un fiasco. Furioso, guardó su teléfono en el bolsillo y comenzó a caminar hacia donde yo me encontraba. Claramente no me había visto pero pronto lo haría si no me escondía.

Corrí como si estuviera en pleno juego de guerra, es decir, sigilosamente por detrás de un árbol. Me mantuve callada pero ¿Qué pasó? Pise una estúpida rama que hizo un ruido tremendo.

-¿Qué haces aquí? -preguntó con esa expresión furiosa con la que hablaba con Brian pero luego se relajaron sus músculos y la mirada. Estaba a unos cuantos metros de mí.

-Oh -actué sorprendida... Soy mala actriz, debo decir-, Solo... Disfrutaba del paisaje mientras me sentaba contra el árbol... Sé que me has dicho que no te siguiera, en realidad, no lo he hecho, solo quería volver aquí y me he encontrado contigo...

-¿Has oído algo?

-¿Eh?

-Si escuchaste algo de lo que yo dije hace un momento...

-¿Has estado hablando? Recién me entero -bien, eso había sonado creíble.

-Está bien entonces -se sentó a mi lado junto al árbol. No había nadie, excepto nosotros. Sí que se había alejado el muy tonto para hablar por teléfono.

-¿Por qué...? -tragué con un poco de miedo pero continué-, ¿Por qué te fuiste tan furioso de la casa rodante?

-Ah... Nada importante.

¿Esa era su respuesta? ¿Nada importante era para él pelearse con su mejor amigo? Wow, sí que quería ocultarlo, solo que había un problema, yo ya lo sabía, aunque no con lujo de detalle, simplemente que había discutido con Brian.

-Fue por mi culpa ¿Verdad? He dicho algo que no debería...

-¿Qué? No ¿Por qué lo sería?

-Cuando hablé contigo en la casa rodante, te pusiste furioso, creí que estamparías cualquier cosa que encontraran en tu camino contra una pared, hasta temí por mi vida.

Rió por lo bajo y luego me despeinó el cabello tiernamente.

-¿Cómo haces estas cosas con la gente? -preguntó con una sonrisa sincera. Se levantó del césped y sacudió sus pantalones. Extendió su mano para levantarme y la tomé-. Vamos que pronto preguntaran por nosotros.

Eso estuvo mal, muy mal, demasiado mal, increíblemente mal... Bueno, fue mucho pero seamos sinceros... ¿Eso no fue sumamente extraño? Me revolvió el cabello, luego me sonrió tan... Olvídenlo... Y además fue bondadoso conmigo en ayudarme a levantarme, agregando que me hizo una pregunta que no entendí ¿Por qué no me estaba insultando o mirando con asco? ¿Por qué no me dejó levantarme sola o simplemente se fue sin más? Sí, creo que esto terminará en que me vuelvo loca por su culpa, eso creo. 

Volvíamos juntos en silencio por el mismo camino, otra vez a la casa rodante. Mis piernas ya no respondían y cuando quise continuar, se cruzaron provocando una casi caída. Por suerte mis reflejos respondieron y pude estabilizarme pero no conseguí pasar desapercibida.

-Hey ¿Estás bien?

-Emmm... Sí, creo que ya he caminado este camino como unas cuatro veces y estoy algo cansada pero sobreviviré, si he corrido a lo profundo de un bosque por ser perseguida creo que podré terminar este recorrido -dije en una pequeña risa. Él respondió con otra.

-Ven -me extendió su brazo y le miré estupefacta. No esperaba esto, sino un insulto.

-¿Estás loco?

-No, solo intento ayudarte.

-Pero...

-Vamos -no me dejó terminar de hablar cuando me dio su mano y mis pies comenzaron a calmar su dolor aunque sea un poco.

Ryan Cooper, alias "Cara de piedra" "Seriecito" "Maldito insensible" Y numerosos apodos me estaba dando la mano para que no me cayera por mi cansancio. Esto debería ser recordado para la posteridad.

Obviamente me inmuté a decir una palabra en todo el camino, estaba presenciando un momento muy incómodo. Su mano era cálida y suave pero nunca antes había sentido este choque de sentimientos en mi interior ¿Qué me pasaba? Maldición...

Pasaron unos largos minutos hasta que vimos la casa rodante ¡Por fin!

-¿Puedes caminar hasta allí? Debo ir a recoger algunas que otras ramas para la fogata de esta noche.

-Claro, me encantaría ayudarte pero...

-No, tú descansa, yo terminaré con esto en poco tiempo, no te preocupes.

-Está bien -respondí casi en un estado de shock.

¿Pero qué mierda estaba pasando con esos cambios de humor? Sabía que nunca insultaba pero eso me estaba superando... No es que me disgustaba que fuera amable conmigo, en cierta forma me agradaba mucho más que el que insultaba y me trataba mal, solo quería saber por qué de repente me trataba así.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Una semana exactamente pasó luego del día de la llamada. Todo fue extraño. Ryan no me miró con odio pero tampoco me trataba con una princesa, es decir, de vez en cuando sonreía y me ayudaba. También revolvía mi pelo pero nunca me volvió a insultar o molestarme. Hubo ocasiones en las que me entraban ganas de preguntarle pero luego me arrepentía porque temía que no fuera buena idea.

Me encontraba sentada sobre mi tronco descascarado frente al lago pensando, pensando y... Pensando. Ya era lunes de nuevo y el sol yacía intensamente en lo alto del cielo. Lo único que tenía en mente era en saber que le sucedía... Quizá estaba afectado por pelear con su amigo y necesitaba apoyo... Tal vez había conseguido volverlo loco... o simplemente le gust... No, no debía pensar en cosas como esas.

Sentí pisadas y me voltee rápidamente.

-Oh, eras tú, me había asustado -dije al ver a Ryan.

-Lo siento... -se sentó a mi lado pero en una distancia prudente-, ¿Y bien? ¿Qué hacías?

Oh, nada, pensaba porque eras tan amable y dulce conmigo pero nada importante.

-Solo observaba el lago ¿Qué te trae venir aquí?

-Creí que estarías en este tronco, así que he venido.

-¿Me buscabas a mí? -pregunté sorprendida y señalándome.

-En realidad, paseaba, recordé el lago, luego pensé que podrías estar aquí, te encontré muy concentrada pero vi la pelota de fútbol americano a tu lado, por lo tanto no pude evitar interrumpirte.

-Cierto, la he traído conmigo. Quizá patearía un par de veces si me aburría pero aún no la he usado en la semana, se vuelve difícil no jugar con ella.

-¿Quieres? -me señaló con la cabeza divertido.

-No, te ganaré y no te quiero lloriqueando por aquí.

-Vamos, sabes que no puedes evitarlo, quieres jugar y lo sé.

Me levanté desganada y tomé la pelota apoyándola entre mi brazo y mi cadera.

-¿Qué esperas? ¿Tienes miedo Ryan Cooper?

-Para nada Amanda O'Donnell -me envió una sonrisa perfecta. Me dejó en las nubes y luego volví ¿Qué me pasó? Por favor...

Sí, volvimos a jugar luego de mucho tiempo, algo que realmente me hizo sentir muy bien. Hacía tanto no compartíamos un partido de fútbol americano pero ahora lo estábamos haciendo. Una corrida por allí, otra por acá, luego una patada a la pelota, vuelta y él la tomó. Anotamos puntos, reímos y divertimos. Hasta ese momento todo estuvo en su lugar hasta que de repente sucedió algo inesperado.

-¡Es mía! -grité.

-¡No! ¡Es para mí! -respondió.

Ambos nos lanzamos.

Abrí los ojos lentamente. Wow, eso sí que había sido una caída. 

-¿E-Estás bien? -preguntó la voz de encima de mí.

-¿Qué?

-¿Por qué te has tirado así? -preguntó riendo.

-¿Quién eres? ¿Dónde estoy?

-Oh, vamos Amy...

-¿Amy? ¿Quién es Amy? -realmente conmocionada.

-Debemos levantarnos antes de...

-¿Quién eres tú?

-Hey...  -comenzó a palidecer.

-Es una broma tonto -reí a carcajadas luego de ver su rostro.

Nos sentamos en el césped, adoloridos.

-Creo que se nos está haciendo costumbre esto de terminar en el suelo -chilló.

-Al parecer sí... -apoyé mis manos sobre el césped.

-¡Hey! ¡Cuidado! -gritó desesperado.

Me empujó hacia un costado haciendo que nuevamente terminara sobre mí... A muy pocos centímetros.

-¿Q-Q-Qué sucede Ryan? -pregunté suavemente sin entender nada.

-Había un nido de hormigas y una manada de insectos te picaría si continuabas con tu mano sobre ellos -susurró en mi oído. Me recorrió un leve escalofríos por la espalda y por alguna razón no quería que se alejase.

-Siempre pareces salvarme de los insectos .reí pero él no lo hizo. Su rostro se acercó a pocos centímetros de la mía.

Mi corazón iba a salirse de mi pecho en cuanto me descuidara ¿Por qué hacía eso mi corazón y él? Me clavó la mirada. Intenté apartarla pero no pude. Era profunda y... ¿Triste? ¿Se sentía mal?

-No te desmallarás encima mío ¿Verdad? -llámenme una "Experta en arruinar momentos"

.Lo... Lo siento... Me he quedado... Lo siento -repitió.

Eso fue muy extraño. El termómetro de extrañez ya había sido fundido por pasar el límite. Algo no andaba bien y yo era tan torpe que no podía darme cuenta. Volvimos a sentarnos esta vez cuidando que no lo hiciera sobre un nido de insectos. Sin poder contenerlo más, solté lo que tenía para decir.

-Estás muy extraño.

-¿Eh? 

-Desde que te fuiste furioso de la casa rodante has estado... ¿Amable? Sí, eso... También cariñoso y conmigo, algo que en verdad no puedo creer...

-Amy, he estado igual desde siempre, no he cambiado.

-Oh vamos Ryan ¿Dónde están tus insultos? ¿Tus bromas pesadas? ¿Cuándo molestas? ¡PUM! Desapareció.

-Yo simplemente... No lo sé... 

-¿Estás tomando algo? Si tienes que decírmelo lo entenderé -dije tocando su hombro ¿Qué más  podía ser si no es esto?

Abrió los ojos como platos y rió a carcajadas: -en serio estás loca.

Se oyeron pasos entre los árboles cortando mi intento de seguir insistiendo ¿Quién podía ser además de nosotros? Ambos hicimos silencio y nos alejamos un poco como para ver a una joven de pelo castaño. Al parecer tenía nuestra edad y buscaba ramas, o eso aparentaba. Levantó su mirada hacia nosotros y sonrió.

-Oh, hola.

-Mmm... Hola -respondí algo temerosa ante la jovencita que tenía enfrente de mí. Era muy bonita y me parecía familiar pero luego de pensar, noté que estaba equivocada, nunca la había visto antes.

-Disculpen si interrumpí algo entre ustedes pero...

-¡Oh, no! ¡Claro que no! -dije en una risa y esta respondió de la misma forma.

-Mi nombre es Alisson, buscaba ramas para armar una fogata pero al parecer están casi todas secas por el verano. Mi primo me ha mandado y bueno... Debo hacerlo porque si no comienza a refunfuñar -rió ante su propio comentario, era simpática.

-Él es Ryan y mi nombre es Amy...

-¿Vienen de campamento por aquí? 

-Sí, estamos a unos veinte árboles ¿Tú?

-Igual... Quizá estemos cerca, yo he llegado hace un par de horas y he visto varios campamentos familiares instalados aquí.

-Puede ser -respondí sonriente.

-¿La conoces? -me preguntó en el oído Ryan. Su aliento chocó contra mi lóbulo y me estremecí.

Negué con la cabeza.

-Bueno Alisson, debemos marcharnos a nuestro campamento, quizá nos encontremos pronto.

-Yo también debo volver, hace bastante que vengo caminando por estos lugares y ya estoy cansada.

-Entonces vayamos todos juntos hasta que debamos separarnos, de todas formas es el mismo camino. Además no es seguro andar sola por este bosque gigante.

-Claro, sería una grandiosa idea -respondió muy sonriente.

Caminamos bastante juntos. Era muy simpática y para conocerla hacía menos de diez minutos parecía ser buena persona. 

-Bien, he llegado -dijo Alisson en un respiro.

-N-Nosotros t-también -respondí tartamuda al ver un carro de camping junto al nuestro.

¿Pero qué mier...?

-¡Ryan, ven hijo! -gritó el señor Cooper desde una cierta distancia mientras hablaba con un hombre al que nunca antes había visto.

Él pareció palidecer y en cuanto me voltee, observé que Alisson corría hacia alguien mientras gritaba.

-Hey, ese es mi primo -me dijo-. ¡Conseguí ramas Brian!

Brian... Brian... Brian... 

Ryan me miró de refilón y ambos comenzamos a palidecer.

-Oh, hola chicos -dijo el mejor amigo de Ryan, o eso se creía, haciéndose paso hacia nosotros-, Y hola Amy -me sonrió de una manera reluciente que hizo mi corazón despegarse de mi pecho.

-H-Hola... Brian...

-¿Podemos hablar en privado? -pregunto Ryan comenzando a enfurecer.

-Sí, claro, ya me iba -respondí ante su indirecta.

-No, no te vayas, no tiene por qué irse, puede oír lo que tengas que decir -dijo Brian de una forma elegante y cruzándose de brazos, como disfrutando el momento.

-¿Qué haces aquí?

-He venido a demostrártelo.

-No puedes ser así conmigo, soy tu amigo Brian...

-Yo también creí lo mismo pero luego lo entenderás -respondió en una sonrisa.

Brian Hunter estaba a mi lado y acampando próximamente con nosotros. Le estaba diciendo cosas que no entendía porque claramente, no sabía de las cosas que hablaban entre ellos pero eso comenzaba a extrañarme, quería una respuesta porque estaba segura de que estaba metida en esto.

Tenías que ser tú... © [#TQST1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora