Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|

Capítulo 1.

AVISO: ESTA HISTORIA LA ESCRIBÍ CON 13 AÑOS, SI HAY COSAS TONTAS POR FAVOR ENTENDEDLO. OS ASEGURO QUE VA MEJORANDO CONFORME PASAN LOS CAPÍTULOS. UN BESO!!

ARIANNA

—¡Ari! ¡A prisa! Que ya está aquí el camión de mudanzas. —grita mi madre desde la planta baja.

—¡Ya voy!

Cierro de golpe mi valija y bajo con ella hasta la calle.

—Ya estoy, ya podemos irnos.

Mi madre arranca el coche y conduce tras el camión, el que iría primero para indicarnos el camino hasta nuestro nuevo hogar, y nuestra nueva ciudad. Nuestro destino es Mullingar, debido a un trabajo que he conseguido gracias a mis fotografías. Consistía en hacer fotos bonitas y exponerlas en el museo del pueblo. Sé que exponer mis fotografías en un pequeño pueblo no es gran cosa, pero por algo se empieza. Contactaron conmigo a través de mi página web, en la que cuelgo mis "obras de arte". Muchas personas han decidido llamarlo así, pero yo no creo que sea tan buena ni de lejos, sólo hago lo que más me gusta.

Cambiando de tema, mi madre y yo somos de Dublín. Os preguntaréis: ¿y el padre? Bueno, murió cuando yo solamente tenía ocho años. Yo era muy pequeña. Ni siquiera sabía el significado de la palabra "muerte", ni lo que conllevaba con ella. Fue un gran apoyo para mí, para mi vida. Ninguna persona merece vivir ese acontecimiento, y menos, a esa edad, donde lo único que te importa es jugar con tus muñecas después del colegio.

Oía a mi madre llorar en su habitación, encerrada, sola. No lo comprendía. Pensaba: ¿por qué llora? Papá solo se va por un tiempo.

Al paso de los años, entendí que no volvería ver a la persona que más me apoyó, aconsejó, ayudó, quiso...Me costó asimilarlo, pero lo hice. No me quedaba otra alternativa.

Lo único que recuerdo de él, es que siempre, al ir a la cama por la noche, y tras leerme un cuento, decía la misma frase:

"No te acerques a Blue."

Esa frase me ha amargado la existencia. ¿Quién es Blue, o qué es Blue? ¿Por qué se supone que no me debo acercar? Tantas preguntas para tan pocas respuestas, por no decir ninguna.

La tierna voz de mi madre diciendo que ya hemos concluido el viaje, me hace volver a la realidad.

Me desabrocho el cinturón de seguridad y salgo del auto. Me encamino al maletero para sacar mi maleta, junto a mi madre, y, alzo mi vista hacia la casa que hay frente a nosotras. No es una mansión, pero tampoco es como la casa de los siete enanitos. Un hogar muy acogedor, en medio de la naturaleza, donde puedo llegar a divisar perfectos planos para fotografiar. Se escucha el piar de los pájaros, el dulce olor de las plantas que rodean el sendero, y el ligero sonido de un riachuelo de fondo.

Cierro mis ojos y respiro hondo. Este lugar me relaja, puedo contactar perfectamente con mi persona sin problema alguno, porque hay gente que les cuesta descubrir qué son, por qué se encuentran aquí, por qué han llegado hasta donde están ahora. Eso para mí no es una preocupación. Ya averigüé el porqué estoy en este mundo: La fotografía. Mi vida se resume en eso, en mi familia, y en mi mejor amiga, Jessica, a la que no veía desde hace tres años, y con ella sólo podía contactar por las redes sociales o por WhatsApp. Deseo poder abrazarla de nuevo, oír su contagiosa risa, y volver a compartir preciosos momentos junto a ella.

Pero por suerte, la vería. Sí, tanta espera ha merecido la pena, ya que creí que jamás la volvería a ver. Pero ella, hace tres años, cuando se fue de mi lado, se mudó a Mullingar. Y yo me encuentro ahora mismo aquí. Ya hemos incluso planeado nuestro reencuentro. Quedaremos a las cinco en la plaza.