Capítulo 7: "No puedo comprenderte"

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-¿Y bien? ¿Algo demasiado importante que debas contarme? -preguntó Bruce presionándome a un costado de su cuerpo mientras su brazo pasaba por mis hombros.

-Mmm -coloqué un dedo en mis labios, pensativa-, Supongo que durante el paseo te lo he dicho todo.

Guiñé el ojo divertida.

-Entonces ¿Volvemos?

-Sí, tú debes trabajar y yo comer.

Lanzó una carcajada. Siempre fui de esta forma, aun cuando era pequeña y estaba con Bruce, siempre comía excesivamente y claro, manteniendo mi figura que ni idea de cómo hacía. 

Caminamos juntos entre risas hasta la parrilla. Tan solo había pasado una media hora desde que me había ido de allí, sí, justo cuando Ryan me había hecho esa escena de... Bueno, no quiero mencionarlo, con solo pensarlo me hace enfadar. Entré a la tienda ya suelta de Bruce y me encontré con los cinco... Mis padres, los Cooper y el cara de piedra sentado sin expresión alguna... Como siempre.

-Mamá, papá -dije rápidamente al ver sus caras estupefactas por no reconocer al chico que tenía a mi lado-, él es Bruce Walker, mi mejor amigo de la primaria ¿Lo recuerdan?

Mi madre se levantó de su silla con su boca en forma de "O" y rodeó sus manos en su rostro -mi niño está muy grande y cambiado ¿Cómo has estado?


-Bueno... Ma... -dije un poco avergonzada por su forma de actuar.

-Oh, señora O'Donnell, he estado muy bien, es un gusto volver a verla -respondió Bruce amablemente, olvidando que mi madre le estaba apretando las mejillas con ternura.

-En verdad estás muy cambiado, sinceramente no te he reconocido -dijo mi padre mientras estrechaba su mano con la de él en forma de saludo.

Los tres hablaron muy entretenidamente. Mientras, dirigí mi atención a Ryan. Había quedado con una duda muy impaciente en mi interior ¿En verdad estaba celoso? No, esperen... Que alguien me explique porque Ryan Cooper estaría celoso de mí... ¿Ven? No hay lógica en esto... No, no funciona, sigo pensando en que esa escena de Ryan fue por esa razón, porque estaba celoso. Giré la cabeza rápidamente de un lado a otro, como si por hacer eso, mis pensamientos se dispararían de mi mente. 

-¿Sucede algo Amy? -preguntó Bruce ahora volviéndose hacia mí preocupado.

-No, lo siento, pensaba en cosas que no debería -respondí casi en un murmuro.

-Oh, oye... Esa es mi madre ¿Quieres ir a saludarla? -señaló a través del mostrador a una señora de cabellos morados que limpiaba la mesada perdida en sus pensamientos.

-Claro que sí, ya la he extrañado durante todo este tiempo.

Caminé a través de la parrilla hacia ella. La saludé, hablé e incluso recordé momento nostálgicos de mi infancia. Siempre iba de visita a jugar a la casa de Bruce cuando no estaba su padre, claro era que a los míos no les agradaba la idea de sus acciones, por lo tanto, solo me permitían ir cuando se encontraba fuera de casa. El punto es que la mayoría de la tardes su madre hacía las mejores galletas que había probado en mi vida y por eso, en aquel momento, reíamos al darnos cuenta de que yo seguía comiendo de la misma forma bestial que hacía unos cinco años.

La comida llegó veinte minutos más tarde con unas grandes disculpas incluidas de parte de los empleados porque había sucedido un problema en el personal. En realidad, lo habíamos visto todo, se estaban peleando de lo lindo en la cocina pero nos inmutamos a decir una palabra, no queríamos seguir retrasando nuestro almuerzo.  

Terminamos, que por cierto Ryan había observado con asco como devoraba la comida pero no me importó, yo continué disfrutando. Luego hablamos, reímos durante un largo rato y por último decidimos que debíamos continuar con nuestro paseo por el centro. Me volví a encontrar con Bruce en la puerta de la tienda.

-Ya es la hora de irme pero volveremos a vernos en un par de semanas, aparentemente nos trasladaremos a acampar por aquí -le dije ofreciéndole una de mis mejores sonrisas.

-Eso será estupendo, no quiero volver a perder el contacto contigo.

-Ni yo.

-¡Amy! Andando que tenemos que continuar con el paseo -gritó mi padre por detrás mío junto a mi madre, los Cooper y Ryan que me observaba de forma extraña.

-Ya voy -grité-, bueno Bruce, como decía, en un par de semanas nos veremos, así que no te desaparezcas -lo abracé y le besé la mejilla, eso hacíamos de pequeños, era nuestra forma de despedirnos y sabía que él no lo había olvidado.

Tenías que ser tú... © [#TQST1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora