El Lazo Que Nunca Se Rompio

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POV BECKY

Me desperté con el suave murmullo de la mañana filtrándose por las cortinas entreabiertas. Al estirar mi brazo para buscar a Alex, mi mano encontró únicamente la suavidad de las sábanas. Me giré un poco y vi una nota cuidadosamente doblada sobre la almohada. Mis ojos recorrieron las líneas, diciéndome que Alex había salido temprano por trabajo.

Una sonrisa automática se formó en mis labios, pero en el fondo, un peso persistente se asentó en mi pecho. Porque, a pesar de la cálida nota, mi mente seguía pensando en Freen.

Intenté reprimir esos sentimientos, ahogarlos en lo más profundo de mi ser, pero se resistían a desaparecer.

Con un suspiro, me senté en la cama, sosteniendo la nota entre mis dedos. Sabía que no podía seguir viviendo en el pasado, que tenía que hacer un esfuerzo por darme una oportunidad con Alex. Pero mi corazón tenía una manera obstinada de aferrarse a lo intenso que tenía con Freen.

Me dejé llevar por el vaivén de mis pensamientos. Fue entonces cuando el sonido familiar de mi celular interrumpió mi ensoñación. La pantalla iluminada mostraba el nombre de Nam.

Sin dudarlo, contesté mi móvil sintiendo una mezcla de curiosidad.

"Hola Nam" - saludé con entusiasmo.

"Pequeña, te espero en mi departamento" - dijo Nam con un tono misterioso.

"¿Estás bien?" - pregunté preocupada.

"Tenemos un juego de ajedrez pendiente" - respondió Nam evitando dar detalles.

"De acuerdo" - acepté, sabiendo que cuando Nam quería jugar ajedrez algo malo sucedía. En ese instante, supe que no podía negarme.

Me preparé rápidamente y el camino hacia su casa fue un paseo tranquilo. Cuando llegué y Nam me abrazó, supe en ese momento que estar con ella era todo lo que necesitaba para sentirme un poco mejor.

Nos sentamos frente a frente, con la mesa del ajedrez en medio de nosotras. El aroma a café recién hecho llenaba el aire mientras dejábamos que nuestras palabras fluyeran libremente entre nosotras.

"¿Cómo estás, Beck?" - preguntó Nam con ternura.

"Bien..." - respondí con cierta reserva.

"Odio que me mientas, te conozco desde que eras pequeña, ¿lo recuerdas?" - me recordó Nam con una mirada penetrante.

"Nam, ¿esto es un interrogatorio por mi compromiso con Alexandra?" - pregunté, sintiendo una mezcla de molestia y defensividad.

"Deja de ser arrogante conmigo" - dijo Nam con una mirada que detonaba su molestia.

Hubo un silencio incómodo en la habitación. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por la pregunta directa de Nam, que resonó en el silencio como un eco insistente.

"¿Qué demonios estás haciendo si no amas a Alexandra? ¿Por qué sigues mintiéndote a ti misma?" - preguntó Nam con intensidad.

Las palabras cayeron sobre mí como un balde de agua fría, dejándome sin aliento por un momento. Sabía que no podía escapar de esa conversación incómoda. Mis labios temblaron antes de encontrar las palabras adecuadas para responder. Tragué saliva, intentando controlar las emociones que amenazaban con desbordarse.

"Sé que no la amo como debería... Pero... no quiero enfrentar la realidad. Es injusto lastimarla, lo sabes, Alexandra no lo merece" - murmuré finalmente.