Capítulo 6: "Centro Roshmore, Bruce y... ¿Celos?"

143K 6.2K 304
                                    

El sol estaba más fuerte de lo normal y el olor a naturaleza se hacía cada vez más presente entre nosotros. Ryan me observó de vuelta seriamente.

- ¿Ya se ha secado la ropa?

-No lo sé -me levanté.

La ropa que no nos molestaba quitarnos estaba tendida en la rama de un árbol a la luz del sol ¿Qué quería decir con eso? Por ejemplo la camiseta de Ryan. A él no le importaba estar en cuero, es hombre, en cambio yo, me dejé mi camiseta pero me quité el short del pijama, ya que la parte de arriba era larga y me tapaba la ropa interior.

Fui hasta la rama de un árbol. Las prendas aún estaban algo húmedas luego de jugar con el agua, así que debíamos quedarnos allí por un rato más. 

-No se ha secado del todo, esperemos unos diez o quince minutos más.

-Está bien... -respondió sin ganas.

Caí rendida al borde del tronco. Estaba cansada y quería volver a las tiendas con los demás, suponía que deberían estar preocupados, al menos había pasado una hora desde que corrimos como locos a lo profundo del bosque.

Entre silencios se podía oír el sonido de la corriente del agua. Era muy relajante junto al calor del sol. El lugar era maravilloso y se podría decir que se había convertido en uno de mis favoritos. Estaba repleto de árboles en su alrededor, junto con un césped bien cuidado en un tono verdoso claro y por supuesto, un agua clara y pura. 

-Hey -Ryan interrumpió mis pensamientos.

- ¿Qué?

- ¿Estás...? -quedó en silencio. Parecía como si decir esa frase fuera a consumirlo, pero tomó aire y continuó-, ¿Bien?

-Oh, claro... Ya no me duele la pierna y solo ha quedado una marca.

-Que bueno, no quería cargarte hasta las tiendas.

-Eso ya lo has dicho antes... y gracias -respondí sarcástica.

Miró al frente con la mirada perdida.

- ¿Puedo preguntarte algo? Debemos aprovechar que este lugar milagrosamente hace que no peleemos.

-Sí -solté una pequeña carcajada.

- ¿A ti de verdad te gusta Brian? 

No me esperaba esa pregunta. Me había tomado por sorpresa ¿Qué responder a eso? ¿Que sí? ¿Qué no? Brian me había gustado en los primeros años de la preparatoria pero pasado el tiempo, fui olvidándome de él, ya que nunca habíamos cruzado palabra y solo lo observaba de lejos. Ahora es solo un chico guapo que en verdad me atrae pero no más que eso.

- ¿Y? ¿Responderás a mi pregunta?

-Yo... ¿Por qué saltas con esto de la nada misma?

-Lo he recordado y bueno, ahora ha dado curiosidad.

-No tiene por qué interesarte si a mí me gusta o no...

-Nunca dije que me interesara, solo pregunto por Brian, es mi amigo...

- ¿Y eso que tiene? ¿Controlas su situación sentimental? Porque si es así, lamento no haberlo consultado antes contigo.

-Basta de bromas ¿Contestarás a mi pregunta?

-No, a ti no te diré nada -le respondí seca pero calma, no tenía intensión de discutir en aquel lugar.

Me giré de vuelta hacia el brillante lago y deposité mi mirada perdida en él. No quería continuar hablando de ese tema, ahora lo único que necesitaba era que la ropa se secara para volver y evitar otra conversación incómoda como aquella.

Pasaron los minutos de un silencio que en cierto punto, llegó a resultar ensordecedor. Me puse de pie y dejé a Ryan atrás para ir en busca de las prendas.

- ¡Ya podemos irnos! -grité sobre mi hombro en su dirección.

Le lancé su camiseta, dejándosela justo en sus manos.

 «Buen pase, Amy» dije por mis adentros.

Sostuve mi short del pijama y me ubiqué por detrás de un árbol para que él no me viera. Me lo calcé y comencé a caminar sabiendo que ahora estaba detrás de mí, siguiendo mis pasos.

-Recordemos el camino de este lago, me gustaría volver.

-Lo mismo pienso.

-Por fin estamos de acuerdo en algo -dije entre una risa.

No me voltee, solo continué caminando. Luego de unos quince minutos de pisar ramas, hojas secas y raíces, distinguí movimiento a lo lejos.

- ¿Son ellos? ¿Hemos llegado?

- Creo que sí -hizo una pausa y se concentró con la mirada hacia lo lejos-. Sí, son ellos.

Nos acercamos lentamente y cuando pasamos al lado de la primera tienda, los cuatro dejaron de  reír y detuvieron su juego, el "Dígalo con mímica"

- Wow... estaban muy preocupados, buscándonos... -le susurré inclinándome a Ryan de forma sarcástica.

Simplemente soltó una pequeña carcajada que me hizo sonreír. Parecía estar más suelto que antes y eso me hacía sentir bien... ¿Por qué pensaba esas cosas? Me daban ganas de golpearme a mí misma.

-Amy, Ryan ¿Dónde estaban? Se perdieron casi toda la mañana -dijo mi padre volviéndose a nosotros.

-Lo siento, es que fui perseguida por un mono neandertal rabioso y me perdí.

-Yo también lo siento, es que corrí a una niña de unos cinco años que me jugó una broma infantil y luego comprendí que estaba perdido.

Todos rieron y esa no fue mi intensión. Miré de soslayo a Ryan y le brindé una sonrisa pesada. Las bromas y furia habían vuelto otra vez.

-Iré a vestirme, lo necesito.

Me adentré a la tienda y abrí mi bolso. Tomé las prendas y me decidí en cambiarme y sacarme el pijama cubierto de barro. Me giré ligeramente hacia la izquierda y vi una sombra por detrás de la tela mientras quedaba en ropa interior.

- ¿Quién es?

-Yo -respondió en tono aburrido.

-Vete, deja que me vista tranquila.

-Solo vine para decirte algo.

- ¿Qué?

-Has dejado la cremallera de la tienda abierta.

- ¿Qué dices? -volví mi vista hacia ella y no mentía. Estaba completamente abierta y se veía todo el exterior.

Lancé un grito desesperado y me acerqué a pasos agigantados cerrándola.

- ¿Has visto algo? -pregunté dentro de la tienda.

-No, si lo hubiese hecho, estaría intentando matarme.

-Gracias por el halago -mascullé sarcástica.

-No hay de que... Oye, en serio, debo decirte algo -esta vez parecía hablar seriamente.

- ¿Qué sucede?

-Solo quería advertirte que no he tomado venganza por tu... ¿Broma pesada de niña pequeña?

-Error... Broma pesada de una chica divertida, tú jamás lo entenderías, eres un aguafiestas.

-No responderé a eso, solo quiero advertirte que luego no te quejes de mi venganza.

-No te preocupes, no te tengo miedo ¿Ahora me dejarás terminar de vestir?

-Has y piensa lo que quieras... Y apresúrate que yo también debo cambiarme -oí sus pasos alejarse y eso me indicó que se había marchado.

Me calcé una camiseta blanca, una sobre camisa cuadriculada roja y gris, un short de jean y mis converse negras. El pijama de los Looney Tones lo guardé en una bolsa con tristeza, para luego ir a lavarlo, amaba ese pijama y ahora estaba arruinado por ¿Quién? Sí, el mismísimo Ryan.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

-Amy, yo y Sussane iremos juntas -dijo la señora Cooper, señalándome a mí y a mi madre. Sí, Sussane es su nombre.

-Está bien, nosotros tres iremos en otra dirección.

-Esperen ¿Qué estamos haciendo? -pregunté sumamente perdida.

-Ahora lo que haremos, es separarnos las mujeres de los hombres e iremos a pie hacia el centro de la reserva Roshmore.

- ¿Centro?

-A unos kilómetros de aquí hay un centro donde se encuentra la gente que viene a acampar. Donde estamos nosotros no hay nadie porque somos muy pocos los que nos alejamos del centro, ya que queremos estar más relajados -explicó el señor Cooper.

-Igual no te preocupes Amy, al parecer en unas semanas nos trasladaremos a ese lugar y conoceremos más gente -agregó mi madre.

- Entiendo.

Así que en esta reserva había muchas más gente. Creía que éramos pocos y los que estaban a parte de nosotros, se encontraban mucho más lejos. Que gran confusión.

- ¿Partimos?

-Esperen, debo tomar un par de cosas -respondí corriendo a la tienda.

Busqué mi Ipod cargado, me coloqué un par de gafas de sol y llevé mi pobre billetera que carecía de dinero. Solo tenía unas pequeñas monedas que ocupaban espacio y le daba algo de utilidad.

-Ahora sí podemos irnos.

Comenzamos a caminar. Los hombres se adentraron al bosque y pude notar que Ryan caminaba cansado, más bien sin ganas de hacerlo ¿Extraño en él? No.

Me centré en mi camino, debía olvidarme de él por un buen rato y aprovechar esta oportunidad. Me coloqué mis auriculares y puse la primera canción que se apareció en la pantalla. Vi que mi madre y la señora Cooper caminaban por delante de mí y parloteaban como siempre. No iba a hacer lo mismo, solo quería concentrarme en no cansarme, bastante había corrido esa mañana como para caminar un par de kilómetros más.

Alrededor de una media hora, ante nosotros apareció un cartel gigantesco titulado "Centro Roshmore" Iba a continuar caminando cuando mi atención fue arrebatada por la gente que se encontraba dentro. El lugar estaba abarrotado de familias. Niños, adultos, ancianos, adolescentes y todo lo que se puedan imaginar ¡Hasta animales! 

-Vaya, un bonito lugar lleno de gente -dijo mi padre un poco indignado en cuanto nos encontramos en la entrada.

- ¿En verdad quieren trasladarse aquí en un par de semanas? -pregunté.

-No creo que suceda nada malo, podríamos socializar con mucha gente ¿No? De todas formas, no está decidido.

Mire de soslayo a mi madre. Luego de ver toda esa jauría de suricatas, preferí mil veces el lugar donde nos quedábamos, sabía que me sentiría agobiada estar en el centro.

-Aquí hay una parrilla cerca, podríamos comer algo y recorrer este lugar que es bastante grande.

-Claro -respondieron mis padres al unísono. 

La palabra "Walker" estaba pintada con aerosol en una madera gigante junto a la gran parrilla. Ese nombre me resultaba bastante familiar, pues una vez conocí a alguien de ese apellido. Un joven de al parecer mi edad, limpiaba el ventanal mientras parecía agobiado. Le veía cara conocida y más a ese apellido en la madera pero no podía reconocer de donde ni quien era. Lo observé bien y noté que en su brazo izquierdo había un gigantesco tatuaje que no podía entender mientras que su cabellera rubia era acomodada con su mano por interrumpir su visión. 

Entré observando sorprendida al joven que limpiaba la ventana cuando el camarero se acercó a la mesa y mi padre captó mi atención para que me sentara. Todos comenzaron a ordenar y cuando fue mi turno, pedí una gran sándwich completo. Ryan me observó horrorizado como si fuera a devorarme a un toro de un solo bocado.

-Hay chicas a las que les gusta comer y no por eso son excedidas de peso -dije con una sacada de lengua incluida.

Se volteó, ignorándome, así que giré de nuevo al chico de la ventana y este me estaba observando. Quedé mirándolo fijamente sin saber que hacer pero el chico solo sonrió en mi dirección. Cuando se la iba a devolver para no quedar agria, solo continuó limpiando la vidriera, perdiendo la oportunidad de responderle.

-Amy... -la señora Cooper atrajo mi atención-. ¿Por qué no recorren un poco el centro hasta que la comida llegue?

Miré a la cocina y había un par de personas gritándose entre ellos. Tenía razón, si en media hora la comida estaba hecha, era porque teníamos mucha suerte.

-Está bien, mal no vendría ¿No?

- Ryan, acompáñala.

-No, me quedaré aquí.

-Está bien, puedo ir sola -respondí suavemente.

Me levanté antes de que pudieran decirme algo y salí rápidamente del local.

-¡Hey, tú! Se te ha caído tu cartera -me dijo alguien por detrás.

- ¿Qué? -sí, era el chico de la vidriera-. Oh, muchas gracias, no me he dado cuenta.

-Lo he notado -rió dulcemente.

-Disculpa pero... ¿Te conozco?

El joven me miró sorprendido por mi pregunta y luego se acercó aún más a mí.

- ¿Amy? ¿Amy O'Donnell? 

Tenías que ser tú... © [#TQST1]Where stories live. Discover now