¿Jeanne? ¿Matt?

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Jeanne tragó mientras sentía como Matt acariciaba su mejilla, cerró sus ojos al sentir los dedos del chico rozar la delicada piel de su rostro. Un nudo en la garganta le impedía hablar y decirle aquello que rondaba por su cabeza por lo que solo pudo quedarse en silencio.

Sintió los labios de Matt sobre los suyos, fue un beso suave, delicado, casi como si no quisiera hacerlo más profundo, un ligero roce.

Una voz femenina los alertó a ambos, había llegado la hora de partir.

Ambos se vieron a los ojos por última vez, el muchacho le sonrió y ella hizo un intento de sonrisa pero no estaba segura de si lo había logrado de cualquier manera no hubo tiempo, la voz femenina que salía de los altavoces del aeropuerto los volvió a interrumpir presionando a Matt para que fuera hasta la línea para entrar a su avión. Jeanne no podía creer que se estaba marchando.

Su vista permaneció clavada en la espalda del muchacho. A lo lejos escuchaba que decían su nombre pero no le prestaba atención a esa voz, su mente estaba triste como para hacerlo, su corazón estaba triste.

—Jeanne. Jeanne —sintió como la sacudían lentamente—. Jeanne, vamos linda.

La imagen fue tornándose borrosa y sintió que salía de escena.

—Jeanne, despierta —escuchó la voz de Matt susurrarle al oído.

Sus ojos se abrieron lentamente, ya no se sentía sola ni triste, unos fuertes brazos la rodeaban y una cálida respiración golpeaba contra un costado de su rostro, su vista se aclaró y vio el pecho de Matt que era cubierto por la camiseta blanca del uniforme del colegio.

Cierto, no había podido dormir en toda la noche así que cuando el muchacho fue a recogerla a su casa y notó esas marcas negras debajo de sus ojos le había sugerido dormir por unos minutos en el auto. ¡Gracias al cielo! Solo había sido un sueño más sin embargo eso no significaba que no sucedería pronto.

Seguramente él pronto se marcharía y ella no podría hacer nada al respecto.

—Ye llegamos —le habló susurrándole tiernamente.

—Gracias por despertarme —dijo Jeanne sentándose en el asiento del auto, palmeó su rostro levemente un par de veces para espabilarse y después talló sus ojos. Sintió unas manos acariciando su cabello de arriba abajo, como si estuviera peinándolo, desde luego eran las manos del muchacho que estaba a un lado de ella.

Él suspiró mientras acariciaba el cabello castaño de la chica, quería llevar un mechón a su nariz y poder aspirar el aroma a durazno pero no lo hizo, solo acomodó su cabello sobre su espalda y le sonrió aunque ella ni siquiera estaba viéndolo. Sabía que la causa por la que Jeanne no había dormido casi nada era su culpa, si no le hubiera dicho ella estaría perfectamente despierta para concentrarse en el examen que tenían ese día...

A lo lejos se escuchó el timbre que anunciaba la entrada a clases. ¡Rayos! Se habían retrasado.

Jeanne reaccionó rápidamente y sin darle tiempo al chofer para que abriera la puerta salió disparada del vehículo, caminó lentamente por la acera en lo que esperaba a que Matt fuera detrás de ella, cuando por fin el muchacho llegó a su lado ambos apresuraron el paso para ir a su clase. Lo peor que podía pasarles era llegar tarde en día de exámenes.

Llegaron al salón y la puerta ya estaba cerrada, dentro de este se escuchaba la voz de la profesora dando las instrucciones. Matt acercó su oído a la puerta e hizo una mueca. Él podía hacer lo que siempre hacía, entrar a clase sin siquiera tocar la puerta, todos lo volteaban a ver, incluso los profesores pero no le importaba, la única gran diferencia del antes y el ahora era que estaba junto a Jeanne y entrar de esa manera podría provocar mal entendidos.

¿Jugamos a ser novios? (JASN Libro #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora