Capítulo 13

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            Una semana después Chace se había enfrentado a la ira de Amy, pero ella había reflexionado en que no podía desaprovechar sus pocos encuentros en pelear con Chace o él se hartaría “modérate Amy, modérate, o perderás ésta batalla y por tu culpa”. Elisa había soportado una velada con sus padres y la madre de Chace, luciendo glamurosa y comportándose como todo una dama, a la final los padres volvieron a insistir en un beso entre los enamorados, Elisa logró librarse fingiendo un desmayo repentino, pero de seguro no podrían evadir eso por mucho tiempo. En una semana Chace y Elisa parecían tan novios como unos meses atrás, Victoria veía algo extraño y Chace sabía que no podían seguir fingiendo tan mal.

—    OK, si queremos seguir con esto debemos fingir bien – hablaba mirando por el gran ventanal.

—    ¿A qué te refieres con fingir bien?  - Elisa se incorporó de inmediato, no podía creer lo que Chace estaba insinuando.  

—    Mi mamá no deja de vigilarnos, y honestamente no parecemos enamorados, por muy grotescas que seas y extraña que sea nuestra supuesta relación, parece que fuéramos una pareja de nómadas – jugaba con una pelusa lanzándola de un lado a otro.

—    ¿Qué quieres? Caminar agarrados de mano, caricias dulces y tiernas, besos apasionados – como siempre Elisa actuaba cada una de las acciones mencionadas.

—    Exacto, diste en el clavo – hablaba serio, aun mirando hacia afuera.

—    ¡Es en serio! – Elisa derramaba un poco del helado que estaba comiendo - ¿estás dispuesto a besarme apasionadamente? Porque el otro día frente a mis padres casi te vomitas, entonces, serás amable conmigo, me dirás Elisa eres tan bella, me dirás mi amor, te amo, acariciaras mi mejilla y mi cabello, me miraras directamente a los ojos y me darás un dulce pero fuerte beso – Chace evitaba mirarla, pero ella continuaba fastidiándolo, le encantaba tanto hacerlo – me muero por verlo – culminaba divertida.

—    Siempre supe que estabas loca por mí – dijo secamente, lanzando la pelusa a un lado y caminando directo a la salida.

—    ¿Cuándo te volveré a ver prometido mío? – gritó sin dejar de reír.

—    En la noche, en nuestra cena romántica de comprometidos, por favor trata de lucir pasable.

No entendía porque pero todo le parecía divertido y emocionante, sabía que lo correcto era sentirse incomoda por la situación, pero por el contrario se vio buscando un vestido perfecto, incluso llamó a un estilista para que la fuera a ayudar, una vez que con una gran sonrisa colgó el teléfono, alzó la vista para ver su reflejo en el espejo, aquella reluciente sonrisa se desvaneció poco a poco ¿acaso ésta era la misma Elisa de hace una semana atrás? ¿En quién se había convertido? Un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Era posible que un poco de maquillaje, ropa linda y la mentira de ser novia de alguien la cambiaran tan rápido?

Chace tan solo quería darse una ducha y lanzarse en su cama a pensar en lo miserable que era su vida, para su fortuna su madre no se encontraba en casa. El agua caliente no logró relajarlo, por el contrario la tranquilidad del vapor y el sonido del agua al salir solo le hicieron pensar más.

“Eres un cobarde Chace, un tonto, estúpido cobarde ¿Por qué no puedes acabar con esto? Enfrentar a tu madre, decirle que si estás enamorado y mucho, de una chica estupenda, diferente, hermosísima y divertida, ¿por qué no le dices que esa chica es la pobretona de la tiendita? No porque mejor no le dices que no es la pobretona su nombre es Amy y es la única con la que podrías casarte – suspiró, el agua continuaba cayendo sobre su cuerpo  - pero en vez de eso tendré que fingir que amo a Elisa, por Dios eso será tan difícil ¿cómo voy a hacerlo?”

Envenenado de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora