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POV ALEXANDRA

Han pasado casi dos días. Era de madrugada cuando las cuentas de inversión comenzaron a moverse. Los hackers contratados trabajaron rápidamente para averiguar en qué parte del mundo se estaban realizando esos retiros. Después de soltar varios millones como señuelo, finalmente llegó el informe con la ubicación exacta de esas dos idiotas.


No quería despertar a Beck, pero era urgente. Así que, después de hablarle suavemente, finalmente abrió sus ojos somnolientos. Comencé a contarle lo sucedido y de inmediato nos levantamos para ir con su abuelo e informarle. Nos encontrábamos en el pasillo de su habitación.

"Abuelo, Alexandra localizó a Heidi y Jane" - dije con urgencia.

"¿Dónde están? Vayamos enseguida" -  respondió su abuelo.

"Debemos volar a Italia. Después de todo, no son tan inteligentes al haberse ido allí" - comenté.

"Iré a cambiarme en 15 minutos. El chofer estará listo y nos dirigiremos directamente al aeropuerto" - Dijo el abuelo de Beck.

"Tengo un jet privado. Llegaremos a la mitad de tiempo. No te preocupes, no podrán huir. Tengo a mi seguridad vigilando todos sus movimientos y ya están fichadas" - agregué.

Regresamos a la habitación y me cambié rápidamente, tomando lo necesario. Beck comenzó a cambiarse, pero la detuve.

"¿A dónde crees que vas?" - le pregunté.

"Quiero acompañarte. No quiero que vayas sola" -  respondió con preocupación.

"Tu abuelo irá conmigo, no te preocupes Beck. Tú debes quedarte y ver a Freen. Dale un poco de esperanza. Has estado cuidando de ella estos días" -  le dije con calma.

"Alex, no es lo que piensas... Estoy preocupada por ella" - Beck se acercó a mí y tomó mis mejillas para que la mirara.

"Beck, está bien. Yo entiendo. No estoy enfadada" - le aseguré.

Beck se acercó más a mí, mis manos recorrieron su cuerpo hasta su cintura y la jale hacia mí para que no quedara espacio entre nosotras. Nos acercamos poco a poco y sentí el suave roce de su aliento en mi piel. Nuestros labios cálidos se unieron en un beso lleno de ternura. Nuestros labios se movían de manera sincronizada, era un beso perfecto. Tuvimos que separarnos, no había mucho tiempo. Beck mordió mi labio inferior y un jadeo escapó de mis labios. Pude ver una sonrisa traviesa en ella.

Salimos hacia la entrada principal y segundos después, el señor Chankimha llegó.

"Comuníquense, deben cuidarse por favor" - nos abrazó Beck y luego a su abuelo, despidiéndonos.

El conductor manejó lo más rápido posible. Debido a las horas, las calles de Bangkok no estaban concurridas, lo que nos permitió llegar al aeropuerto privado en menos de 30 minutos. Mi personal ya nos esperaba y el jet de mi familia estaba listo. Ajustamos nuestros cinturones y minutos después despegamos.

Cerré mis ojos en cuanto subimos al jet. Necesitaba recargar energías para enfrentar lo que se avecinaba. Habíamos estado volando durante casi hora y media y, al despertar, mis pensamientos y sueños se agolpaban en mi mente. Me quedé contemplando el oscuro cielo, como si quisiera acompañar mi sentimiento presente, algo que había intentado reprimir.

Los pensamientos empezaron a dar vueltas en mi cabeza, como una tormenta amenazando con desbordarse. Era una lucha interna, tratando de mantener la compostura en el exterior, pero por dentro todo era caos.

El Lazo Que Nunca Se RompioWhere stories live. Discover now