¿Bailamos?

312K 19.8K 4.7K
                                    

En los dos días después en el colegio había sido un poco más tranquilo, no había tantas miradas aunque la mayoría de las clases Jeanne y Matt habían estado separados.

Al medio día Jeanne garabateaba aburrida sobre su cuaderno, el salón había quedado vacío ya que todos se encontraban en la clase de educación física pero ella había conseguido librarse gracias a un permiso que Matt se había encargado de enviar a la profesora de deportes en donde solicitaba que ella pudiera faltar a esa clase por una lesión en sus pies.

Jeanne consideró que había llevado demasiado lejos las pequeñas ampollas que se le habían hecho en los pies al estar con las zapatillas de tacón durante dos tardes seguidas pero también le agradecía al muchacho que la librara de esa clase. No porque no le gustara el deporte si no porque hacía demasiado calor como para correr 5 vueltas debajo de ese abrazador sol.

—Jeanne —escuchó un susurró cerca de la ventana que daba al pasillo pero cuando volteó no vio a nadie, decidió ignorar eso y siguió haciendo líneas en la hoja que probablemente había dejado de ser blanca gracias a todos los garabatos—. Jeanne —volvió a escuchar y esta vez sí logró divisar una cabeza castaña.

—¿Mónica? —preguntó con su vista en la ventana. La chica castaña se asomó lentamente como si temiera que la vieran.

—¿Estás sola? —preguntó la chica dejando ver solamente sus ojos pardos.

—Sí, anda ven, no tienes porque esconderte —le presionó Jeanne contenta de tener a alguien para poder hablar o mínimo escucharla hablar.

Mónica se levantó lentamente para después entrar al salón sigilosamente.

—Me voy a ser vieja contigo —dijo Jeanne observándola caminar e imaginando como un caracol la rebasaba.

—¿Y si viene Matt? —preguntó tímida.

—¿Qué importa? —dijo con tono indiferente logrando que el rostro de Mónica fuera marcado por la impresión.

—Que es tu novio. Debería importarte.

—Es mi novio —la última palabra le secó la garganta y tuvo que tragar saliva antes de continuar—, pero tener un novio no significa que deba estar con él las 24 horas del día o que esté presa.

—Pero tu novio no es cualquier chico, es Matthew Smith, el modelo que todas las chicas y algunos chicos aman —«yo no», pensó Jeanne—. Aun no me creo que sean novios. Es decir, eres hermosa pero siempre creí que Matt preferiría a esas modelos flacuchas de 1.80 de estatura con las que siempre posa. Aun así es maravilloso que estén juntos, lo único es que te extraño y eso que solo han pasado 3 días desde que se te declaró.

Jeanne vio el rostro de su amiga y vio la pequeña gota de tristeza que había en su rostro, ellas siempre salían a caminar o a perder el tiempo en cualquier lugar después del colegio pero esos últimos tres días ella y Matt se marchaban juntos para convertirla en la novia “normal” en idioma Matt, que sus padres esperaban.

—Aun podemos hablar aquí y sin razón para que te escondas. No olvides que yo sigo siendo la misma Jeanne que conociste en la secundaria —le recordó y Mónica sonrió.

—Pero quien no sigue siendo igual es Matt —soltó una carcajada y Jeanne la acompañó con una ligera risa recordando lo mismo que su amiga—. Aun recuerdo cuando le vaciaste ese tazón de fideos dentro de su camisa. Era claro que lo odiabas. Pero siempre dicen que del odio al amor solo hay un paso.

—En primera —empezó Jeanne—. Le vacíe el plato de sopa en la camisa, los fideos los vacíe en su mochila. Segundo, no lo odiaba solo era una venganza por haber salpicado de jugo el manual que habíamos hecho para nuestro proyecto y sin siquiera pedir permiso. Y tercera, eso fue el primer año de secundaria y ahora estamos en último semestre de preparatoria, además que no lo amo —remarcó esa palabra—. Solo me agrada.

¿Jugamos a ser novios? (JASN Libro #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora