Elena es la nueva en un colegio que parece salido de un libro de terror. Deberá sobrevivir a las típicas brujas de plástico y a sus sexys nuevos compañeros.
Secretos sangrientos ocultan aquellos muros y ella deberá ser valiente para
descubrir lo qu...
—Pequeña y escurridiza bolsa de sangre — La voz de Wood retumba imponente. Me giro, y está subiendo las escaleras. Dejo a un lado el libro en él que me encontraba pérdida para observarlo mejor. Termina de subir, y me mira con su mejor cara de asco. —¿Me podrías decir qué mierda haces aquí escondida como una rata de biblioteca? — Pregunta.
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Yo había pasado casi toda la tarde, aquí escondida. Refugiándome de todos, la verdad es que solo necesitaba entenderme un poco y para eso era necesario estar sola.
—Me denegaron la petición para cambiarme de habitación, así que preferí estar sola un momento y pensar bien las cosas— informo. Me paro con firmeza, y lo miro a los ojos —Estoy bien Wood, puedes irte — Intento. Jacob se acerca un poco más pero, se detiene a una corta distancia.
—Entiendo que hemos sido unas bestias contigo, sobre todo yo. Pero, no deberías dormir en un sillón, en la copa de la biblioteca, solo por culpa mía— suspira. — Podrías haberte congelado aquí sola, sin mi calor — agrega.
¿Sin su calor? ¡POR FAVOR!
—¿Cómo me has encontrado?— Pregunto.
—No estabas con Ezra, ni Ariel y Kendra te rastreo dentro del colegio, así que era obvio que estabas aquí. Es nuestro lugar secreto — Me dice. —No te cambies de habitación, no nos dejes —Se acerca un poco más. Toma mis manos con delicadeza —No me dejes —Agrega.
—Creí que querías que me fuera— Susurro, Él se sorprende —Pero entendí rápidamente que ustedes no me harían eso.
—¿Qué? Por supuesto que no. Eres una demente, pero así te amamos. — Dice sin dejar de mirarme. —Aún estoy aprendiendo a comunicarme sin herir física o verbalmente a las personas, y lamento mucho haberte hecho sentir mal. No es tu culpa lo que sucedió — Me dice.
—Está bien. Creo que me asusté un poco y me comporté como una tonta por miedo a lo que hice, pero sé que no es mi culpa. No me excuso tras mis traumas, pero simplemente aún no está en mis manos detener mis alucinaciones y supongo que hasta que esté mejor mentalmente, y aprenda a controlar la magia, Ustedes deberán ayudarme a sobrellevarlo—Digo rápidamente.
—Por supuesto. Te apoyaremos.
—Solo quiero que quede claro que ser una bruja es mi nueva realidad, y que deberán adaptarse a mí como yo lo hice con ustedes. No me iré de la habitación, no renunciaré a mi magia oscura y no volverán a hacerme sentir culpable por ser así nunca más. ¿Entendido? — Dije con determinación. Él sonríe.
—¿Alguna vez te han dicho que eres muy mandona para ser tan pequeña? — Pregunta. Nuestras manos aún están enlazadas.
—Sí. Estoy enterada de eso —Lo suelto y vuelvo a tomar asiento. Este copia mi acción y se acomoda a mi lado.
Mira la pequeña mesa donde hay un termo con café caliente y un pedazo de pastel a medio comer.
—¿Quién ha sido tu cómplice?— Pregunta. No respondo. —Si ha sido William lo colgaré del árbol de los muertos— Amenaza.
