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POV BECKY

Me miré en el espejo, admirando mi imagen reflejada. Me había puesto un elegante vestido largo de noche blanco que realzaba mi figura, unos zapatos de tacón alto Prada que me hacían sentir poderosa y unos aretes de perlas que añadían un toque de sofisticación. Dejé mi cabello suelto, cayendo en ondas suaves sobre mis hombros. Sin embargo, sentía que me faltaba algo, así que opté por ponerme mi gargantilla favorita, una delicada cadena negra con una pequeña turquesa. Sonreí al recordar que mi madre me la había regalado, era un preciado tesoro familiar que ahora lucía con orgullo.

"¿Ya terminaste, Becky? Anda, déjame verte. ¿Puedes levantar tu celular para que pueda verte?", Irin y yo estábamos en una videollamada mientras me arreglaba para la fiesta. Sin embargo, Irin no paraba de protestar al otro lado de la línea.

"Solo tengo dos manos, Irin. Tranquila, ya casi termino", respondí mientras me aplicaba mi lápiz labial rosa favorito y hacía una mueca para comprobar el color.

"Déjame echar un vistazo", insistía Irin impaciente.

Cuando volví a mirarme en el espejo, todavía sentía una ligera inquietud. Entonces, tomé mi celular y acerqué la cámara frontal hacia mí. De pronto, Irin se tapó la boca y dejó de moverse. La imagen se había congelado. ¿Había sido debido a una mala señal?

"Irin, ¿sigues ahí?", pregunté preocupada.

"¡Oh, Dios mío! Luces absolutamente impresionante. Freen se va a quedar maravillada cuando vea lo hermosa que luces esta noche. De hecho, se va a arrepentir, porque todas las mujeres de la fiesta se quedarán con la boca abierta", exclamó Irin emocionada.

"Gracias por el cumplido exagerado de siempre, Irin. Tengo que irme porque ya se me hizo tarde", dije mientras colgaba para bajar. Luego, levanté un poco el vestido y me dispuse a bajar las escaleras con cuidado.

"Se ve hermosa, señorita Rebecca. Será toda una sensación en la fiesta de esta noche", exclamó Arthit, el chófer, mientras me abría la puerta del automóvil.

"Gracias, Arthit. Vámonos", respondí agradecida. A pesar de que no me gustaba mucho asistir a eventos formales, esperaba con ansias esta fiesta y ver a la familia.

"Crees que llegaremos a tiempo?", pregunté a Arthit mientras nos dirigíamos hacia el hotel Siam Kempinski.

"Desde luego. Confíe en mí", respondió Arthit con confianza. Dicho esto, Arthit pisó el acelerador y condujo hacia nuestro destino.

Antes de darme cuenta, estábamos en el área de descenso del hotel, lista para disfrutar de la noche.

Cuando me bajé del auto, sentí el viento frío de la tarde en mis brazos y cara, pero supuse que estaría cálido en el interior. En cuanto entré en el salón de banquetes, muchas personas me miraron, toda esa atención me hizo sentir un poco tensa y me pregunté si de alguna manera había exagerado con mi atuendo.

-Becky, finalmente llegaste - suspiré de alivio cuando la abuela se me acercó.

-Hola, abuela. Lo siento por llegar tarde - dije.

-Nuestra princesita finalmente está aquí - sonreí al ver a los padres de Freen llegar a mi lado.

-Papá, mamá, estoy tan feliz de verlos a ambos. Me disculpo sinceramente por haber llegado tarde - hice una pequeña reverencia a ambos.

-No te preocupes, querida, lo mejor siempre llega al último - me aseguró mamá con una sonrisa.

En ese momento, muchas personas que se encontraban en el salón de banquetes se habían percatado de mi presencia; una de ellas era una joven que me saludó con una sonrisa y alzó su copa en señal de saludo. Se trataba de Jane, prima de Freen.

El Lazo Que Nunca Se RompioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora