¿De eso se trata?

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Lo mejor de ser sábado es que se podía despertar tarde, no había escuela ni tareas por las que estar presionada, podía cuidar a sus hermanos menores y Matt...

Los ojos de Jeanne se abrieron mientras rodaba en su cama para ver el reloj verde con rojo con forma de hoja de árbol colgado en la pared blanca con círculos de colores. Las 9:27 a.m., sus ojos se agradaron al ver la hora y como de rayo salió de la cama, tenía que despertar a sus hermanos, también preparar el desayuno de sus hermanos, bañar al pequeño Frank, debía bañarse ella y todo eso antes de que Matt llegara.

—¡Hermana! ¡El desayuno está listo! —gritó Brenda desde el primer piso.

Jeanne se congeló al escuchar eso, ¿Ya estaban despiertas?

Bajó corriendo las escaleras alisando su cabello con las manos y cuando llegó al comedor encontró a todos sus hermanos, a excepción de James, sentados en la mesa tomando su desayuno. Brenda volteó hacia su hermana y le sonrió mientras colocaba el último plato en la mesa.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó extrañada. Jeanne pensó que probablemente una familia de extraterrestres había llegado a la tierra y los había sustituido por su familia porque definitivamente no era esa.

—Como tú vas a salir no quise despertarte y cociné yo —le contestó Brenda con una sonrisa—. Vamos desayuna para que estás lista.

Jeanne observó nuevamente a sus hermanos desayunando, sacudió la cabeza y justo cuando iba a decir que no tenía hambre un panqueque de nuez se apareció frente a ella.

—Si no desayunas no habrá postre —dijo Lissa dándole una mordida a su panqueque.

Aun confundida la muchacha se sentó en su lugar y empezó a comer dándose cuenta de que Brenda era una muy buena cocinera. Desayunaron en silencio hasta que Lissa rompió el hielo con un comentario que hizo a Jeanne atragantarse.

—Ayer papá y mamá dijeron que Matt y tú se habían besado mucho —dijo la pequeña emocionada.

Jeanne sintió la mitad de su salchicha dentro de su garganta impidiéndole respirar. Su rostro se puso rojo y no precisamente de vergüenza. Brandon se levantó de su asiento y le dio suaves palmadas en la espalda a su hermana mayor para que pudiera tragar o escupir el pedazo de salchicha, una vez que pudo sacarlo Brenda le dio un vaso con agua que rápidamente aceptó.

—Lissa, cosas como esas no se dicen —dijo Brandon reprimiendo una sonrisa.

—Yo también quiero besar a Matt —dijo Lissa en un intento de hacer berrinche pero no le funcionó.

—No, tú no puedes besar a Matt —le contestó Jeanne poniéndose de pie—. Yo soy su novia por eso puedo besarlo —Lissa curvó su labio inferior hacia afuera y cruzó los brazos sobre su pecho—. Aunque... —a Jeanne rápidamente se le vino una idea a la mente—, probablemente Matt te puede besar "amistosamente".

Ella era la hermana mayor y se supone que debía alejar a su pequeña hermana de 10 años de ese tipo de pensamientos pero lo único que lograba era aumentarle los ánimos con ese tipo de comentarios.

—Quiero besar a Matt amistosamente —dijo Lissa de nuevo emocionada.

—Pero será un beso pequeño —le advirtió Jeanne.

—¡Sí! —gritó animada la pequeña mientras que ambos gemelos negaban observando las travesuras de su hermana mayor.

* * *

—¿Quieres que bese a tu hermana de 10 años? —preguntó Matt incrédulo.

Jeanne solo sonrió y asintió.

¿Jugamos a ser novios? (JASN Libro #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora